Como introducción al debate de nuestro grupo de trabajo, que versaba sobre la relación entre ciudadanía y medios de comunicación, hemos recordado las tres funciones clásicas de la actividad mediática, esto es, las de informar, formar y entretener; así como sus bienes internos. Este último término, acuñado por MacIntyre, hace referencia a aquellas características o virtudes que legitiman socialmente una actividad, o lo que es lo mismo, que dan sentido a su existencia; tomando como referencia a Conill y Gozálvez en Ética de los medios, éstos serían: aumentar la libertad de los ciudadanos, permitiendo la libre expresión de sus opiniones; potenciar una opinión pública razonante; y entretener; todo ello con el fin último de generar una opinión pública madura y responsable. Así, partiendo de todas estas nociones, hemos discutido críticamente sobre la situación actual de los medios de comunicación, en cuanto a su fidelidad hacia los principios anteriores.
Cabría decir que no nos hemos conformado con permanecer en un plano meramente descriptivo, sino que hemos intentado llevar a cabo un examen crítico de nosotros mismos, como consumidores y/o usuarios de los medios de comunicación (términos ambos que, en sí mismos, podrían suscitar ya un amplio debate, puesto que denotan cierta actitud, más pasiva o más activa, hacia el modo de situarse ante la actividad mediática). Así mismo, hemos tratado de unificar criterios en cuanto a las medidas o condiciones necesarias para mejorar la situación actual. Así, tras un fructífero debate, hemos consensuado las siguientes conclusiones:
Todo ello, partiendo de la formación (relativa a los elementos de la actividad mediática), de unos valores democráticos y compartidos, y desde una actitud basada en la esperanza y en la paciencia, puesto que creemos que los resultados no se producirán a corto plazo, sino a medio o largo.
A modo de resumen de las conclusiones anteriores, diremos que un cambio en aquello que no nos gusta de los medios de comunicación actuales es posible, pero que resulta imprescindible la toma de conciencia de nuestras propias actitudes y comportamientos, la formación audiovisual ciudadana y las acciones reales.