El peor día de la ‘Marca España’
Cuando la jornada electoral ofrece más noticias que el recuento, algo funciona mal en una democracia. Cuando líderes internacionales como el primer ministro belga o el probable futuro primer ministro británico se manifiestan horrorizados ante el desarrollo de un referéndum regional, antes incluso de que se divulgue el resultado de la consulta, la imagen del país anfitrión está en entredicho. Hoy es el peor día de la ´marca España´. La Moncloa se ha quedado a solas con las consoladora prensa madrileña. Las cabeceras del resto del planeta también abren con Cataluña, por encima del atentado marsellés. Sin embargo, el estupor global viene resumido en el titular entre exclamaciones del Bild Zeitung, «¡Balas de goma contra los votantes!»
Si el recuento de heridos compite con el recuento de votos, quizás se habla de Paquistán o de Etiopía, pero no de un país de la estable y estática Europa Occidental. En medio siglo de democracia, jamás una cita con las urnas había estado ligada a la violencia. Ni en el País Vasco vigilado por ETA, ni en toda España tres días después de un atentado con 191 muertos. Y si se alega que en Cataluña solo se celebra una pantomima de referéndum, con más motivo era innecesaria la fuerza contra los participantes quijotescos. Cuando incluso el reparto de heridos se disputa entre votantes y policías, como en una violencia de ida y vuelta, hablar de solución dialogada suena a entelequia. Y las porras no distinguen a quienes iban a votar que no o en blanco, opciones que parecen olvidadas pese a disponer del mismo espacio en las papeletas que el ´sí´ convocante. Se actuó contra los catalanes, no solo contra los independentistas.
Si algo va mal, La Moncloa lo empeorará. El ministro Zoido habla de «paripé», a falta de un palillo en la boca porque le han interrumpido el aperitivo. Soraya Sáenz de Santamaría, el ser humano que más a menudo necesita pronunciar la palabra «democracia», se despacha contra la «farsa». Es decir, el mayor despliegue armado de la historia reciente tenía por objeto interrumpir una representación escolar de fin de curso. Aceptando su trivialidad, mejor hubiera sido ignorarla. Cuando el titular de Interior se jacta de que «hemos neutralizado un colegio y vamos a neutralizar más colegios», ¿carece de un solo asesor que le recomiende evitar la colisión entre las palabras «neutralizar» y «colegios»? Las cargas de esta mañana demuestran que el Gobierno ni siquiera considera necesario guardar las formas. La Sexta, que ha propiciado un extraordinario ejercicio de periodismo gracias a la ausencia de Jordi Évole, acompasa las declaraciones de los miembros del Gobierno sobre «proporcionalidad» con imágenes de porrazos. Pobre ´marca España´.
Es posible que Puigdemont arrastre a Cataluña al desastre, pero Rajoy empuja hacia el abismo al país entero, incluida Cataluña. A media tarde del domingo, nadie sabría asegurar si el presidente del Gobierno ha regresado de Washington, o si está consultando otro destino de evasión con las embajadas cercanas. No ha sabido prevenir, evitar, controlar ni interrumpir los desgraciados sucesos de hoy. Nadie discutiría su interés por la ´marca España´, y sobre todo su pasión por el ´Marca´ de España. Sin embargo, sus embajadores policiales se han escudado en restablecer el orden, en una cita pacífica donde los desórdenes han surgido por la intervención policial. Hubiera salido más barato en imagen precintar a Rajoy.
Matías Vallés
Artículo publicado en Levante.emv