Lo que nos enseñó uno de los romances más intensos de la historia.
Ella, una filósofa y feminista; él, un filósofo existencialista. El amor que ambos se tuvieron fue más allá de los convencionalismos y costumbres de la sociedad. No estuvieron atados el uno al otro pero esto no les impidió vivir un gran amor fuera de lo común.
¿Qué los caracterizaba?
- No hubo formalidades.
Ambos personajes tuvieron vidas muy “extrovertidas” por así decirlo. Ella creía en la libertad sexual femenina y la ponía en práctica, él tuvo varias parejas y tenía la fama de mujeriego debido a la inteligencia y don de la palabra que poseía. Pero al conocerse nunca más volvieron a separarse. Ellos estuvieron juntos hasta la muerte de Jean Paul a causa de un edema pulmonar en el año 1980.
No llegaron a tener hijos, ni a casarse. Se sabe que Sartre, le propuso matrimonio a Simone, quién lo rechazó. Para ella, el matrimonio y la maternidad significaban una forma de represión con las cuales no podría ser feliz. Su relación se basaba en acuerdos y tratos que ellos hacían cada vez que se veían, y alimentaban la comunicación mediante cartas en la cuales ambos había prometido contarse todo con todos los detalles. No llegaron a convivir juntos.
- Un amor más allá de los estereotipos sociales.
Si bien es cierto que se amaban, ellos preferían no comprometerse casándose o viviendo juntos porque eso acarrearía una serie de formalismos con las demás personas de su entorno, cosa que ninguno de los dos estaba dispuesto a soportar. Practicaron un amor libre, en el cual ninguno de los dos era fiel, pero se tenían el uno al otro. Ellos no se poseían. Su relación trascendió a través de los años buscando una forma en la que funcionará para ambos, estando basada en la libertad total de cada uno.
Lo que más los conectaba era su forma de pensar: ambos encontraban en su relación a una persona con quien compartir sus intereses y pensamientos filosóficos, además de desafiarse intelectualmente.
- La enseñanza.
¿Qué podemos aprender de esta relación? Pues, esta unión nos muestra que dos personas pueden amarse profundamente estén juntas o distanciadas, teniendo o no, otras personas. Además de demostrarnos que la apariencia es sólo un envase, que el goce de la sexualidad no está referido a modelos de belleza con cuerpo perfecto, si no a la forma en cómo te conectas con otra persona física, intelectual y espiritualmente.
Somos conscientes de que no todas las personas son capaces de vivir un amor de esta forma, pero la mayor enseñanza que podemos extraer de esta pareja es la no posesión de la persona que amamos. Y que la mejor forma de amar a alguien verdaderamente, es hacerlo desde nuestro amor propio, con sinceridad de lo que cada uno desea para su vida.
Valeria Ruiton
Artículo publicado en Elementos
octubre 30th, 2017 at 4:51 pm
Hermoso artículo, gracias..
septiembre 13th, 2018 at 6:18 pm
el amor de escritores y seres inteligentes nuncaserà el comùn de todos los mortales, siempre resistirà con susmiedos de quedarse sin libertad