XIV FORO GRUPO DE TRABAJO Nº 2

VICENT GOZALVEZ PÉREZ

La responsabilidad educativa de los medios de comunicación

VICENT GOZALVEZ PÉREZ COORDINADOR

Como introducción al debate de nuestro grupo de trabajo, que versaba sobre la relación entre ciudadanía y medios de comunicación, hemos recordado las tres funciones clásicas de la actividad mediática, esto es, las de informar, formar y entretener; así como sus bienes internos. Este último término, acuñado por MacIntyre, hace referencia a aquellas características o virtudes que legitiman socialmente una actividad, o lo que es lo mismo, que dan sentido a su existencia; tomando como referencia a Conill y Gozálvez en Ética de los medios, éstos serían: aumentar la libertad de los ciudadanos, permitiendo la libre expresión de sus opiniones; potenciar una opinión pública razonante; y entretener; todo ello con el fin último de generar una opinión pública madura y responsable. Así, partiendo de todas estas nociones, hemos discutido críticamente sobre la situación actual de los medios de comunicación, en cuanto a su fidelidad hacia los principios anteriores.

Cabría decir que no nos hemos conformado con permanecer en un plano meramente descriptivo, sino que hemos intentado llevar a cabo un examen crítico de nosotros mismos, como consumidores y/o usuarios de los medios de comunicación (términos ambos que, en sí mismos, podrían suscitar ya un amplio debate, puesto que denotan cierta actitud, más pasiva o más activa, hacia el modo de situarse ante la actividad mediática). Así mismo, hemos tratado de unificar criterios en cuanto a las medidas o condiciones necesarias para mejorar la situación actual. Así, tras un fructífero debate, hemos consensuado las siguientes conclusiones:

  • Los medios de comunicación actuales están condicionados económica y políticamente; son utilizados como medios de control y se protegen y apoyan mutuamente.
  • Para cambiar esta situación consideramos necesario:
    • La implicación y el compromiso de las Instituciones Públicas, llevando a cabo acciones que garanticen la calidad en los medios, ya sea estipulando límites en cuanto a horarios, contenidos de los programas, respeto a la dignidad de las personas, etc.; o creando Organismos que lleven a cabo estas funciones, y que sean independientes de los poderes políticos y económicos. Además, este requisito está muy relacionado con el siguiente, ya que también es competencia de las Instituciones Públicas:
    • Regular los programas educativos, de manera que la relevancia actual de los medios de comunicación tenga su reflejo en la Escuela. Sólo si los niños y niñas “hacen suyo” el lenguaje audiovisual, podrán actuar críticamente frente a los medios.
    • También es necesaria una educación audiovisual generalizada de toda la población, que le permita posicionarse críticamente ante los mensajes recibidos, y que le haga ser consciente de su poder como colectivo, basado en la asunción individual y conjunta de responsabilidades.
    • Por último, y muy relacionado con la conclusión anterior, resulta también necesaria una acción reflexiva del público, esto es, llevar a cabo acciones individuales o colectivas que le empoderen, como por ejemplo: exigir espacios de opinión pública, intervenir en los medios cuando nos sea dada la oportunidad, actuar como tutores responsables de otros (especialmente padres, madres y educadores), etc.

Todo ello, partiendo de la formación (relativa a los elementos de la actividad mediática), de unos valores democráticos y compartidos, y desde una actitud basada en la esperanza y en la paciencia, puesto que creemos que los resultados no se producirán a corto plazo, sino a medio o largo.

  • Por otra parte, también creemos que Internet se desmarca del resto de medios, ya que supone una plataforma interactiva, que devuelve al usuario su protagonismo. Es cierto que su uso (y sobre todo su control) provoca muchas controversias, y que, como el resto de medios de comunicación, requiere de una formación adecuada; pero en cualquier caso, debemos aspirar a que toda la actividad mediática alcance esta dimensión de participación social.

A modo de resumen de las conclusiones anteriores, diremos que un cambio en aquello que no nos gusta de los medios de comunicación actuales es posible, pero que resulta imprescindible la toma de conciencia de nuestras propias actitudes y comportamientos, la formación audiovisual ciudadana y las acciones reales.