Los movimientos sociales
Un movimiento social representa un esfuerzo realizado por un número amplio de personas para solucionar colectivamente un problema que saben que tienen en común.
Como herencia del pasado, la tradición marxista, preocupada por ubicar las condiciones estructurales de la revolución en las contradicciones del sistema capitalista, ha ignorado el análisis de los procesos de formación de la acción colectiva, las formas de aglutinamiento de la protesta social, la ambivalencia y la multidimensionalidad de las direcciones que caracteriza a los movimientos sociales. Al mismo tiempo, ha relegado al área de la ideología burguesa los análisis de los mecanismos internos del sistema político, es decir, todo aquello en lo que se cimentan los principios democráticos. Los movimientos contemporáneos toman distancia del modelo tradicional de la organización política adquiriendo una autonomía de los sistemas políticos
Hay indicadores de la acción colectiva relevantes: la Injusticia, como un sentimiento de indignación moral, definiendo una situación como adversa e injusta, seguida de la necesidad de modificarla. La Identidad, es un sentimiento de pertenencia, una vivencia de los mismos problemas y anhelos, una construcción de un nosotros, la formación de un grupo, así como cohesión endogrupal, precedida de la atribución de responsabilidades a un agente externo que se percibe como adversario. La Eficacia, entendida como la creencia en que las situaciones no son inmutables, hay un planteamiento y gestión de un conjunto de acciones que modifiquen las condiciones adversas percibidas y credibilidad positiva en la intervención. La dinámica de la acción colectiva nace, entonces, de un sentimiento compartido de injusticia y de la percepción colectiva de que una serie de necesidades sociales se encuentran insatisfechas.
Desde una perspectiva psicosocial se proponen cinco dimensiones para el estudio de los movimientos sociales:
1) La dimensión microsocial y de la interacción social. Estas dimensiones están relacionadas con el hecho de que todos los movimientos sociales se arraigan en grupos o redes de afiliación preexistentes, o emergen de estructuras de relación social ya existentes, Por tanto, en este sentido, el contexto relacional, los grupos y las redes en los que éste inserta la vida de las personas tendrían un papel crucial en el origen y desarrollo de los movimientos sociales.
2) La dimensión de la personalidad. Esta dimensión se relaciona con los rasgos de personalidad o con los estilos de afrontamiento de los problemas por parte de los individuos. A la hora de hacer comprensible la participación en los movimientos sociales, estos rasgos de los individuos serían cruciales.
3) La dimensión de la socialización. Por socialización se entiende tanto el proceso por el que los individuos aprenden los valores, normas, motivos, creencias y roles de los grupos o de la sociedad general, como el desarrollo y el cambio en términos de la personalidad y la identidad de cada individuo específico. Ambos aspectos tienen un peso importante en los movimientos sociales.
4) La dimensión cognitiva. El proceso de decidir participar en un movimiento, la naturaleza de esta toma de decisiones o las atribuciones que se realizan durante la misma, constituyen aspectos que se deben tener en cuenta. Ahora bien, tales cogniciones se pueden ver como variables capaces de predecir el comportamiento o como productos de la propia acción de los individuos. El primer caso es cómo lo hacen las teorías respecto de la toma de decisiones racionales. El segundo caso es cómo lo hace la perspectiva «construccionista», que enfatiza los procesos por medio de los cuales los significados cambian y se modifican, y cómo se crean otros nuevos.
5) La dimensión afectiva. Las emociones no son peculiares y específicas de ningún proceso social, puesto que atraviesan todo tipo de actividades de las personas y están sujetas a distintos tipos de expresión en función de los diferentes contextos sociales. Los movimientos sociales serían uno de los tipos de contextos más evocadores de emociones.
Por último compartir esta reflexión de Martin Luther King: “una nación que gasta más dinero en armamento militar que en programas de protección social, se acerca a la muerte espiritual.
José María Manzano Calleja
Publicado en Nueva Tribuna