Sigamos adelante
¿Cómo retomar la estela y el legado del Papa Francisco? Le preguntaba un periodista al cardenal Robert Prevost días antes de ser elegido y él contestó : “tras la muerte de Francisco vivo estos momentos de duelo en silencio y gratitud, necesitaré tiempo para comprender lo que me ha dejado a mí, a la Iglesia y al mundo. No podemos detenernos, ni volver atrás, el mundo de hoy no es el mismo que el de hace diez o veinte años” Y ya León XIV presentaba sus credenciales en la plaza de San Pedro: “Sigamos adelante construyendo puentes, con el dialogo, con el encuentro, en un solo pueblo” ¿Qué procesos abiertos por Francisco pueden proseguirse y profundizarse? Continuidad y creatividad es el estatuto del Espíritu.
1.- Francisco ha situado a la Iglesia en estado naciente, en eclosión carismática, en situación trasgresora, en un gesto de alumbramiento e irradiación. Las irradiaciones, que no son extrañas al espíritu del tiempo se despliegan y consolidan en prácticas e imaginarios colectivos, en instituciones y estrategias socialmente acreditadas. El alumbramiento que emergió en Francisco entra en fase de consolidarse en los márgenes empobrecidos, universalizarse en la era global, arraigarse en la edad digital, afrontar la revolución tecnológica y defender a los migrantes y desplazados. El Papa León lo confía, en su presentación inicial, a “la participación de todos en modo sinodal”. El carisma busca siempre instituirse y cuando lo logra empieza una nueva era. Francisco y Leon XIV ejecutan la misma sinfonía con registros diferentes. El carisma de Jorge Bergoglio se despliega en Robert Prevost y el destino de Leon prosigue la estela de Francisco. Se equivocaba el decano de los cardenales al silenciar el magisterio de Francisco en la misa que inauguraba el conclave, lo que no hizo el nuevo Papa; y se equivocan quienes exaltan a Leon XIV para finiquitar el significado de Francisco.
2.- Francisco logró anclar los puentes en una de sus laderas, más en el Sur global que en el Norte, más en Latinoamérica que en EE.UU, más en los países empobrecidos que en los países ricos, más en la experiencia sapiencial que en la racionalidad común. Lo que le valió tensiones, conflictos y heridas que León XIV pretende cicatrizar afincándolos en ambas partes. Y aunque Francisco intentó alcanzar la síntesis que siempre se escapa como decía Henri de Lubac, su teólogo preferido. ¿La logrará un estadounidense con alma peruana, un matemático pastor, un misionero gestor, un fraile mendicante? El intento está históricamente acreditado en los cambios sociales, ya que, como formuló el historiador Josep Fontana: “una de las pocas lecciones de la historia que parecen tener validez universal es que ninguna muralla protege permanentemente a una colectividad de invasores que la amenazan, si no consigue establecer alguna forma de pacto con ellos”. Ningún muro se derrumba sin la complicidad de los que están al otro lado del muro.
3.- Francisco quiso una Iglesia pobre con los pobres. Y propuso la centralidad de los pobres en el mundo eclesial, al tiempo que invitó decididamente a salir del asistencialismo que les convierte en objeto de auxilio y de evangelización: unos poseen y los pobres son seres carenciados, unos evangelizan y los pobres son evangelizados. Francisco inició este proceso señalando al sistema que expulsa y descarta y a los mecanismos estructurales que orillan y desechan. Proseguir el proceso significa soldar la compasión con la justicia, Teresa de Calcuta con Monseñor Romero, el auxilio con el derecho a través del amor político. Leon XIV, como ha declarado en el encuentro con los Cardenales, se propone “afrontar la cuestión social que su homónimo Leon XIII hizo en el contexto de la primera revolución industrial” y ahora hay que responder “ a otra revolución industrial y a los desarrollos de la inteligencia artificial que comportan nuevos desafíos en la defensa de la dignidad humana, de la justicia, y el trabajo”
4.- Francisco inició un proceso inequívoco de acogida, promoción, inclusión y defensa de las personas inmigrantes, que huyen de la guerra, la pobreza y la injusticia y se opuso frontalmente a las políticas restrictivas, hostiles e inhumana con las personas migrantes desde «la inalienable dignidad de cada persona humana más allá de su origen, color o religión». Los obispos africanos apremiaban completar la acogida con la cooperación al desarrollo para que sus jóvenes quedaran en sus países. Roberto Prevost vivió en Perú la doble ausencia que sufren los pueblos migratorios: no ser acogidos en tierra extraña y carecer de políticas de desarrollo internacional en la propia tierra. León XIV desde su experiencia en Perú, sabe que el humanismo de la acogida debe completarse con la política de desarrollo de los pueblos con el derecho a permanecer en sus tierras, lo cual supone políticas globales de cooperación y desarrollo. Le oí decir a la presidenta Meloni para justificar sus políticas restrictivas e inhumanas con los inmigrantes que “Prefiero ayudar a sus países de origen que gastar dinero con ellos”. En realidad, se estaba cancelando tanto la acogida como la cooperación al desarrollo que piensa y actúa atenta a los límites de la biosfera, la redistribución social, la diversidad cultural y las desigualdades mundiales.
