15 grandes ciudades que están decididas a sacar los coches de sus calles
¿Es posible un futuro sin coches?
Esta es una de las preguntas que me realizaron durante una entrevista en el programa Cochecracia para La Sexta Columna. La pregunta realmente suena a utopía y es que eliminar por completo los coches de nuestro entorno urbano (y rural) es algo prácticamente imposible. “No sobra el coche, sobran coches”, afirmaba Miguel Álvarez, uno de los entrevistados en el programa.
La historia del automóvil se remonta a mucho antes del desarrollo del motor de combustión interna (motor de gasolina). De hecho, el primer automóvil (vehículo autopropulsado que funcionaba sin la ayuda de animales) fue el Fardier, un vehículo a vapor (1769) creado por Nicolás Cugnot; aunque se trataba de un vehículo muy pesado, ruidoso y temible por su poca fiabilidad. Muchos kilómetros han sido recorridos desde entonces y, es que en el siglo que ha transcurrido desde que el Ford Modelo T fuera introducido en el mercado (1908), el número de vehículos a nivel global ha superado los más de mil millones.
El año 2016 fue el más cálido de la historia por tercer año consecutivo. Dieciséis de los diecisiete años que hemos vivido este siglo XXI han sido los más cálidos jamás vividos. Además, superadas las 400 ppm, hoy tenemos la mayor concentración de CO2 en la atmósfera de los últimos 4 millones de años. En este contexto, el transporte se sitúa como uno de los sectores con mayor incremento de emisiones de Gases de Efectos Invernadero (GEI), contribuyendo de forma importante al cambio climático.
El sector del transporte supone entre un 14-15% del total de emisiones mundiales de GEI (por detrás de la generación de energía y calor, el cambio de usos del suelo y la industria) y casi un cuarto de las emisiones en Europa. De éstas, tres cuartas partes provienen del tráfico en carretera. El principal problema es que mientras las emisiones de la mayoría de sectores han visto un claro descenso desde 1990, las del sector transporte han experimentado un importante incremento.
Pero el tráfico rodado no solo supone un impacto a nivel de calentamiento global. Es también la principal causa de contaminación atmosférica en muchas ciudades (provocando problemas respiratorios); una importante fuente de contaminación acústica; motivo de siniestralidad; y supone una ocupación poco democrática del espacio público. Por estos motivos (y algún otro), muchas ciudades han decidido iniciar la transición hacia lo que hoy se denominan Carfree cities.
¿Qué es una ciudad Carfree?
Una ciudad Carfree, o una ciudad libre de coches, es una área urbana que fomenta el uso del transporte público, el espacio para uso peatonal y para bicicletas en su centro urbano. Estas ciudades reducen en gran medida la dependencia del petróleo, la contaminación del aire, las emisiones de gases de efecto invernadero, los accidentes automovilísticos, la contaminación acústica y la congestión de tráfico.
Algunas ciudades tienen uno o más distritos donde los vehículos motorizados están prohibidos, conocidos como zonas libres de automóviles. Muchas de las ciudades más antiguas de Europa, Asia y África fueron fundadas siglos antes de la aparición del automóvil, y algunas de ellas siguen teniendo áreas libres de coches en el casco antiguo, especialmente en las áreas donde la circulación es difícil, debido a las características urbanísticas (calles estrechas, unidireccionales, etc).
Hoy existen cientos de iniciativas Carfree en docenas de ciudades alrededor del mundo, tal y como se puede ver en la siguiente lista. Nosotros hemos realizado una selección de 15 casos paradigmáticos que seguidamente os desarrollamos.
1. Madrid
Madrid ya ha prohibido buena parte del tráfico en ciertas calles de la ciudad, en una zona que cada vez se va expandiendo más y más. A finales de 2016, la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, reiteró su plan de expulsar los coches privado del centro de la ciudad. En una entrevista en la Cadena Ser, confirmó su compromiso de que la principal avenida de Madrid, la Gran Vía, sólo permita el acceso a bicicletas, autobuses y taxis antes de dejar el cargo en mayo de 2019. Es parte de un esfuerzo mayor de prohibir todos los coches diésel en Madrid antes de 2025.
