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Cierre del Horno de San Nicolás

Como ciudadanas y ciudadanos que vivimos en Valencia nos preocupan y nos disgustan algunas de las cosas que nos ocurren.

Hablamos sin ir más lejos del Horno de la plaza de San Nicolás, que da nombre a la misma, donde se instaló hace más de 200 años.

Hoy, a 27 de octubre del 2023, tomamos la palabra los tres hijos de Vicente Bellver  y de Teresa. Son nuestros padres que en la década de los 50 tomaron en cargo el horno que estaba en aquel momento como lo vemos hoy, e instalaron su hábitat en un piso justo arriba del mismo.

Era la década de los 50 y allí permanecimos uno 10 años hasta que pasamos a otro horno en la calle Turia de Valencia.

Tere, Amparo y Vicente, que somos sus hijos, estamos conmovidos al comprobar que una persona (suponemos del barrio) ha tomado la iniciativa de recoger firmas para impedir que el cierre de esta emblemática panadería vea cerradas sus puertas indefinidamente.

Así pues, nuestros padres empezaron con toda la ilusión y el ímpetu de su juventud a andar por esas rutas del artesanal oficio de panaderos y algunas de las actividades más típicas de la pastelería antigua (pastas caseras) eran también su quehacer diario para endulzar fiestas señaladas, Navidades, Pascuas, santos, cumpleaños… “Pastissets de moniato, panquemaos y coques de tota clase, així com rollets de anís, mantecaets, rosegons i tota clase de llepolies feien les deliçies de la gent del barri. sense oblidar les “rosquilletes Bellver” que tenien fin i tot una cançoneta en aquella época.”

En este barrio tan emblemático crecimos, jugamos, y merendamos en la famosa plaza, en la que no había peligro pues apenas circulaban vehículos.

Los juegos eran los tradicionales: al escondite, “chinches y caparres, San Vicent, i S`han cagat a l`escaleta” a mi derecha, saltar a la cuerda, tres en ralla, canicas, veo veo, a adivinar películas, eran los juegos de las cercanías físicas, de la proximidad.

La vecindad era como una gran familia y justo donde hoy está el colegio Mayor Rector Peset estaba la Escuela Oficial de Magisterio.

Qué decir de la Iglesia de San Nicolás, hoy tan visitada por sus magníficas pinturas que la han venido a llamar “ la Capilla Sixtina” de Valencia. En ella fue bautizado Vicente, el menor de los hermanos, el deseado varón de la familia. Tere tenía 10 años y Amparo 8.

Bueno y qué decir del colegio de la Sagrada Familia, (hoy reconvertido en Don Quijote  Centro Acreditado Spanish Language Learning)  en ese colegio estudiamos nosotros tres. Hoy día todavía mantenemos y cuidamos el vínculo amistoso de las componentes de aquel bachillerato con gran afecto y es así como, al menos una vez al año, celebramos un encuentro.

Por fin queremos resaltar nuestro amor al teatro Talía por haberlo frecuentado domingo tras domingo, mientras vivimos en la plaza del Horno de San Nicolás.

Los tres hermanos y nuestra madre pudimos gozar de aquel plantel de actrices y actores y de aquellas inolvidables obras del arte escénico. Destacamos la labor de Isabel Tortajada actriz, directora de la Compañía y profesora de la Escuela de Arte Dramático. Nuestro padre, por razón de su oficio y su ajustado horario que le hacía pasar sueño, no podía acompañarnos, pero nosotros se lo relatábamos y era una fiesta.

En estos últimos días la prensa valenciana, también La Vanguardia (diarios, emisoras de radio, televisión, …) se han hecho eco de la noticia de la bajada de persiana de este horno tan emblemático. Para nosotros, hijos de aquella pareja que alzó ladrillo a ladrillo la pared de lo que albergaría su progreso como industriales panaderos, nos ha invadido una profunda tristeza, tanto al recordarles como al pensar que se puede privar a la ciudadanía de tan excelentes servicios como los que han percibido hasta el pasado lunes 25 de Octubre.

Y nosotros no podemos dejar de hacernos algunas preguntas: ¿Cómo puede ser que, en pleno siglo XXI, deje de latir y respirar un lugar tan apreciado en esta ciudad? ¿Es sólo por falta de cumplimiento de una normativa? ¿Cómo es posible dejar de funcionar de un día para otro? ¿O será que 35.000€-40.000€ son una gran fortuna a la que nada ni nadie puede hacer frente, por no contar con algún balón de oxígeno en forma de ayuda, cuando se trata de un valioso patrimonio cultural y social ciudadano? ¿Cómo puede ser que no existan proyectos, diseños o alternativas por parte de arquitectos y personas de oficios similares, para adecuar los espacios de los que dispone ese local a la normativa más perfecta, saludable y adecuada? ¿No sería una magnífica noticia ver a esos 6 trabajadores  del Horno de San Nicolás convertirse en una cooperativa y recibir algún apoyo para acometer una nueva fase y continuar haciendo Historia?

