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Países ricos con mucha gente pobre

El proyecto europeo ni ha creado una economía floreciente ni unos empleos de calidad tal como prometió; sino todo lo contrario, porque han aumentado el desempleo, las desigualdades, la competencia fiscal entre los Estados miembros y el descontrol de la producción y las finanzas, además de reducir las prestaciones sociales.

 

Los EEUU1 y la UE2 ante la crisis financiera de 2007

Cuando se expandió desde EEUU al resto del planeta, la crisis de las hipotecas de alto riesgo3 se convirtió en Europa en una crisis de la zona euro. Las consecuencias aún estamos pagándolas muchos europeos, que seguimos siendo más pobres que en 2007 por culpa de las políticas comunitarias impuestas desde entonces.

Mientras EEUU potenció un impulso fiscal de 4.2 puntos y aumentó su déficit para sostener el crecimiento, en la zona euro fue de 1.6 y nos impuso la austeridad y políticas económicas que han favorecido la competencia entre Estados en vez de la colaboración.

Prohibido criticar el proyecto europeo

Si algún experto critica la aplicación sin filtros de políticas liberales y la austeridad, es acusado de extremista, lo cual dificulta la introducción de políticas económicas más acertadas y sustenta los sentimientos antieuropeos. Sin embargo, faltan a la verdad, porque los críticos del sistema abogan por una Europa democrática, solidaria, unificada y protectora del medio ambiente, objetivos muy alejados de los defendidos por la CE4.

A la CE «se le vio el plumero» tras la crisis de 2007

Además de mostrar los defectos de la moneda común y los conflictos de intereses entre los distintos países de la zona euro, manejaron la crisis de forma catastrófica al imponer demasiado deprisa una reducción del déficit de cada país, lo cual impidió la recuperación económica de muchos de ellos.

La reducción del déficit en la zona euro mermó su actividad económica y retrasó nueve años la recuperación del PIB de 2007, mientras que la política de EEUU, donde se había originado la crisis, tardó cuatro. Si enlazamos los datos del PIB con el aumento de la población, resulta que el europeo de hoy es más pobre que el de 2007.

Los países europeos más perjudicados han sido España, Italia y Grecia, que no han recuperado el nivel productivo de 2007. En el caso de Grecia, además, aplicaron las medidas más «austericidas» y los ajustes estructurales fueron muy profundos, para que sirviese de «ejemplo» a otros países. Se trataba de saber cuánto sacrificio le podía imponer la «magnífica» UE a un país miembro.

Grecia vivió y vive una situación espantosa que explica el triunfo de la extrema derecha: un descenso del 25% de su PIB y una tasa de desempleo del 27%. Mientras el resto de países europeos silbaban mirando hacia otro lado, la troika5 se encarnizaba con el pueblo griego, lo cual prueba que la economía jamás es neutra. ¿Cómo es posible que no se escuchase a aquellos expertos que tenían la fórmula para detener ese desastre?

El «edificante» caso alemán

A los países europeos que quieren aplastar económicamente la zona meridional europea, les encanta poner como ejemplo a Alemania. Pero, aunque ha tenido un superávit presupuestario y comercial y su deuda era similar a la de 2005, las desigualdades no han dejado de aumentar, la tasa de pobreza creció un 54% los primeros diez años, la tasa de trabajadores pobres se ha duplicado, las personas con dos empleos han aumentado un 80,7%, el número de jubilados pobres ha aumentado un 30% y la falta de inversión estatal ha degradado las infraestructuras públicas. En resumen: Alemania es un país rico con mucha gente pobre.

No obstante, lo más terrible es que las instituciones europeas han impuesto dicho modelo al resto del continente —Francia, Italia, España, Portugal y Grecia sobre todo—, que se han visto obligados a reformar su mercado laboral.

El auge de la extrema derecha y el brexit6

Han sido las consecuencias más dramáticas de la aplicación del modelo alemán a toda la UE.

Asimismo, algunas clases sociales ven peligroso el funcionamiento del proyecto europeo porque potencia la competencia social y fiscal entre los países miembros y se abre cada vez más a los tratados de libre comercio internacional, lo cual acrecienta los efectos negativos de la globalización.

Con todo, las instituciones europeas no han planteado ninguna alternativa beneficiosa para la ciudadanía del continente.

El euro, una moneda «diabólica»

Principalmente, en Francia y los países meridionales, porque ha impuesto unos tipos de cambio muy rígidos que obstaculizan el comercio y aumentan la competitividad de los modelos social y fiscal de los Estados miembros.

Todos los países tuvieron que imponer la moderación salarial cuando lo hizo Alemania, porque los productos germanos se hicieron más competitivos. Además, dicha competitividad provocó numerosas devaluaciones fiscales, por la presión ejercida para que se redujesen los impuestos.

La rigidez monetaria —solo hay una moneda— impidió la solución del problema y los ajustes han recaído en los costes laborales. Es decir, la imposición de criterios idénticos a países con estructuras económicas y demográficas distintas ha favorecido una competitividad entre Estados que ha afectado al trabajo.

Ciertamente, el salario medio ha aumentado, pero las desigualdades también. Mientras que el grado de bienestar del 10% de los ciudadanos más ricos ha seguido aumentando desde 2003, para los más pobres ha disminuido desde el 2000.

Los defensores de políticas liberales echan la culpa de la competitividad a la falta de especialización y de calidad laborales, pero los gobiernos no han hecho nada por solucionar ese problema. Ahora bien, la situación empieza a irle bastante peor a Alemania, que ha entrado en recesión…

La desconfianza entre los países europeos

Es resultado de la competencia entre ellos, reforzada por el euro al imponer los mismos criterios a países muy diferentes entre sí.

El coste humano ocasionado por la competitividad que acrecentó el euro ha sido desastroso, porque, tras la crisis de 2007, el «austericidio» ha arruinado a millones de seres humanos y frustrado las expectativas de las generaciones más jóvenes, que han tenido que optar por el desempleo o los empleos precarios. Además de favorecer el ascenso de los partidos nacionalistas y xenófobos, que tiene cada vez más seguidores7.

1 Estados Unidos.

2 Unión Europea.

3 Una hipoteca de alto riesgo o subprime es un préstamo que se ofrece a prestatarios con historiales de crédito perjudicados. La tasa de interés más elevada compensa al prestamista por aceptar el mayor riesgo de otorgar préstamos a ese tipo de prestatarios (Wikipedia).

4 Comisión Europea.

5 CE, Banco Central Europeo (BCE) y Fondo Monetario Internacional (FMI).

6 Salida del Reino Unido de la UE.

7 Este artículo ha tomado como base el Tratado de economía herética de Thomas Porcher (Fondo de Cultura Económica).

Pepa Úbeda

 

 

 

  1. Rosa Kochubey Says:

    Como siempre, Pepa, gracias por tu artículo. Y efectivamente preocupa mucho el crecimiento de extema derecha. Mucho.

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