Madrid quiere que su centro sea completamente peatonal en los próximos cinco años. Veinticuatro de las calles más transitadas de la ciudad serán rediseñadas para los peatones, no para los conductores. Antes de que los diseños de la calle cambien, se desalentará el uso del coche de otra manera: los coches más sucios y contaminantes de la ciudad deberán pagar más por aparcar.
2. Oslo
Oslo planea prohibir permanentemente todos los coches en el centro de la ciudad antes de 2019 —seis años antes de que la prohibición tenga lugar a nivel de país—. La capital noruega invertirá fuertemente en transporte público y reemplazará 60 km de carreteras previamente dominadas por automóviles con carriles bici. Se planea disminuir el tráfico de automóviles hasta un 30% para el 2030.
Pero si en algo destaca Noruega es en su posicionamiento y apuesta por el vehículo eléctrico. Con más de 100.000 vehículos eléctricos circulando por sus calles, la cuota de mercado de este tipo de vehículo en el país nórdico es del 37%, el valor más alto del mundo. ¿Cómo ha llegado el país a este valor? Las grandes ventajas fiscales y de circulación ofrecidas a este tipo de vehículos son la clave del éxito noruego. Entre éstas se encuentra un “bonus ecológico” que supera los 6.000 euros. Con esta subvención se logra equiparar el precio de los coches eléctricos al de los de gasolina a igualdad de segmento, haciéndolos competitivos para el comprador.
Además, en Noruega a los conductores de coches eléctricos se les permite utilizar los carriles reservados al transporte público, penetrar en zonas acotadas de las ciudades y aparcar o recargar sus baterías sin coste alguno, algo que ya ha provocado algún que otro tipo de controversia. La población noruega hoy se decantan por el coche eléctrico principalmente por una cuestión económica, por encima de una motivación ambiental.
3. París
En el año 2016, cuando los niveles de smog de la capital francesa fueron protagonistas en muchos medios de comunicación, la ciudad prohibió por un breve lapso de tiempo los automóviles con placas pares. Con esta medida, la contaminación cayó hasta un 30% en algunas áreas. Consciente de estos resultados, ahora la ciudad planea comenzar a desalentar de manera permanente a los automóviles. En el centro de la ciudad, las personas que no vivan en barrios locales no podrán conducir en él durante los fines de semana, y esa norma pronto podría desplegarse a toda la semana.
Para el año 2020, la alcaldesa Anne Hidalgo planea duplicar el número de carriles bici en la ciudad, prohibir los coches diésel y limitar ciertas calles de alto tráfico a los coches eléctricos y otros vehículos de muy bajas emisiones. De hecho, el número de conductores en la ciudad ya está empezando a caer. En 2001, el 60% de los parisinos poseía automóvil; hoy ese valor es el 40%.
Además, el gobierno francés ha tomado una interesante decisión por la cual instalarán 1.000 km de paneles solares en sus carreteras a lo largo de los próximos cinco años. El anuncio llega tras cinco años de investigación, desarrollada conjuntamente por la empresa constructora Colas y el Instituto Nacional de Energía Solar. Aunque la medida también ha generado polémica debido al alto coste asociado a su implementación.
4. Chengdu
En el suroeste de China se está planificando el diseño de una nueva ciudad satélite que podría servir como un modelo para un suburbio moderno: en lugar de diseñar una ciudad pensada para el vehículo privado, se diseñará para que se pueda llegar a cualquier ubicación en un trayecto de 15 minutos a pie.
Los planes, diseñados por los arquitectos de Chicago, Adrian Smith y Gordon Gill, no exigen la prohibición total de los coches, aunque sólo la mitad del área de carretera permitirá el paso de vehículos motorizados. La ciudad también conectará a la ciudad más grande cercana de Chengdu con el transporte público. La mayor parte de la población, una población esperada de unas 80.000 personas, será capaz de caminar para ir al trabajo en barrios locales. El proyecto, cuya finalización estaba prevista para 2020, es probable que sufra algún retraso ya que actualmente se encuentra suspendido debido a problemas de zonificación.