Seguro que habrá más preguntas, quizá más razones y más consideraciones…

A nosotros todo esto se nos escapa, tal y como se nos escapan las lágrimas cuando afloran todos los recuerdos que hemos querido compartir con la ciudadanía valenciana. Pero si pensamos que habrá personas, técnicos cualificados, y cuantos entendidos sean necesarios en la materia, para encontrar alguna salida que nos depare un desenlace ¡ojala que satisfactorio para conservar ese trocito de patrimonio testigo de tantas vivencias, sueños, amistades….historias humanas!

Nuestro padre fue orientador y maestro de todos sus sobrinos, tanto por parte de su esposa como de los suyos propios, enseñándoles las claves del quehacer panadero. Todos se instalaron por diferentes barrios de la ciudad de Valencia haciendo de ella arte y oficio.

Y qué decir de Tere, la mayor de los hermanos, que desde muy joven unió su vida a la de un joven también panadero, Vicente Miralles hijo de padres del mismo oficio,  Vicente y Maria. La pareja Tere y Vicente continuaron hasta edad avanzada  en torno a los 50 años, regentando diferentes hornos en Valencia, el último de los cuales fue un local chaflán en Abben – AlAbar, esquina con Rodriguez de Cepeda.  Ellos vivieron la travesía PANADERA-PASTELERA reconocidos y valorados por su clientela, con unos estándares de calidad excelentes, lo que sin duda se debía en gran parte a haberse impregnado de las buenas estrategias panaderas de sus progenitores.

Los tres hermanos Tere, Amparo y Vicente estuvimos al lado de nuestros padres hasta que nos fue posible, ayudando tanto en el obrador como en el mostrador de nuestros queridos hornos, el de la Plaza del Horno de San Nicolas y el de la Calle Turia después, rozando las Torres de Quart.

Nuestro mensaje tiene un perfil más vivencial que  de cualquier otra índole, ya que se ha tratado de modo bastante exhaustivo en diversos medios de comunicación todo lo que supone o pueda suponer el cierre de algo más que un lugar tan antiguo como entrañable.

Lo que deseamos al compartir nuestro senti-pensar es que se pueda entender un poco mejor lo que significa proteger la panadería artesanal tal y como la conocimos en aquellos años 50.

Deseamos que la Magnitud de la respuesta CIUDADANA JUNTO A LA SENSIBILIDAD  de las INSTITUCIONES obren el triunfo de la permanencia del Horno de la Plaza de San Nicolás.

Amparo Bellver

  1. Empar Domenech Says:

    No se puede cerrar nunca, un horno tradicional de tantos años, y que ya forma parte de la cultura, e historia Valenciana como es el horno de San Nicolás, uno de los más típicos, en la artesanía de los dulces, el buen pan y las rosquilletas, valencianas, y que cada vez más con el modernismo y la industria rapida, están desapareciendo hornos tradicionales,de calidad por las expendedurias industriales, que no tienen nada que ver, con el pan bien hecho y los dulces auténticos y tradicionales, de calidad excelente para la salud, por todo ello, pido a las instituciones pertinentes, que con su ayuda impidan la desaparición de estos recursos auténticos y tradicionales, por ser buenos para la salud, además una seña de identidad para lo tradicional en nuestra Valencia.

  2. Rosa Maria Atienza Salmeròn Says:

    Es una joya artesanal y emocional…yo me crie alrededor …se necesita proteccion administrativa y emocional

  3. Maribel Viguer Says:

    Vicente Bellver fue el maestro panadero de mi padre y la persona que le hizo ilusionarse con llegar a ser hornero. Me lo contó muchas veces, cuando me hablaba de cómo empezó todo y porqué. Su querida prima Tere, hija de Vicente, es mi madrina. Los tres hermanos Bellver siempre nos han recordado a todos los
    Viguer lo que el horno de San Nicolás significó para ellos, y a nosotros, que también grabamos en nuestro olfato los mismos aromas a pan recién hecho, ese horno nos parecía un lugar mítico.
    Siento que desaparezca, más aún que la desaparición de otros hornos y comercios pequeños que llenaban de alegría los barrios de Valencia hace ya algunas décadas.
    Querido tío Xato, va por ti!!

