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Entidades vecinales y ecologistas comprueban en una marcha ciclista la afección del Puerto de València en las playas y la herida de la ZAL en la huerta de La Punta

Los participantes han comprobado in situ aspectos como la regresión de las playas del Saler y la amenaza que supone para la Albufera y han recordado frente a la ZAL, aún sin actividad 23 años después de su construcción, la expulsión de 100 familias de sus viviendas y la destrucción de la huerta productiva

Este sábado 17 de abril de 2021, la Comissió Ciutat-Port. integrada por entidades vecinales y ecologistas, ha organizado una ruta en bicicleta con plazas limitadas, para mostrar el Puerto y El Saler «desde una mirada ilustrada».

Según han informado desde la plataforma, la actividad es parte de ‘Abril #30diasenbici’, una iniciativa internacional que pretende animar a utilizar la bici diariamente como medio de desplazamiento: «En esta ocasión la bicicleta nos ha permitido acercarnos al paisaje con una medida humana, observar el entorno sin prisas, pero también llegar a hacer en una mañana los 20 kilómetros que separan la Marina de la Gola del Pujol, hasta donde llega la obra de la mega infraestructura del puerto».

En la primera parada, la asociación de vecinos Grau-Puerto ha enseñado las últimas ampliaciones: el dique norte o dique de abrigo. Los representantes de la entidad vecinal han explicado «los problemas técnicos que ya sufren y también la arbitrariedad de los cambios de planes en la organización del puerto por parte de la Autoridad Portuaria de València (APV), que dejan edificios y superficies desaprovechadas para su uso». Por el camino han visto la Marina y los astilleros modernistas ocultados todavía por los prefabricados de la Copa América.

«En la terminal de Transmediterránea y las naves de Boluda Corporation, de la mano de Ecologistas en Acción, nos hemos hecho una idea de las operaciones económicas que se facilitan a negocios fastuosos con el suelo del Estado como mercancía y también lo que realmente significa el turismo de cruceros para una ciudad», han explicado fuentes de la organización.

A continuación, la expedición ha pasado por la no desembocadura del Turia, una promesa pendiente de reparación del Ayuntamiento de València: «La asociación de vecinos de Natzaret ha resistido a la destrucción de esta parte de la ciudad por ampliaciones sucesivas el puerto como la Galia de Astérix y Obélix; les quitaron la playa, el río y la huerta de La Punta expulsando además de 100 familias, pero son invencibles porque luchan por la dignidad con el apoyo mutuo de la ciudadanía organizada».

La ruta ha seguido por el chalé de Bartual y ha tropezado por el camino cortado por hilos de hierro. Es La Punta expropiada, «una cicatriz convertida en unos terrenos vacíos y baldíos, denominados pomposamente ZAL (Zona de Actividades Logísticas)». En este punto, la Asociación Per l´Horta ha contado «la historia de una triste destrucción de huerta viva» y también ha hablado «de un proyecto de corredor verde que ha presentado, muy necesario para la ciudadanía en tiempo de adaptación al cambio climático».

De allí, la marcha ha cruzado la nueva desembocadura del río Turia y ha empezado un espectacular paisaje de playas: «Es el que nos queda de costa en el sur de la ciudad de València. Hemos hecho parada con la fundación Assut y el vecindario de El Saler, que nos ha mostrado la regresión de las playas por el efecto sombra del Puerto. Nos hemos acercado a la Casbah, zona de viviendas donde es más que evidente la amenaza de los temporales de mar», han comentado.

El recorrido ha acabado en la Gola del Pujol, donde Acció Ecologista-Agró ha remarcado la importancia de la Albufera por ser Parque Natural, pulmón verde, espacio de la Red Natura 2000 y también el origen del arroz de denominación.

La Comissió Ciutat-Port está convencida de que «la ampliación del puerto será un fracaso, un ejemplo de sobre dimensión y carencia de medida a los negocios de corporaciones internacionales, como lo es la ZAL, que no beneficiará a los ciudadanos por la destrucción del territorio y el derroche de dinero público».

«Digamos no a la ampliación del puerto y sí a las inversiones en servicios para las personas, producción y comercio de proximidad que generan trabajo local de calidad y resiliencia de la ciudad frente al cambio climático», han sentenciado desde la plataforma.

Carlos Navarro Castelló
Publicado en ElDiario.es

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