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El Ayuntamiento encarga un estudio para derribar parte de las Casitas Rosa

Gómez espera tener en cinco meses las primeras conclusiones para decidir sobre las fincas

El Ayuntamiento aprobará este viernes en la junta de gobierno la evaluación ambiental de la Malvarrosa, el paso previo para el encargo de un estudio que decidirá el futuro de las Casitas Rosa, los bloques de viviendas sociales de la Malvarrosa. La vicealcaldesa Sandra Gómez presentó este martes los detalles del contrato, con un coste de 14.000 euros más IVA a la Fundación ECODES, junto a la firma Observatorio Ciutat 3R.

A la espera de lo que dictamine el concurso, Gómez abogó por el derribo de algunos de los bloques, especialmente los que no recaen a la avenida Malvarrosa, debido a que supone un «punto de conflictividad social, abandono y perturba la convivencia en el barrio», además de reseñar que se han convertido en una «referencia en el tráfico de drogas» en Valencia.

No en vano, recordó que en los primeros años 90 ya se produjo la demolición de uno de los bloques. «Cuando empezaron a gobernar el PP y UV hicieron lo de siempre, dejaron en un cajón el proyecto de derribo de otros edificios», aseguró. El estudio será dirigido por los arquitectos Juan Rubio del Val y César Jiménez, ambos especialistas en la recuperación de barrios degradados.

Para la concejala de Desarrollo Urbano, se ha llegado a punto en el que los vecinos «tienen derecho a que las Casitas Rosa no sean referencia de la venta de droga, hay que hacer algo». Los edificios recaen a la principal avenida del barrio, así como a las calles Padre Pedro Velasco, Padre Antón Martín y Padre Francisco Camacho.Se trata de unos bloques de viviendas construidos después de la riada de 1957. «Se generaron barriadas humildes con vocación de dar salida a familias pobres, unos edificios que a lo largo de las décadas sufrió un proceso profundo de degradación urbanística y social».

Parte del encargo consistirá en un estudio para ver cómo se han trabajado áreas similares en el resto de España, consulta de expertos y una batería de acciones. En un periodo de cinco meses ya se podrá tener una «hoja de ruta de las actuaciones», aunque las conclusiones definitivas se entregarán en un plazo máximo de diez meses.

«Mi postura es que hay bloques necesarios para derribar, hay casitas que tienen difícil recuperación, aunque en la parte de la avenida Malvarrosa hay que optar por la rehabilitación, allí viven familias trabajadoras», reiteró la concejala.

La primera reacción de la asociación de vecinos fue la de colaboración, a la espera de conocer el plan, para el que esperan que haya una amplia participación ciudadana. La entidad ha convocado varias manifestaciones los últimos años por el incremento del tráfico de drogas y la degradación urbanística.

Algunas de las iniciativas de la concejalía han sido contestadas fuertemente en la Malvarrosa, como la conversión de la avenida del mismo nombre en un bulevar peatonal ajardinado, con tráfico limitado y autorizado. Los comerciantes colgaron hace escasas fechas carteles de protesta en sus escaparates.

Otras, en cambio, han sido bien recibidas. «Esta actuación se suma a otras que estamos desarrollando en este barrio, como la reurbanización de la avenida Malvarrosa, o la plaza Antoni Eiximeno, de la cual acabamos de aprobar también el proyecto, por lo que durante este año veremos empezadas ya ambas obras», dijo la edil.

También citó la mejora de la accesibilidad y apertura al paso del tráfico de la plaza Hugo Zárate y la plaza 7 de Octubre, que los vecinos solicitaron. «También vamos a redactar el proyecto para la nueva biblioteca y edificio sociocultural de la Malvarrosa, una vez aprobada ya la modificación de planeamiento necesaria. Y justo esta misma tarde (por ayer), abrimos ya al público el nuevo centro de Juventud de la Malvarrosa».

P. Moreno
Publicado en Las Provincias

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