  4. Vicente Viguer Gorgues Says:

    Así es, una lastima la situación de este horno por tener que cerrar, me da mucha pena pues mi padre era sobrino de Vicente Bellver y Teresa Cebriá ejemplo en el Gremio y en Valencia de profesionales auténticos y mentores extraordinarios de varias familias de panaderos de pro, en esta ciudad.

  5. Vicente Viguer Gorgues Says:

    Gracias a ellos Vicente y Teresa con su ejemplo dejaron una estela de familias como las de sus hijos, sus sobrinos y parientes José, Rafael, Vicente, Adrián, Manuel, todos Viguer y algunos más que edificaron su vida entorno a la profesión de Panaderos con pasión y dedicación absoluta, sirva esto de homenaje y recuerdo para ellos.

  6. Amparo Bellver Cebria Says:

    Gracias a todas las personas por sus aportaciones en apoyo al arte y oficio panadero.
    Este cierre del Horno de San Nicolás no será definitivo gracias a la sensibilidad de las personas que están luchando por su permanencia.

  7. Amparo Bellver Cebria Says:

    Especial agradecimiento a Maribel y Vicente por sus reconfortantes palabras en recuerdo del legado de nuestros Padres Vicente y Teresa.
    Su amor y dedicación a la panadería artesanal desde esa emblemática plaza en el horno que le da nombre allá por los años 50 ciertamente dejaron huella.
    Un abrazo emocionado.

  8. Amparo Bellver Cebria Says:

    Gracias También a cuantas personas están apoyando con diferentes iniciativas, la permanencia del Horno de San Nicolás tan valorado y reconocido por la ciudadanía Valenciana
    La panadería es arte y oficio. Cuidémosla.

  9. Amparo Palanca Furio Says:

    Siento mucho la falta de sensibilidad de los encargados de este cierre. Cómo muy bien han comentado.Porque no se les ayuda?? Porqué un Horno de tantos siglos, y que cumple una función lo cierran?
    Estoy apenada por cómo se destruye, un trozo de Nuestro Patrimonio.

  10. MANUEL DONET BELLVER Says:

    Espero y deseo que con nuestras firmas y apoyo podamos evitar el cierre del HORNO DE SAN NICOLÁS, historia viva y un orgullo para todos nosotros, en la gran ciudad de VALENCIA

  11. Inmaculada Contreras Says:

    Hace meses que asisto con preocupación a un goteo de noticias relacionadas con el cierre de tiendas históricas. Este es el caso del Horno de San Nicolas.
    A veces lo que desaparece con el cierre de una tienda o un local de productos como pan o pastas artesanas es una parte pequeña, pero importante, de la cultura, una manera de hacer repostería, unos productos artesanos o una selección de productos única, por poner unos ejemplos.
    Parece claro, por el número de cierres que se están produciendo, que ningún organismo se ha preocupado de proteger el valor histórico de estas tiendas. Muchas de ellas tienen un gran valor cultural o arquitectónico y, además, un indudable lazo emocional para los que comprábamos en ellos.
    De la misma manera que se protegen los cascos históricos y se regula la urbanización en ellos, cierto tipo de comercio como es el horno de San Nicolas que lleva más allá de 200 años funcionando, es un patrimonio histórico que habría que preservar.

  12. Pilar Carrascosa Sánchez Says:

    Entrañable y necesario el artículo de los hermanos Bellver, que justa es esta iniciativa para el mantenimiento de tradiciones y trabajos que nos enriquecen a los ciudadanos. Merece toda nuestra fuerza y apoyo. Toda mi admiración por el tesón y buen hacer de la familia.

  13. Asunción Lis March Says:

    Cuando me enteré del cierre del icónico Horno de San Nicolás, sentí una profunda tristeza al presenciar la gradual desaparición de estos comercios tan arraigados en nuestra tradición y llenos de historia. Aunque en ese momento no pude expresar mis sentimientos debido a asuntos personales, no quiero dejar de mostrar mi solidaridad a través de este comentario.

    Durante mi infancia, asistí a una escuela muy cercana a la Plaza de San Nicolás. En mi rutina diaria hacia la escuela, visitar el Horno de San Nicolás era un paso esencial para comprar mi merienda. Los recuerdos que guardo de aquel lugar y la pena que siento al ver que un establecimiento tan tradicional y que ofrecía productos artesanales de una calidad excepcional, no pueda continuar su actividad debido a restricciones económicas, me llenan de nostalgia.

    Me pregunto si las instituciones podrían encontrar una solución para apoyar a estos comercios emblemáticos. Sería un acto de justicia poder reabrir el Horno de San Nicolás, que tanto nos ha brindado a lo largo de los años con sus productos artesanales valencianos. Cada vez que se cierra un comercio local emblemático, perdemos un pedazo de nuestra historia y tradición.

