Alborch exige que se «reconozca el talento y la autoridad de las mujeres»
Recibe la Medalla de la Universitat de València por ser un «icono del feminismo contemporáneo»
«Estamos convencidas de que somos al menos la mitad del talento», sostiene Carmen Alborch al reclamar políticas «positivas» para revertir la «ausencia» de la mujer «en los espacios de poder» y «en los templos oficiales del saber». Unas acciones, prosigue, que combatan la «insoportable lentitud de los progresos» para romper «el techo de cristal, que a veces es tan duro como el diamante». «Hay que hacer visible lo invisible. Reconocer el talento y la autoridad de las mujeres», añade. «La escasa presencia de las mujeres en puestos directivos –prosigue– es un problema social y económico porque implica un desperdicio de capital y de talento, de la mitad del talento».
Su discurso firme y combativo hace temblar los retratos de los 44 próceres que cuelgan de las paredes del Paraninfo de la Universitat de València (UV), todos ellos de hombres salvo el de Olimpia Arozena, que en 1930 se convirtió en la primera mujer en doctorarse en la UV y ser profesora de la misma. Una Universitat que ayer se rindió a Carmen Alborch, que el próximo día 31 cumplirá 70 años, entregándole la medalla de esta institución en reconocimiento a su «extraordinaria» trayectoria académica, política, cultural y feminista.
La profesora, política socialista –»las rosas reivindicativas», dice con orgullo– y escritora valenciana, que fue la ministra de Cultura del último Gobierno de Felipe González, recibió emocionada este reconocimiento en lo que para ella fue una «ceremonia de la gratitud».
«Ceremonia de la gratitud»
Un homenaje más que merecido, pues según resaltó el catedrático de Filosofía del Derecho Javier de Lucas, en su laudatio «el nombre de Carmen Alborch, en la Universitat y más allá, está vinculado a una capacidad excepcional para abrir caminos e incluso crearlos donde no los había».
Y es que esta discípula aventajada del profesor Manuel Broseta entró en la historia de la Universitat en 1985 al convertirse en la primera decana de Derecho. «Si resultaba extraño en aquella época que las chicas estudiaran Derecho (se licenció en 1970 y se doctoró cum laude en 1973), éramos muy pocas, ver a una mujer encima de una tarima (dando clase) era sorprendente», recuerda Alborch, que también fue la primera profesora adjunta y primera jefa del departamento de Derecho Mercantil.
Un paraninfo lleno hasta la bandera no se cansó de aplaudir a este «icono del feminismo contemporáneo», según palabras del rector de la UV, Esteban Morcillo. Alborch, quien incluso lloró durante su discurso de agradecimiento, ha destacado que cada día está «más convencida de que el profundo secreto de la alegría es la resistencia».
La homenajeada entró al acto arropada por todas las conselleras –Gabriela Bravo (Justicia), Carmen Montón (Sanidad), Elena Cebrián (Agricultura) y Maria José Salvador (Vivienda)– así como los titulares de Hacienda, Vicent Soler, y de Transparencia, Manuel Alcaraz. Entre el desembarco de personalidades de la política, destacaron dos nombres claves en la trayectoria pública de Alborch, como el senador socialista y ex jefe del Consell, Joan Lerma, y el exconseller de Educación Ciprià Ciscar, a quienes la homenajeada agradeció en su discurso que la nombraran directora del Institut Valencià d´Art Modern (IVAM).
Morcillo, recordando a Estellés, defiende que el ejemplo de Alborch debe servir para avanzar en la «sendera de llum que nos ha de conducir a romper techos y eliminar barreras para conseguir una sociedad más justa e igualitaria».
La ‘rebelde’ alegre
En esta línea, la actual profesora honoraria de la UV, ha denunciado que «las políticas neoliberales del capitalismo están expropiando derechos a las mujeres». «Convendría imaginar cómo sería nuestra vida, la vida de las mujeres, si no se hubieran sucedido las diferentes olas del feminismo», ha añadido.
«A presar de las presiones no dejamos de ser rebeldes, transgresoras», desgrana Alborch al revivir sus inicios en la lucha feminista en aquella universidad de la generación del 68: «Luchamos contra la dictadura, por la democracia, para cambiar la Universidad, y el mundo», concluye.
Rafael Montaner
Artículo publicado en Levante.emv
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