José Ballester Gozalvo: una biografía entre la pedagogía y la política
Hay profesores que en los grandes procesos de cambio social convirtieron la pedagogía en política, transformándose en líderes sociales, algunos son poco conocidos, José BALLESTER GOZALVO es uno de ellos.
Nacido en 1893 en el Cabanyal, un pueblecito de pescadores dentro de los denominados poblados marítimos hoy convertidos en un barrio de Valencia, dentro de una conocida familia de maestros, estudia magisterio en la misma ciudad, ampliando estudios en la Escuela Superior de Magisterio, donde coincide con el alicantino Rodolfo Llopis, relación que será de gran trascendencia en su vida.
Dentro de las curiosidades de esta época, fue fundador con 17 años del Levante UD en 1909 lo que da muestras de su incansable labor asociativa. Crece dentro del ambiente del blasquismo valenciano y del periódico “El pueblo”. Esa pasión social le llevaría a completar sus estudios de magisterio con los de derecho, que utilizaría posteriormente.
Obtiene con 25 años la plaza de “Pedagogía, historia y rudimentos de derecho” en la Escuela Normal de Soria, implicándose en la vida madrileña al hacerse socio del Ateneo de Madrid en 1918, donde desarrollará una intensa labor en el ámbito de la pedagogía, coincidiendo de nuevo con Llopis y con otros sindicalistas como Manuel Alonso Zapata, viviendo el ambiente cercano a la ILE. Publica en 1919 en la revista la Escuela Moderna “Colaboración del médico y del maestro en la labor educativa: inspección médico-escolar” donde refleja la penosa situación de muchas escuelas castellanas. En noviembre de 1923 obtiene traslado a la Normal de Segovia donde nace su amistad con Antonio Machado y con el círculo que se mueve a su alrededor. En 1924 solicita una beca de la JAE para estudiar la orientación profesional en las escuelas francesas, belgas y suizas, que no puede desarrollar. En 1926 obtiene el destino en la Normal de Toledo, lo que le permite implicarse en los círculos republicanos de la ciudad, dirigidos en ese momento por Félix Urabayen, participa en la Alianza Republicana y funda en 1929 el Partido Republicano Radical Socialista (PRRS) donde destacan Álvaro de Albornoz, Fernando Valera y especialmente Marcelino Domingo, con el que le une la actividad ateneísta y la vocación pedagógica. Publica en 1929 con otros autores una “Historia de la Pedagogía”.
En Toledo, además de su trabajo como profesor de la Normal, desarrolla una intensa labor como abogado laboralista vinculado a la casa del pueblo (sede de las sociedades obreras) lo que le da una fuerte proyección social en estos años finales de la Monarquía, manteniendo además colegiación en Madrid en los siguientes años. Todo ello favorecería su candidatura como concejal en la conjunción republicano-socialista de la ciudad en las elecciones de abril de 1931, es proclamado alcalde de Toledo tras una victoria aplastante de 15 concejales de la conjunción frente a 10 monárquicos. Poco después, se producirían las elecciones a Cortes constituyentes volviendo a presentarse José Ballester Gozalvo, obteniendo 52.276 votos y la conjunción 8 diputados frente a 2 de Acción Nacional. Su partido el PRRS obtuvo 55 diputados en total en las Cortes. Se convertiría durante este tiempo en colaborador del Ministro de Instrucción Pública Marcelino Domingo y tendría una destacada labor en la Comisión de Instrucción pública de las Cortes. Dimite en septiembre de dicho año 31 como alcalde para centrarse en la actividad parlamentaria.
Respecto a la divulgación pedagógica, muestra de su defensa ardiente de las tesis del cambio educativo propuestas por el movimiento de la Escuela Nueva, es la publicación en 1930 de una recopilación de sus conferencias titulada “La escuela única” en la revista valenciana “Cuadernos de Cultura” con una portada de Josep Renau. La misma denominación es la de la memoria presentada por la Sección de Pedagogía del Ateneo de Madrid para su discusión durante el curso 1931/32 y presentada por él mismo como su secretario, mientras el Ateneo era presidido por Manuel Azaña.
En el ámbito político donde él está se producen sucesivos cambios, en mayo de 1931 hay una escisión en el PRRS de Madrid por las relaciones del gobierno provisional con los lerrouxistas (encabezada por Balbotín), otra en mayo de 1932 por la política de orden público (encabezada por Eduardo Ortega y Gasset) y una tercera en junio de 1933 por las relaciones con los socialistas (encabezada por Gordón Ordax). José Ballester Gozalvo coincidió siempre con Domingo y Albornoz con los que fundaría en septiembre de 1933, al producirse la segregación definitiva, el partido republicano radical socialista independiente (PRRSI). Estas sucesivas divisiones entre los republicanos que apoyaban la conjunción republicano socialista, junto con el debate de las constituyentes, fueron reseñadas en 1934 en su libro “El final de las constituyentes: la serpiente y el león”. Dentro de su actividad política de apoyo a Marcelino Domingo funda y dirige en 1932 el semanario “La lucha” en Toledo. En junio de 1933 fue elegido miembro de la junta de gobierno del Ateneo de Madrid bajo la presidencia de Miguel de Unamuno.
