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Adela Cortina: “Hay dos modelos de ciudadanía: la simple, que prescinde de las diferencias, y la compleja, que las incorpora”

“La universidad tiene que formar no solo profesionales, sino también ciudadanos”, ha subrayado la catedrática de Ética y Filosofía Adela Cortina. Doctora honoris causa por la Universitat Politècnica de València, Cortina ha sido la encargada de impartir la conferencia inaugural de la jornada “Una universidad diversa, una ciencia diversa”, que ha tenido lugar en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Informática de la UPV.

Según la filósofa, “la universidad tiene que ser independiente para poder ejercer su responsabilidad: transmitir el conocimiento, impulsar la investigación… y para buscar la verdad a través de la deliberación, preocupada por descubrir qué es lo verdadero y lo justo, dejando a un lado dogmatismos”. Porque, “hay personas interesadas en potenciar las diferencias al máximo, dando a entender que no tenemos nada que nos una. Por ello, hay que potenciar el diálogo, algo que en la universidad es más fácil”.  “Hay dos modelos de ciudadanía: la simple y la compleja”, ha explicado Cortina.

“La primera prescinde de las diferencias. En cambio, la compleja articula una ciudadanía igual para todos, pero teniendo en cuenta las diferencias, porque los seres humanos somos diferentes”. Por todo ello, “la universidad debe educar en la diversidad, y acoplar las diferencias de los colectivos marginados, respetando la dignidad de todos y evitando que se generen desigualdades”.

“La ciudadanía se construye articulando la diversidad. Pero, ojo, no todas las diversidades son legítimas”, ha señalado la catedrática. “No se puede tolerar el desprecio a las mujeres; los discursos del odio; el antisemitismo; el rechazo a la discapacidad; la discriminación por motivo de la orientación sexual; la islamofobia; la cristianofobia, que también existe ese menosprecio al que es creyente…”

Fomentar la igualdad y la hospitalidad

Según Cortina “es el cerebro humano el que tiene una tendencia a dejar fuera lo extraño”. En su última publicación, Aporofobia, el rechazo al pobre, la catedrática reflexiona sobre uno de los problemas sociales y políticos más acuciantes de nuestro tiempo. Frente a él propone, a través de la educación, la eliminación de las desigualdades y la promoción de una democracia que fomente la igualdad y la hospitalidad. En este sentido, “las universidades tienen que estar muy atentas para tratar de percibir esas diferencias y saber dónde están los más vulnerables de manera que no queden relegados”.

Los retos de la diversidad en la universidad La jornada ha contado con la presencia del rector de la UPV, Francisco Mora, y del director general de la Agencia Valenciana de Igualdad en la Diversidad, José de Lamo Pastor. Mora ha explicado que “con esta actividad, buscamos el análisis crítico y fomentar el intercambio de experiencias porque, como universidad, tenemos que hacer hincapié en la educación inclusiva”.

Por su parte, Lamo Pastor ha indicado que “en los últimos años se han producido avances en diversidad afectivo-sexual y étnico-cultural, pero es importante que las universidades estén a la vanguardia también en estos contextos”.

Artículo publicado en Valencia Económica.

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