BLOG | Artículos de Opinión

Treinta años sin Hugo Zárate

Nació en Argentina un 2 de diciembre de 1945 y falleció en Valencia el 27 de julio de 1994; hace ahora treinta años. A nuestra ciudad llegó recién cumplidos los treinta y un años. Quiso y pudo disfrutar de dos nacionalidades y, si bien se consideraba un auténtico ciudadano español, no por ello renunció a sus raíces latinoamericanas.

Posiblemente a causa de sus humildes orígenes, dedicó sus esfuerzos desde muy joven a los barrios más desfavorecidos de Buenos Aires, a aquellos que debió conocer bien, las llamadas «villas miseria» o «villas de emergencia» (conocidas entre nosotros como «chabolas»). Lo hizo a través de la JOC1, principalmente en el barrio de Avellaneda2 de la capital argentina, aquel en el que había nacido.

De formado en la JOC durante su adolescencia pasó a convertirse en formador de grupos y personas de dicha organización hasta adquirir progresivamente más y mayores responsabilidades. A lo largo de esos años, se fue modelando mediante su empeño personal y el lema propio de la JOC: «acción-reflexión-acción».

Cabría destacar que fue un hombre genuino y profundamente socialista y cristiano, a pesar de que nunca alardeó de ello, puesto que estaba convencido de que las personas se dan a conocer a través de sus acciones.

La encarnizada dictadura militar argentina (1976-1983) y la situación política derivada de ella lo obligaron a trasladarse a nuestro país en 1976, donde comenzó una nueva vida. En el momento de su salida de Buenos Aires, era capataz de una planta de Ford Argentina.

A pesar de que su intención era continuar trabajando para Ford España en Valencia, dicha posibilidad se frustró al haberse cerrado ya el cupo laboral para extranjeros. Sin embargo, pudo entrar a formar parte de una importante empresa valenciana perteneciente al ámbito textil infantil durante mucho tiempo. En los últimos años de su vida, trabajó para GRUMSA3, donde llegó a ser responsable de personal.

Su llegada a España coincidió con un apasionante momento sociopolítico, ya que estábamos intentando salir de una dictadura y luchábamos por conseguir la implantación de la democracia. Se trató de un momento único en el que todo estaba por hacer, pero también a rebosar de grandes esperanzas.

A su llegada a Valencia, se estableció en el barrio de la Malvarrosa, donde vivió hasta el final de su vida. Tanto se enraizó allí que terminó implicándose en el movimiento vecinal. Su entrega fue tal que acabó convirtiéndose en una de las figuras más populares y apreciadas del barrio. Asimismo, demostró una gran capacidad para conseguir amigos y cultivar las relaciones humanas. Sabía cómo hacer sentir importantes a sus interlocutores y lo hacía desde la sinceridad y la empatía.

Tras aquella primera fase en Valencia, se integró totalmente en la vida política y social de nuestra ciudad, a través de su implicación en el Movimiento Vecinal. Empezó luchando por una mayor calidad de vida en la Malvarrosa; a continuación, en el Distrito Marítimo; finalmente, en toda la ciudad de Valencia. Fruto definitivo de su empeño fue su nombramiento como presidente de la Federación de Asociaciones de Vecinos de toda la Comunidad Valenciana, responsabilidad que ostentó hasta el momento de su fallecimiento.

Fue militante del sector crítico del PSOE —Izquierda Socialista— y siempre estuvo convencido de la utilidad de la política para la consecución del cambio social. No podía ser menos tras la experiencia que se derivó de su firme implicación política en Argentina a causa de la despiadada represión que la dictadura impuso en su país.

En cuanto a su faceta más personal, fue un hombre caracterizado por el diálogo abierto y respetuoso, la amenidad en la conversación, el gusto por el debate, su comprensión de los frágiles medios procedentes de la gente sencilla, su excepcional capacidad para autoorganizarse y, finalmente, su sólida voluntad por participar en las acciones sociales y políticas en las que creía. Tampoco sus reservas éticas le impidieron manifestar su derecho a soñar como defensor de muchas causas, siempre al lado de las asociaciones y movimientos vecinales.

Sus últimas palabras, un mes antes de su marcha definitiva, son la mejor muestra de lo que fue, porque en él las palabras sí que se correspondían con los hechos. Que cada lector extraiga las conclusiones que considere oportunas:

Mantener la llama del trabajo día a día no es fácil, pero los hombres y las mujeres del movimiento vecinal lo hacemos porque pensamos que merece la pena trabajar por los demás.

Porque, cuando hablamos de solidaridad, convivencia y respeto, no son palabras vanas; así lo sentimos y así lo hacemos, asumiendo nuestro compromiso.

Porque somos plenamente conscientes de que, cuando nos reunimos en nuestra Asociación para debatir un tema o un problema que afecta a nuestro barrio, debe primar el bien común, analizándolo en profundidad y buscando la solución más acorde con nuestro entorno, para dar un paso más en la consecución de la calidad de vida.

Decíamos que no es tarea fácil y ello es así en la medida en que debes sacrificar algunos aspectos de tu vida en pro de la tarea, que es larga y aguda.

Pero los miles de mujeres y hombres del movimiento asociativo lo tenemos claro, los retos y el trabajo no nos amilanan; al contrario, nos impulsan a redoblar el esfuerzo y el compromiso solidario.

Hoy, cuando se nos «vende» justamente lo contrario, la ley del menor esfuerzo; adorar a «Don Dinero»; sálvese quien pueda; el egoísmo insolidario, la falta de respeto al otro; cuando se difama, se miente, se propaga el bulo; cuando el que defrauda a Hacienda es un héroe y el que trabaja por sus conciudadanos y conciudadanas «es un primo».

Nosotros pensamos, decimos y hacemos justo lo contrario. Por eso mantenemos viva la llama. Para trabajar por los demás, solo hace falta querer, tener ganas y hacerlo. Yo quiero, ¿y tú?

Bienvenido, haces falta; cada vez somos más4.

Hugo Zárate

 

1Juventud Obrera Católica.

2Ubicado en la zona sur del Gran Buenos Aires, en la costa del Río de la Plata. Durante el siglo XX, fue el más importante polo de la industria metal-mecánica del país, así como un enclave ferroviario muy importante hasta el advenimiento de la dictadura militar de 1976-1983. A partir de entonces, entró en un periodo de decadencia coincidente con la destrucción de la industria nacional (Wikipedia).

3Grúas Municipales S.A. Perteneciente al Ayuntamiento de Valencia.

4Este artículo está basado muy fielmente en el discurso de la presidenta de la Fundación Hugo Zárate con motivo de la celebración del trigésimo aniversario del fallecimiento de su titular. Sus últimas palabras aparecen en https://fundacionhugozarate.com/ Se trató de una persona de tal calidad humana y tan conocido en nuestra ciudad que bien merecía un recuerdo afectuoso y sentido.

Pepa Úbeda

 

 

 

 

¿Quieres dejarnos algún comentario?

Tu email no será publicado, únicamente tu nombre y comentario.