    ASUNCION LIS MARCH

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  14. Francis Soler Says:

    Parece mentira que asistamos a tanta falta de sensibilidad por parte de las autoridades municipales, que miran hacia otro lado… es muy triste ver que en los últimos años se van cerrando comercios tradicionales que forman parte de nuestra historia y nadie con capacidad de actuar y decidir mueva un solo dedo para ayudar y proteger estos negocios familiares, que sin esa ayuda no son capaces de seguir…. nos perdemos mucho y no solo a nivel emocional, sus productos saludables y de cercanía suponen un bien común para toda la ciudadanía valenciana. Gracias Amparo por hacernos llegar de primera mano esta terrible y triste noticia.

  15. Merche Asuero Lluesma Says:

    Se cierra el horno de San Nicolás y con él un pedazo de historia de mucha gente , gente normal, gente de barrio . Locales emblemáticos que deberían ser protegidos porque corren peligro de extinción , me duele el alma que no nos demos cuenta que se está echando la persiana a una forma de vida , una vida donde tu vecino era tu familia , porque lo humano ganaba a cualquier otra razón, nos están empujando a perder nuestra esencia, no nos dejemos , los pequeños locales hacen barrio y los barrios crean raíces, es importante el sentido de pertenencia, ya sabemos lo que pasa cuando perdemos los barrios, está pasando en todas las ciudades , donde ya nadie es feliz .
    Intensifiquemos nuestros sentidos y volvamos a oler a pan recién horneado , volvamos a subir la persiana , démonos esa oportunidad.

  16. Amparo Romero Ranz Says:

    Querida Amparo, querida familia:
    Gracias por tu relato que me ha permitido conocer tu vida en un lugar tan emblemático. Ahora sé que allí sé amaso tú carácter y esa capacidad q tienes de enfrentarte a las injusticias.
    Este hecho me lleva a la novela de La caverna de José Saramago y a otros lugares dónde, día tras día, vemos en cómo se trasforman las ciudades en un decorado vacío de contenido donde solo especuladores, capitales y consumo manejan las fichas del juego. Ya sabemos q pasa en todas partes. La ampliación del puerto, las viviendas turisticas…. Hay muchos ejemplos.
    Nos toca defender, también en lo pequeño porque, cómo tú explicas muy bien, también en el territorio está la clave de lo humano. La solidaridad o la alienación de la sociedad.
    Puedes contar conmigo para acompañarte en esta lucha.
    Un abrazo.
    Amparo

  17. Salvador España Says:

    Es una pena ver cómo se deja «morir» la historia y tradición de la ciudad, y en especial la del centro histórico. Se quiere fomentar » de boquilla», pero realmente abandonan a las familias que viven y trabajan allí. Es increíble como pueden dejar que cierren comercios históricos que han existido toda la vida, como el horno de San Nicolás.
    Por desgracia, vivo hace años fuera de Valencia y cada vez que voy al centro histórico me da pena de ver comercios que toda la vida he visto funcionando que están cerradas. Incluso he viajado con amigos que no son valencianos que muchas veces han alucinado con determinados antiguos comercios del centro, como hornos, ferreterías, paqueterías, ultramarinos, librerías, etc. Comercios con tanta historia como para escribir libros.
    ¿Cuando comprenderemos que la importancia de una ciudad depende de la vida de su centro histórico?
    Espero que pronto vuelva a funcionar el Horno.

  18. Salvador España Says:

    El centro histórico de una ciudad es lo más importante que tiene. Y el centro histórico de las ciudades se mantiene dándole vida a sus habitantes y a sus visitantes. Y para que la gente se mantenga viviendo en el centro y para que el centro siga funcionando normalmente tiene que tener un comercio tradicional que llame la atención a los visitantes y de servicios a los vecinos. El centro de una ciudad si está deshabitado y sin comercios está abandonado y muere. No se puede impulsar el centro histórico abandonando a su suerte a sus habitantes. Lo bonito que es andar por ciudades y ver librerías, ferreterías, hornos, paqueterías , horchaterias, cafeterías, ultramarinos… con historia.
    Todo eso siempre se ha dejado morir en Valencia ¡qué pena!
    Espero que recapaciten y ese horno vuelva a funcionar así como un montón de locales antiguos que han cerrado.

  19. Maria Conca Says:

    Un forn tan emblemàtic en el barri Ciutat Vella de València no hauria de tancar-se. No és només una qüestió privada d’uns propietaris, és una qüestió d’interès públic, com ja s’ha argumentat a bastament en aquest Blog; per tant, les institucions valencianes estan obligades a intervenir en favor de la continuïtat del forn de Sant Nicolau.

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