BLOG | Artículos de Opinión

Salvados

Existe, creo,un consenso generalizado acerca de que el programa de Jordi Évole y su gran equipo consigue lo que nadie en este país: seriedad periodística junto a capacidad de denuncia político-social.

Todos sus programas, toquen el tema que toquen, están llenos de contenido y verdad, subiendo en cada tema un peldaño más de lo usual acerca de la información sobre el caso tratado. Lo que más me atrae de sus programas es que desde el principio ya sabes que va a desembocar en una denuncia rotunda que, sin embargo, el programa no termina de hacer: lo que hace es proporcionar información y elementos de juicio para que la culmine y viva dentro de sí el propio espectador. Es, sin duda, uno de los mejores ejemplos de un trabajo eficiente, utilísimo para despertar conciencias.

El programa del pasado domingo, ‘StrangerPigs’, me impactó tanto, que durante unos minutos tuve que dejar de verlo y darme un paseo por casa; no soportaba el horror de contemplar la maligna crueldad que aquellos pobres animales, los cerdos, tenían que soportar. A menudo me resulta imposible resistir ciertas cosas, aunque haga tiempo que sepa que existen.

Asusta pensar en lo desprotegidos que estamos frente a los posibles comportamientos deshonestos de empresas cárnicas, pues el ejemplo presencial vivido en el programa es espeluznante si pensamos en el nulo control que tenemos tanto sobre la calidad como por el abuso de antibióticos.

Luego, el programa se da un paseo por la impunidad ante esos y otros abusos que rige este país; por ejemplo: la superexplotación de los trabajadores del matadero,pobres centroafricanos explotados en la nueva versión neoliberal del esclavismo, todavía más ruin y desalmado que el clásico.Vergonzante la actitud de los pequeños propietarios de las granjas controladas por las grandes firmas, que no son capaces de dar la cara (ellos son unos mandaos); los veterinarios, que se muestran indefensos y cuya única excusa es que tienen que comer… y eso es lo que hay. Los propietarios de las grandes marcas, en este caso El Pozo, que no “encuentran” un momento para recibir a la televisión y explicar su política sanitaria animal. (Curiosamente: nada más acabar de emitirse el programa, la firma El Pozo, de Murcia, había encontrado tiempo para poner comunicados en la prensa y denunciar a Jordi Évole y al programa).

Patético el representante de Sanidad de la comunidad de Murcia, haciendo un esfuerzo también a causa de “su falta de tiempo”. Recibió sobre la marcha a Évole en una Feria de Ganado y amable, aunque muy tenso, reconoció que no sabía nada del tema, pero que haría “otro esfuerzo” para ver si podía conseguir que El Pozo recibiese al programa. De los controles sanitarios, después de presumir de que se hacían periódica y perfectamente, pasó a reconocer que se hacían de uvas a peras. En la web de su departamento solo he encontrado tres instrucciones para el “autocontrol” sanitario. Véanla.

Aún estoy conmovido por ese lamentable, repugnante y criminal espectáculo. Los cerdos tienen sangre, corazón y vasos sanguíneos, pertenecen a la categoría de animales superiores con muchos rasgos de similitud con los humanos. No podía evitar, mientras veía al señor representante de la Sanidad murciana, encontrarle esos rasgos de similitud, gestos y expresiones, especialmente su mirada mortecina semejante a la de los pobres animales que acababa de ver en la granja. Solo que éste me daba menos lástima.

Miguel Álvarez

¿Quieres dejarnos algún comentario?

Tu email no será publicado, únicamente tu nombre y comentario.