5. Hamburgo
Aunque Hamburgo no está planificando prohibir los coches en su centro de la ciudad (tal y como se ha difundido en algunos medios), la ciudad está haciendo cada vez más fácil el no conducir. Una nueva “red verde”, que se completará en los próximos 15 a 20 años, conectará los parques de la ciudad, haciendo posible andar en bicicleta o caminar en cualquier lugar. La red cubrirá el 40% del espacio de la ciudad. La ciudad también está cubriendo secciones de la bulliciosa autopista A7 con parques, para que los barrios que antes eran difíciles de cruzar a pie pronto sean más atractivos.
6. Helsinki
Helsinki espera una inundación de nuevos residentes en las próximas décadas, pero cuanta más gente venga, menos coches serán permitidos en las calles de la ciudad. En un nuevo plan, la ciudad proyecta un diseño que transformará los suburbios dependientes del automóvil en comunidades densas y transitables conectadas al centro de la ciudad por medio de transporte público rápido. La ciudad también está construyendo nuevos servicios de movilidad bajo demanda para agilizar la vida sin automóvil. Una nueva aplicación permite a los ciudadanos llamar de inmediato una bicicleta compartida, coche o taxi, o encontrar el autobús o tren más cercano. En una década, la ciudad espera que sea totalmente innecesario poseer un coche.
7. Milán
La ciudad de Milán está probando una nueva manera de mantener los coches fuera del centro de la ciudad: si los viajeros dejan sus vehículos en casa, obtendrán bonos de transporte público gratis. Una caja conectada a internet situada en el salpicadero del vehículo realiza un seguimiento de la ubicación del coche, por lo que nadie puede hacer trampa e ir al trabajo en vehículo privado. Con este sistema cada día que pasa más y más vehículos se quedan en casa, y el ayuntamiento envía un bono del mismo valor que un billete en autobús o tren.
8. Copenhague
Hace cuarenta años, el tráfico era tan malo en la capital danesa como en cualquier otra gran ciudad. Ahora, más de la mitad de su población va a estudiar o a trabajar en bicicleta cada día. Copenhague comenzó a introducir zonas peatonales en el centro de la ciudad en la década de 1960 y las zonas libres de automóviles se extendieron paulatinamente durante las décadas siguientes. La ciudad ahora tiene más de 300 km de carriles bici, con nuevas autopistas para ciclistas en desarrollo para llegar a los suburbios circundantes. La ciudad tiene una de las tasas más bajas de propiedad de automóviles de Europa.
9. Atenas
En diciembre de 2016, Atenas, capital de Grecia, anunció que prohibiría los coches diésel en el centro de la ciudad en el año 2025. La iniciativa sirve como un intento de mejorar la calidad del aire de la ciudad. Atenas ya restringe los vehículos diésel del centro de la ciudad en ciertos días, basándose en la matrícula del vehículo, pero el alcalde afirma que su objetivo es eliminar finalmente todos los coches de la zona.
Ciudad de Londres. Foto: Pedro Szekely/Flickr.
Al igual que París, el alcalde de Londres afirma que la ciudad prohibirá los coches diésel para 2020. Actualmente, la ciudad desalienta el uso de motores diesel en algunas áreas de la ciudad cobrando una tarifa de £11.50 por día para los coches diésel que entran en horas pico. Recibe el nombre de “cargo por congestión”.
“Londres ya está hablando de una zona de emisiones ultra bajas, con prohibición total a todo tipo de vehículos diésel”, afirmó Stephen Joseph de la Campaña por un Mejor Transporte al diario inglés Telegraph. “No es improbable que sean prohibidos por completo del mismo modo que lo ha hecho París”.
11. Bruselas
La mayoría de las calles que rodean la Grand-Place, la Bolsa de Valores y la Rue Neuve (una de las principales calles comerciales) siempre han sido peatonales, constituyendo la segunda zona libre de automóviles más grande de Europa, detrás de Copenhague. En 2002, Bruselas lanzó su primera “semana de la movilidad”, destinada a fomentar el transporte público por encima del transporte privado. Cada año, el 22 de septiembre, todos los coches serían prohibidos en todo el centro de la ciudad.
