En el grupo de trabajo sobre el conflicto social, se partió de la base de “replantearnos las armas” con las que resolvemos conflictos a diario; escogimos diversos ámbitos de nuestro entorno para debatir: escuela, familia, compañeros, vecinos…, poniendo de manifiesto nuestros principales conflictos y dialogando sobre las estrategias para afrontarlos.
Para acercar posturas el respeto es indispensable, y al hilo de esta idea surgió la opinión de que estamos “llenos de certezas”, y que creemos que nuestras opiniones están no sólo por encima del otro, sino también por encima de la convivencia pacífica , y sobre todo por encima de la DIFERENCIA. La principal estrategia para afrontar el conflicto es precisamente el respeto a la diferencia.
La solución que actualmente se encuentra a la resolución inmediata del conflicto, es la vía más rápida: la violencia, y es la discusión la que nos lleva irremediablemente a esa violencia, sin pasar por el diálogo, es decir, por la escucha. En nuestra sociedad ha tomado fuerza la personalidad individual, sumada a la búsqueda de nuestros propios derechos, y todo esto en detrimento, cómo no, de nuestros deberes. Así, actuamos en base a un culto excesivo a nosotros mismos, llegando a ver el mundo como algo ajeno e incluso amenazante…, los demás son muchas veces trabas, obstáculos en nuestro día.
Estamos inmersos en un sistema que preconiza la ley de “sálvese quien pueda”, y este individualismo lo llevamos no sólo a nuestro trabajo o nuestra comunidad de vecinos, sino también a nuestros hogares; sin entrar demasiado a fondo en el tema de la familia, sí es necesario mencionar que no debemos anclarnos en esquemas pasados y en las quejas que supone cualquier época de transición, sino que debemos aceptar los nuevos modelos que nosotros mismos estamos construyendo y avanzar en ellos. El hogar es o debería ser un espacio donde dialogar con la cercanía como punto de partida. No sólo hay que dedicar tiempo al hogar sino calidad en ese tiempo.
Cómo idea principal para una mejora de la convivencia en general, apuntamos la superación del individualismo imperante en nuestra sociedad para una mayor toma de conciencia de los conflictos y su resolución.
Hubo muchas propuestas en el grupo de trabajo para la resolución de conflictos, así pues, los conflictos en nuestro entorno social se resuelven desde:
A todos los niveles se reivindica un espacio donde dialogar, donde cada ciudadano pudiera expresar, compartir y resolver sus conflictos, lo cual pasa por fomentar el asociacionismo ciudadano y la coordinación de todos los servicios, implicando con ello a sus técnicos, puesto que en muchos ámbitos se reivindica la figura del mediador social.
Como conclusión, se extrajo la idea de que es necesario hacer un esfuerzo para DESAPRENDER lo aprendido (el egoísmo), y aprender a pensar en el otro. “Es mejor autoevaluar que evaluar”…
