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¿Tenemos motivos para temer la Inteligencia Artificial?

Los «deberes» de un científico responsable

Un científico responsable debería ser aquel que empezase preguntándose si puede llegar a equivocarse y en qué. Ambos planteamientos lo llevarían a buscar objeciones a verdades consideradas como inamovibles y a plantearse otras perspectivas posibles.

Sabemos que la incertidumbre es el eterno «compañero» de las idees científicas, o debería serlo, pero, desgraciadamente, la mayoría de científicos ni piensan ni trabajan así.

Pensamiento creativo y pensamiento inquisitivo

En la actualidad, se ha puesto de moda decir que hay que pensar de forma creativa.

¿Y qué hay de pensar desbordando todos los marcos conocidos y aceptados y  ponerlos siempre en solfa?

¿Seguimos viviendo en el Antropoceno?

Hasta ahora, hemos aceptado que sí y que se inició a principios del siglo XVIII. Se caracterizaría por ser un periodo en el que los humanos hemos sido capaces de alterar la geología y los ecosistemas de la Tierra.

Sin embargo, ya hace un tiempo en que la tecnología está actuando de tal forma en nuestras vidas que ha permitido sugerir a sabios como James Lovelock1, que podríamos haber entrado en una nueva era: el Novoceno.

Dicha etapa se caracterizaría por el poder de la tecnología sobre nosotros, pues escaparía a nuestro control y generaría inteligencias mucho mayores y más rápidas que las nuestras.

¿Nos suena algo así?

¿Por qué temen los humanos a la Inteligencia Artificial (IA)?

Porque se han publicado muchos libros de ciencia-ficción y artículos con una base científica más que dudosa que nos han hecho creer que estamos abocados a un «ataque bélico» por parte de las máquinas2. Sin embargo, se trata de creencias basadas en nuestra propia actuación sobre la Tierra y no tienen en cuenta el devenir de la historia.

¿Por qué no podemos creer que podríamos convivir con nuestros «descendientes electrónicos» durante un tiempo? Ellos nos necesitarán, tanto como nosotros ya los necesitamos a ellos…

¿Por qué no aceptar que somos los «padres» de las máquinas y que hemos realizado una función fundamental en Gaia en el proceso progresivo hacia el autoconocimiento cósmico3?

Si hemos convivido con otras especies a las que podríamos considerar nuestros ancestros y que hoy han desaparecido, ¿por qué no asumir que en un futuro que no conoceremos iremos desapareciendo progresivamente porque ya no seremos necesarios y seremos superados en inteligencia y conocimiento por otros?

¿Por qué no aceptar que quedarán nuestros descendientes, esos cíborgs que constituyen la IA, como una prolongación nuestra? A fin de cuentas, nuestra función en el cosmos ha hecho su papel…

¿Realmente, hay alienígenas en el cosmos?

De acuerdo con las investigaciones llevadas a cabo que, repito, no tienen por qué ser definitivas, el cosmos tiene 13.800 millones de años, la vida comenzó hace 3.700 millones de años y nuestra especie lleva en Gaia 300.000 años.

En principio, podríamos pensar que debe de haber algún otro tipo de vida en los, posiblemente, dos billones de galaxias, con cien mil millones de estrellas cada una… Es lo que lleva a muchos a concluir que han existido o existen especies muy inteligentes en dicho espacio. Sin ninguna base científica confirmada, desde luego.

Dilucidemos qué puede haber de verdad en dicha creencia basándonos en lo que conocemos…

En primer lugar, la evolución mediante la selección natural ha tardado 3.700 millones de años (un tercio aproximadamente de la edad del cosmos) en desarrollar un organismo inteligente.

En segundo lugar, la subida de temperaturas provocada por el Sol, si no hubiese sido por Gaia, habría supuesto la extinción de todos los seres vivos, porque no hemos desarrollado la capacidad tecnológica necesaria para frenarlo. Tampoco lo han hecho otros seres procedentes del cosmos… Aceptemos, pues, que nuestra existencia se debe a una situación excepcional y caprichosa.

En tercer lugar, la Tierra es un planeta viejo y frágil, y lo sabemos gracias a las propiedades de la estrella que lo calienta: el Sol. El problema es que la estrella que nos da vida, también nos la puede quitar, porque, a medida que envejece, su calor aumenta. Es la grave amenaza que pende sobre nuestras cabezas… Lo único que nos ha protegido de dicha amenaza es Gaia, porque enfría la superficie de la Tierra.

En cuarto lugar, tanto la precariedad de la Tierra como la de Gaia, facilitan que podamos ser destruidos por alteraciones que, hasta ahora, no nos habían afectado. De manera similar, una gripe o una pandemia no afecta igual a una persona joven que a una anciana.

En resumen, ¿qué otros seres de nuestro cosmos podrían estar exentos de los peligros que nos acechan a nosotros? y ¿de qué forma diferente de la nuestra podrían actuar para superarlos si no saben tanto como nosotros?

Aceptemos nuestro papel en la historia y alegrémonos por ello

Somos las únicas criaturas que conocen el cosmos mucho mejor que las restantes. Sabemos, además, que Gaia nos ayuda porque nos enfría. Finalmente, estamos en peligro, porque vivimos en un planeta viejo y porque hemos provocado el colapso climático.

Por todo ello, deberíamos agradecer la constatación de ser quienes más saben del cosmos, aunque dicho rol esté en declive, y que  Gaia sigue protegiéndonos. Dejamos, a cambio, unos descendientes que saben mucho más que nosotros sobre él y que protegerán mejor que nosotros la Tierra junto a Gaia…

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1 Autor de los conceptos  «Gaia» (nuestro sistema planetario) y «Novoceno» (la era de la IA).

2 J. Lovelock llama «cíborgs» a los seres electrónicos inteligentes del Novoceno, los que yo aquí denomino «máquinas» . Serían productos de la selección darwiniana y es lo único que compartimos con ellos: podemos ser sus padres, pero ellos nunca serán nuestros hijos.

3 J. Lovelock hace una distinción que me parece muy adecuada entre «cosmos» y «universo». Prefiere hablar del primero para referirse a todo lo que conocemos y vemos. Mientras que el segundo es algo tan grande que nada conocemos ni podemos conocer de él.

 

Pepa Úbeda

 

 

 

 

 

 

 

  1. javiier Dominguez Says:

    Yo no tengo miedo a la inteligencia artificial, pero me dan pánico los que la utilizan para dominarnos y ponernos a su servicio.

  2. Rosa Kochubey Says:

    Como siempre es un placer de leer un artículo tuyo, fresco y atrevidos. Y hace pensar dando vueltas a todo lo.tradicional y encorsetado. Y comobocompartir la preocupación de Otro lector Javer Domi ngiez . En qie manos estará… de todas formas es un tema fascinante.

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