5.- Francisco en su magisterio recuperó el principio conciliar de “jerarquía de verdades” que establece un orden en las verdades, “por ser diversa su conexión con el fundamento de la fe” según dice la declaración conciliar. Y esto sucede decía Francisco, “cuando se habla más de la Ley que de la gracia, más de la Iglesia que de Jesucristo, más del Papa que de la Palabra de Dios”*). Lo esencial para Francisco era el anuncio de la misericordia de Dios, que lo expresaba en gerundio “misericoridando”, y para León XIV , lo expresa en su “Dios nos ama incondicionalmente a todos y en todo lugar” . Francisco señaló los lugares de la misericordia con las personas y colectivos excluidos, y abrió la Iglesia a todos, todo, todos; incluso a quienes resultan hostiles, extraños o indiferentes. León XIV se propone igualmente, según sus propias palabras ,“ el cuidado amoroso de los últimos y descartados”, ampliar las costuras de la Iglesia para que sea auténtico hogar de las distintas formas de ser humanos y las diversas formas de ser Iglesia. Como ha dicho en su primera homilía “Dios sigue revelándose en los ojos confinados de un niño, en la mente inquieta de un joven, en los rasgos maduros de un hombre”. El camino de la misericordia se despliega en “verdad, justicia, paz y fraternidad,” como les ha dicho a los Cardenales al día siguiente de su elección.
6.- Francisco inició un proceso hacia la igualdad de la mujer en la Iglesia a través del acceso al poder económico, directivo y administrativo, y mediante el acceso al ministerio ordenado. En el primer acceso ha propiciado pasos decisivos en orden al gobierno -nombramientos de gran significado simbólico- aunque insuficientes; la iglesia sinodal, reafirmada por León, no puede desperdiciar el potencial de participación, deliberación y responsabilidad en el gobierno de las parroquias, diócesis, curia vaticana, incluido el conclave, que posee la mitad de la población mundial. El segundo acceso mantuvo dudas y atascos innecesarios pero comprensibles dada la gran presión por parte del ala conservadora de la Iglesia. Para desatascar la cuestión ha confiado el asunto a comisión de expertos, mientras él ha iniciado una feroz batalla contra el clericalismo en la Iglesia. Articular los dos accesos es tarea del Papa León. Una Iglesia misionera necesita el potencial de la mujer para la evangelización y la presencia sacramental en todos los lugares de la tierra y en los espacios humanos; situar a la Iglesia en “modo misión” es afrontar, con sus propias palabras, “la realidad en la que vivimos, con sus limites y sus potencialidades, sus cuestionamientos y sus convicciones”. Francisco fue sensible a los límites y cuestionamientos que encierra el acceso de la mujer al ministerio ordenado. La sensibilidad misionera antepone, en palabras de León “ la pérdida del sentido de la vida, el olvido de la misericordia, la violación de la dignidad de las personas, la crisis de la familia y tantas heridas más” , sin condicionar la misión a normas eclesiásticas que ni tienen raigambre evangélica ni son significativas para nuestro tiempo.
7.- La búsqueda de la Paz y la militancia por la ayuda humanitaria de Francisco es un proceso irreversible que pide completarse; Francisco decía en el contexto de la guerra de Ucrania y de Oriente Próximo que “la Santa Sede está dispuesta a todo por la Paz”; pero la diplomacia vaticana no fue suficiente para acallar las armas, evitar los derramamientos de sangre e impedir la escalada de violencia; su compromiso por el desarme le valió el desprecio de los Estados fuertes y de las empresas armamentistas hasta cancelar algunos mensajes de duelo tras su muerte. Francisco le trasmite a León XIV su compromiso inequívoco y también su mayor frustración; el nuevo papa se ha presentado como constructor de una paz “desarmada y desarmante”, Francisco lo intentó a través de una neutralidad activa hasta el punto de no visitar Ucrania si no podía visitar Rusia: “ voy a los dos o a ninguno”. Un amplio universo se abre ante el nuevo Papa, que necesitará viajar a donde nunca llegó el Pontífice, iniciar prácticas inusitadas y arriesgadas, dialogar sin cansancios, denunciar oportuna e inoportunamente , despertar conciencias y comprometer en acciones concretas su liderazgo mundial.
Ximo García Roca
mayo 11th, 2025 at 12:40 pm
Excelente análisis que profundiza en el perfil del nuevo Papa y sus posibilidades de poder actuar con la “sinodalidad” que predicaba Francisco, para transformar la iglesia y extenderla más allá de los márgenes empobrecidos y las periferias existenciales.
mayo 11th, 2025 at 3:50 pm
Gran reflexión Joaquín sobre caminos emprendidos e inacabados y los venideros que nos llenan de Esperanza yendo incluso más allá. Gracias.
mayo 11th, 2025 at 7:34 pm
sigue Joaquín dándonos Esperanza,Vida y Sabiduría con tus artículos.Gracias.