La ciudad está buscando más maneras de expandir sus zonas libres de automóviles —una propuesta convertiría un popular bulevar de cuatro carriles en una zona peatonal—. En febrero de 2016, Bruselas anunció que los coches diésel fabricados antes de 1998 serán prohibidos a partir de 2018.
12. Ciudad de México
En abril de 2016, el gobierno local de la Ciudad de México decidió prohibir una parte de los automóviles privados en el centro de la ciudad dos días a la semana y dos sábados al mes. Se determina qué coches pueden salir a la calle en un día concreto a través de un sistema giratorio basado en números de la matrícula. Según Associated Press, la política se aplica a unos dos millones de automóviles y ayuda a mitigar los altos niveles de smog de la ciudad.
Mientras que muchas ciudades han impuesto prohibiciones de vehículos, Vancouver ha persuadido a un número creciente de residentes para viajar en transporte público. En el año 2015, la población de esta ciudad canadiense realizó la mitad de todos sus viajes a pie, en bicicleta, en autobús o en metro. Esto es considerablemente más que cualquier ciudad estadounidense de tamaño comparable, como Seattle (21%) y Filadelfia (27%), según un informe de Naciones Unidas de 2015.
El movimiento ciudad sin vehículos podría haber sido generado por decisiones históricas de diseño urbano, como convertir parte de una importante avenida, la Granville Street, en un centro comercial peatonal en la década de 1970 y ampliar la red de carriles bici en 2008. La ciudad también alberga un día sin automóviles, que tiene lugar cada mes de junio, prohibiendo los coches en las manzanas más concurridas para organiza festivales en la calle.
14. Nueva York
En 2008, se anunció el programa Summer Streets, que consistía en abrir una ruta de 11 kilómetros exclusiva para peatones y ciclistas en Nueva York; un experimento en una ciudad con una cultura de la movilidad muy centrada en el automóvil. La iniciativa empezó siendo una prueba piloto en el año 2009 y, luego, fue adoptada de manera permanente en febrero del 2010.
Janette Sadik Khan peatonalizó Times Square y humanizó la intersección de la Avenida Broadway y la Séptima Avenida en Manhattan. De esta manera, la ciudad se rejuveneció con la incorporación de diez hectáreas de espacio público en el centro neoyorquino. Se acumularon casi 650 kilómetros de carriles para ciclistas, se instauró el más grande sistema de bicicletas públicas y se incorporaron 60 nuevos espacios verdes en toda la ciudad.
15. Barcelona
Barcelona prohibirá la circulación de los automóviles más contaminantes a partir de 2020 y ofrecerá a esos propietarios la posibilidad de viajar durante tres años de manera gratuita en transporte público. Los propietarios de vehículos que se sumen a esta iniciativa, con la que se pretende combatir la alta contaminación atmosférica, recibirán la tarjeta verde (un nuevo título de transporte) que permite usar los diferentes medios de transporte públicos de manera gratuita.
Los coches que podrían ser objeto de este nuevo programa son los diésel fabricados antes del 2006 (Euro 3) o los de gasolina de más de veinte años, fabricados antes de 1997 (Euro 1). También se podrán acoger las motocicletas matriculadas antes de julio de 2004.
Además, el Ayuntamiento de Barcelona quiere dar un impulso al programa de supermanzanas (una manzana de casas, pero más pequeña que un barrio, con calles pacificadas) en diferentes barrios de Barcelona, con vocación de ir extendiéndolas por toda la ciudad. Las zonas consolidadas a las cuales se sumaran las próximas supermanzanas se sitúan en el Poblenou, en la Antiga y la Nova Esquerra de l’Eixample, en Sants y Hostafrancs y en la Maternitat y Sant Ramon. Tal y como lo define el propio Ayuntamiento, se trata de: “una oportunidad para favorecer la movilidad sostenible, la productividad, los espacios de estancia para el peatón o la eficiencia energética”.
Lluís Torrent
Artículo publicado en Muhimu.