Tantas divisiones produjeron un desastre para los republicanos de izquierda en el resultado de las elecciones de 1933, a excepción de Cataluña. Izquierda republicana (IR) de Manuel Azaña iría recogiendo posteriormente los restos del republicanismo de izquierda en el que se incluye Ballester Gozalvo, quedando los centristas en Unión Republicana (UR) comandados por Martínez Barrio y Valera. Ballester fue detenido y encarcelado durante la revolución de 1934, aunque nada tuvo que ver. En las elecciones de 1936 no se presenta, pero sería llamado a la gestión por Azaña y Marcelino Domingo a la Dirección General de Enseñanza Primaria con el ministro Francisco Barnés desde mayo hasta septiembre de 1936.
Obtiene en enero de 1932 la plaza inicialmente de Filosofía y Psicología en la Escuela Normal de Maestras de Madrid, a la que se añadiría en su denominación Pedagogía. Forma parte desde junio de 1931 del patronato de Misiones Pedagógicas como vocal de la comisión central, participando en la misión de diciembre de 1932 en San Martín de Valdeiglesias en Madrid. En 1936 publica “Tres nombres olvidados de la pedagogía española: Baldirí Rexach Carbó, Vicente Blasco García y Eduardo Benot Rodríguez”.
Durante la guerra civil participa en la organización de las milicias de Izquierda Republicana y es presidente-comandante del Comité de Milicias Populares de Madrid. En febrero de 1937 es nombrado Fiscal Militar de la Auditoría de Valencia y el 9 de noviembre asesor jurídico de la Comandancia militar de Cataluña, por último sería requerido como asesor jurídico de la Presidencia del Consejo de Ministros, participando en multitud de conferencias en defensa de las medidas de los gobiernos republicanos, como “Disciplina” en la Escuela Popular de Guerra, o haciendo uso de la radio como en radio-telégrafos de Valencia para el sindicato nacional de maestros de la FETE “La Iglesia nuestro mayor enemigo en la guerra” o en Unión Radio Valencia sobre “La nueva ley electoral en la URSS” publicada posteriormente por la Asociación de Amigos de la Unión Soviética (AUS). Al finalizar la guerra marchó a Francia siendo condenado en ausencia a 30 años de reclusión mayor.
En el exilio fue presidente de la Liga de Derechos del Hombre, vocal del Ateneo Iberoamericano en París, miembro importante de la Gran Logia Española y del Grand Oriente de Francia. Trabajó en la Editorial Quillet como Director Científico de las ediciones en Lengua Española. Fue responsable de la Sección de Lengua Española de la Asamblea Nacional Francesa, por su amistad con Edouard Herriot, Primer Ministro y durante largos años Presidente de la Asamblea Nacional. Tradujo al español obras de Pierre Mendes France y de Albert Camus, entre otros, colaboró con las emisiones de Radio París para España y con la actividad de los gobiernos republicanos en el exilio. Como presidente de la organización en Francia de Izquierda Republicana preside los actos de homenaje a Azaña en 1946 en Montauban y es durante un tiempo subsecretario de Estado en el Gobierno de la República en el exilio.
En 1945 publica un libro homenaje a los exiliados “En el destierro” donde incluye poemas y artículos publicados en diversos medios. En 1947 con motivo del IV centenario de Cervantes realiza una obra recopilatoria, así como dos tomos de una Historia general del Arte publicada en Buenos Aires. Mantiene frecuentes conferencias sobre asuntos españoles en la Sorbona y en el Ateneo Iberoamericano de París, siendo reconocido en el mundo cultural y político francés. Escribió algunas brillantes cartas de protesta como las que hizo a Eisenhower en 1959 antes de su visita oficial a España y a De Gaulle a finales de los sesenta cuando hizo una visita privada a España, recordando el papel de los republicanos españoles en la guerra mundial y frente al fascismo; con anterioridad había utilizado el género epistolar para el debate político como la dirigida a Gil Robles en 1944 cuando comienza a aglutinar a sectores disidentes del franquismo proponiendo una salida monárquica.
Murió en París en 1970 a los 77 años, después de 31 de exilio, permanece enterrado como tantos otros lejos de su tierra y con la consabida falta de reconocimiento y justicia, hace pocos años ha empezado a reconocérsele en Valencia: el Ayuntamiento le ha dado el 18 de abril de 2019 una calle en el paseo que bordea la playa de la Malvarrosa, se da además la circunstancia de que fue el primer presidente del club de futbol Levante UD y anteriormente se le dio su nombre en 1992 a un Instituto de Enseñanza Media situado en el Barrio de Torrefiel, en el «Carrer Alemany».
Alfredo Liébana Collado