Unai y Esteban (Honduras), dos bailarines obligados a huir de las maras para poder ‘volar’. CEAR
Unai y Esteban son víctimas de una guerra no encontrada. Las maras de Centroamérica imponen su ley mediante amenazas, extorsiones, violaciones y asesinatos, y en este control del territorio no hay lugar para las personas LGTBI ni para los hombres con sensibilidad para la danza.
No fueron las amenazas, ni el acoso diario que sufrían, tampoco la extorsión a la que estaba sometida la familia de Unai, fue la paliza que recibió Esteban la que les hizo darse cuenta de que su vida corría peligro y que debían abandonar Honduras. Conoce más sobre los motivos por los que reclamamos el derecho de asilo para las víctimas de maras en: http://www.maras.org/guerra-no-encont…
Ambos se vieron obligados a huir de su país para pedir asilo en España, donde están pendientes de que se resuelva su solicitud mientras estudian interpretación. No quieren regresar a su país, “mi mamá está feliz de que esté aquí, a pesar de que me extraña”, reconoce Unai. Sin embargo, los antecedentes de resoluciones favorables de asilo a víctimas de maras son ridículas. En los últimos cuatro años únicamente han sido concedidas 25 solicitudes de asilo procedentes de Honduras, Guatemala y El Salvador, de las más de 3.400 presentadas. Puedes saber más sobre #RefugiadosLGTB en: http://www.cear.es/refugiados-lgtb
La danza es “su fuente, el lugar donde acudir a refrescarse”, explica Unai. Esteban ha soñado toda la vida con poder volar y sus padres le decían: “Pero hijo, eso es imposible, las personas no volamos”. Sin embargo, él cuenta que lo logra cada día a través de la danza. Aunque haya tenido que cruzar un océano para que nadie, ni siquiera las pandillas, pueda cortarle las alas.
Las amenazas de las pandillas contra las personas LGTBI son una realidad cotidiana, que por desgracia en muchas ocasiones se cumplen: en el continente americano se producen de media nueve asesinatos personas LGTBI cada semana.
A través de la campaña “Guerra no encontrada”, CEAR reclama a España que “no cierre los ojos ante estas situaciones de clara persecución y ofrezca refugio a quienes huyen de las maras”. Solo el pasado año, se produjeron en Honduras, El Salvador y Guatemala 13.129 asesinatos, con unas tasas de homicidios comparables a las de países en conflicto. *
Agradecemos la valentía de Unai y Esteban (nombres ficticios) para contar su historia, también la generosidad de El Pavón Teatro Kamikaze por cedernos sus instalaciones para la grabación de esta entrevista.
Publicado por CEAR