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Entrevista a Rafel Sena, autor de Els noms dels carrers de la ciutat de València. Entre la història i la política (2023, Editorial Els Llibres de l’índex)

44 Fira del Llibre als Vivers de València. Rafel Sena a una parada, per a signar llibres. Foto Prats i Camps

Rafel Sena Guzmán (Ruzafa, Valencia, 1940) ha continuado profesionalmente el linaje fotográfico familiar. Está muy vinculado a la música clásica y popular —tanto la tradicional como la folklórica—, el teatro y el cine y diversas asociaciones culturales locales, además de haber creado la asociación cultural «La Brúixola del País Valencià». Ha organizado tertulias donde se han tratado los más diversos temas: arte, cultura, sexo, feminismo, medio ambiente, política, solidaridad… y ha recibido premios de varias sociedades culturales valencianas.

En 1990, realiza una exposición fotográfica centrada en la normalización lingüística de la toponimia urbana de Valencia: «Carrer-Calle». Se ha montado en Valencia, Silla y Villareal. 

¿Cuándo y por qué decidiste fotografiar los rótulos de Valencia?

En 1989 una organización denominada «La Crida» promovió una campaña de normalización lingüística de los rótulos de calles de la ciudad. Como había muchos errores, decidí fotografiarlos.       Me llevó más de un año, pero en 1990 ya había algunas expuestas en el mítico «Café Lisboa» de Valencia. 

¿Qué relación tiene ese proyecto fotográfico con tu último libro?

Es su núcleo inicial, aunque mi encuentro con el magnífico y bien documentado libro de Marc Antoni Orellana (entre los siglos XVIII y XIX) aceleró mi decisión de escribir un libro sobre el tema. La gran mayoría de la ciudadanía desconocía el nombre de sus calles, además de carecer el Ayuntamiento de una documentación mínimamente aceptable. Esta situación, desgraciadamente, empeoraba cuando la «Derecha» llegaba al poder municipal. 

¿Has encontrado muchas dificultades?

Sí, pero, por conciencia, por el deseo de escribirlo en mi lengua, porque no se había llevado a cabo nunca y porque el Ayuntamiento nunca se había preocupado de hacer un inventario, me llevaron a planificarlo y escribirlo. 

¿Cuánto tiempo te ha llevado terminarlo?  

Alrededor de 30 años, pero no me preocupaba el tiempo. Mi muy querido y admirado mosén Pere Riutort (Petra, Mallorca, 1935 — Benidorm, Marina Baixa, 2021), importante intelectual de su tiempo, me dijo una vez: «no pienses en cuánto tiempo tardarás en terminarlo; eso sí, hazlo lo mejor posible».

Por otro lado, me di cuenta de que el editor no parecía tener demasiada prisa por publicarlo y, cuando llegaron las elecciones y fuerzas políticas de derechas ocuparon el poder municipal, pensé que había llegado el momento.

Eres nieto e hijo de fotógrafos valencianos muy conocidos y también tú lo eres, además de artista, porque te licenciaste en Bellas Artes por la Escuela de San Carlos de Valencia. ¿Qué puedes contarnos del fondo fotográfico que posees?

Ahora mismo no guardo un gran fondo, pero conservo imágenes muy interesantes y la Universidad de Valencia me ha asegurado que me ayudará a clasificarlas.

¿De dónde proceden las magníficas fotos de tu libro?

Algunas, de dicho fondo, pero la mayoría fueron tomadas por mí últimamente. También he sacado de mi archivo personal y de otros fotógrafos antiguos. 

¿Qué puedes contarnos de tu libro?

Tiene una extensa y consistente base documental y datos relacionados con la denominación que me facilitó el Consistorio.

Ahora bien, lo que más me interesó fue la anterior nomenclatura, tanto la rural como la urbana. La actual configuración es fruto de remodelaciones que parten de 1238, año en que el rey Jaume I entró en la ciudad y desplazó al reino musulmán. Con todo, nunca se ha valorado dicho periodo como hubiese sido conveniente por las instituciones de los últimos 2oo años, a pesar de todo lo que supuso históricamente para la ciudad. No podemos obviar que nuestra «fiesta nacional» está relacionada con nuestra pertenencia a la cristiandad medieval…

El libro comprende la totalidad de todas las calles y plazas de Valencia desde la época medieval hasta ahora y ocupa 1.500 páginas repartidas en tres volúmenes. 

¿Qué conclusiones han llegado después?

En primer lugar, un gusto agridulce, porque Valencia sufrió mucho a partir del momento en que los poderes políticos centrales la quisieron integrar en el «tópico folklorista» y mi principal motivo fue reavivarla culturalmente empezando por las calles. Una ciudad que ha sido el «Cap i Casal» de un reino próspero que ha pretendido continuar siéndolo cuando, en realidad, se ha convertido en la capital «aprovincianada» de una comunidad provinciana del Estado español. 

¿Cómo ves el futuro?

Como una cierta ilusión, a pesar de las presentes circunstancias políticas municipales.

¿Habías tratado con anterioridad temas relacionados con la ciudad de Valencia?  

Sí:  Els espectacles públics de València y Grans intèrprets valencians de l’espectacle.  Un mundo que, lamentablemente, ya es historia.

¿Qué les sugerirías a los valencianos que viven en la capital?

Que amen su ciudad de verdad y que no vivan pensando en glorias pasadas. Aunque parece fácil, es muy complicado. Piensa que hemos perdido muchas guerras y luego está el tema de la globalización, que aún lo hace más difícil. 

¿Por qué aprecias tanto tu barrio, Ruzafa?

Porque, aun siendo internacionalista, me siento en la obligación de amar mi lugar de nacimiento: Ruzafa, Ciudad de Valencia y País Valencià. En ese orden.

Pepa Úbeda

 

 

 

 

  1. teresa masip Says:

    muy buena y didáctica entrevista.

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