La fortaleza de Lydia Cacho
He compartido unas horas en Madrid con Lydia Cacho, periodista mexicana, feminista y activista que fuera secuestrada, torturada y abusada por orden del gobernador de Puebla, Mario Marín, tras denunciar en el libro Los demonios del Edén la trata y abuso de menores por los cárteles de la droga. Lydia es la delegada en América Latina de la Plataforma española de Mujeres Artistas contra la Violencia de Género, y acaba de presentar el libro La ira de México. Siete voces contra la impunidad, escrito junto a otros periodistas para denunciar la narcopolítica, la extrema violencia y la impunidad que sufre el país.
Lydia era muy amiga de Miroslava Breach y de Javier Valdez, recientemente asesinados. Cuenta que Javier se sentía seguro, «que éramos los últimos de los supuestamente blindados y que no nos iba a pasar nada, que teníamos que proteger a los jóvenes periodistas que no están blindados por premios o reconocimientos internacionales».
Lydia Cacho les escribe en La ira de México: «Nunca te dije que cada día me peleo con la muerte que acecha de múltiples formas. Es algo victorioso porque vivo con el corazón de cada uno de mis compañeros asesinados; con mis amigas desaparecidas, que ya son 12; con mis amigos periodistas muertos a manos de la narcopolítica, que ya son 15. No te dije que cada vez que levanto el teléfono por las noches temo la pérdida de alguien, de un compañero amenazado o una compañera que logró huir. No te dije que nada se parece a la culpa de los supervivientes. Que con cada velorio, entierro, comunicado, quienes hemos sobrevivido nos preguntamos porqué seguimos aquí. Cuando una página en blanco no acepta una crónica más sobre mi espalda, estás tú, porque nadie mata la verdad matando periodistas. Estoy aquí para dar hasta que me duela. Yo soy los otros y las otras. Escribo sin detenerme porque en mis palabras viven los otros. Y cuando ya no esté, sabrás que te dije cómo se viven las noches y los días en un país que asesina a sus periodistas y a sus defensoras de los Derechos Humanos para que sobreviva un sistema de poder delirante, injusto y arbitrario».
Más de 123 periodistas han sido asesinados y más de 25 han desparecido desde el año 2000. Tengan mucho cuidado con lo que lean, opinen o piensen del Gobierno de México y de su presidente Peña Nieto. Nada es lo que parece.
Amparo Panadero
Artículo publicado en El Periódico Mediterráneo