IV FORO GRUPO DE TRABAJO Nº 1

JUAN SOTO RAMÍREZ

La importancia de la opinión pública en una sociedad democrática: ¿Los Medios de Comunicación Social generan una opinión verdaderamente plural? Aplicación de nuevas tecnologías al debate social y a la participación.

JUAN SOTO RAMÍREZ COORDINADOR

En los albores del próximo milenio las posibilidades de desarrollo democrático de las sociedades avanzadas ofrecen enormes potencialidades y nuevos desafíos en la aplicación de las nuevas tecnologías al debate social y a la participación democrática , que paradójicamente se presentan junta a algunas debilidades y nuevas amenazas que nacen de la propia atomización de la estructura social, o de las dinámicas de control de la información y de la opinión a través de la concentración cada vez mas creciente y expansiva de los grupos mediáticos .Con los medios tecnológicos actuales, la “democracia a tiempo real “ aparece como una posibilidad viable, a través de la que los ciudadanos y ciudadanas dejarían de ser sujetos pasivos cuya actuación política se limita a emitir su voto en las confrontaciones electorales y cuyo protagonismo e incidencia en los procesos de toma de decisiones y de influencia política desaparecen durante el resto de la legislatura. Desde una simple pantalla de ordenador, incluso desde nuestro propio ámbito domestico, y con las garantías personales y de anonimato exigibles en un sistema democrático, tendremos la capacidad de intervenir e interactuar en el debate social y político permanente a través de nuestro pronunciamiento sobre los grandes temas de interés que preocupan y afectan a la sociedad.

Sin embargo, esta alianza de la tecnología y de la participación , sin duda prometedora ,que podría actuar de revulsivo al actual modelo de apatía democrática que estamos viviendo con signos evidentes de agotamiento, podría también perpetuar nuestro papel de sujetos pasivos y de súbditos que actúan en la fase final de un proceso mediatizada y dirigido en cuya génesis y desarrollo no hemos intervenido. Conocemos sobradamente la capacidad de reduccionismo o de manipulación de un tema a través de la formulación de las preguntas. Si finalmente nos corresponde votar si o no en relación con iniciativas preelaboradas, en cuya iniciativa no hemos participado, que probablemente no constituyen una prioridad social y cuyas alternativas de solución sometidas a consulta no responden a los deseos e inquietudes reales de la sociedad, se habrá pervertido un mecanismo ilusionante de participación bajo la apariencia de legitimidad y de profundización democrática.

Además , estas nuevas posibilidades de participación se van a producir en un entorno mediático con una tendencia inexorable a la concentración y al oligopolio donde la información y la opinión llega a los ciudadanos filtradas por las líneas editoriales de las empresas informativas que condicionan la percepción de la realidad sociopolitica de los ciudadanos. En este sentido el pluralismo informativo y la competencia mediatica es inversamente proporcional al proceso de concentración de las empresas de comunicación, que alcanza niveles transnacionales en un entorno cada vez mas globalizado . No se nos escapa que incluso el pluralismo resultante de este proceso , tendrá unos matices cada vez mas tenues y que sus límites serán los límites del sistema político y económico en el que operan . En este sentido las ideas , los proyectos y las teorías que cuestionen desde un pensamiento critico alternativo las bases del actual sistema , tendrán cada vez mayores dificultades de llegar al gran público y de actuar como elemento referencial en las opciones individuales y colectivas.

El conflicto del Golfo de 1991, constituyó sin duda un ejemplo de manipulación informativa sin precedentes , desde su origen hasta su propio desenlace, en el que las grandes multinacionales de la información , no dudaron transmitir a millones de ciudadanos y ciudadanas una imagen de la realidad distorsionada y falseada , en clara sintonía con los intereses de EEUU en política exterior y de defensa.

En nuestro país, la política informativa del Partido Popular no resulta menos llamativa. La derecha sabe que para tener alguna opción de prolongar su estancia en el poder necesita desarrollar una política invasiva de manipulación y acondicionamiento de la información en beneficio propio. En ese empeño no ha dudado en utilizar la vía más directa , lanzando operaciones de adquisición de medios de comunicación estratégicos , a través de las empresas públicas privatizadas que continúan dirigiendo los mismos comisarios políticos del gobierno que fueron nombrado antes de las privatizaciónes. Los tentáculos mediáticos de este gobierno no conocen límites y están avanzando implacablemente hacia los más recónditos lugares de nuestra geografía.

Del lado de las nuevas tecnología aplicadas a la comunicación nos llegan algunas propuestas , que como Internet, pueden contribuir a abrir nuevas perspectivas y a desarrollar nuevas experiencias asociativas , que hacen posible que los ciudadanos y ciudadanas pueden reflexionar, debatir y organizarse libremente , a nivel local , nacional e incluso planetario, en un espacio cibernética liberado, al menos por el momento. En la medida en que la expansión de estas iniciativas resulte molesta para el poder establecido o suponga alguna amenaza , asistiremos a intentos de asfixiar este movimientos o de minimizar su incidencia mediante la regularización restrictiva de su uso.

La respuesta a estas tentativas abusivas del poder debe encauzarse hoy como siempre a través de protagonismo individual y colectivo de los ciudadanos , vertebrados y organizados en movimientos sociales poderosos que actúan de contrapoder en esta dinámicas sociales. Sin embargo no es menos ciertos que el movimiento asociativo, al menos en sus formas clásicas, no es ajenos a las profundas convulsiones y crisis que afectan a la realidad social de nuestra época, de la que está surgiendo nuevos movimientos emergentes de carácter más flexible y sectorial que no sabemos si vendrán finalmente a sustituir los proyectos globalizadores del asociacionismo histórico.

En este contexto, el debate sobre la reducción y reparto del tiempo de trabajo adquiere una nueva dimensión, en la medida en que los avances que se produzcan en estos ámbitos generen una ampliación y distribución socialmente equilibrada y simétrica del tiempo de ocio, cuya utilización como bien social abre posibilidades inéditas de participación y de implicación de los ciudadanos y ciudadanas en la vida colectiva como alternativa a determinadas formas dominantes de ocio concebidas en clave exclusivamente consumista.

En todo caso nada podrá sustituir la participación organizada de la sociedad en su dimensión tanto propositiva como reivindicativa, como antídoto a las extralimitaciones y desviaciones del poder en cualquiera de sus manifestaciones.