Notre Dame de Paris
Creo que esta mañana, Sami Nair ha dado con la clave de lo que debe ser nuestra reacción ante la desolación que nos causa el incendio de Notre Dame, de Paris.
En la entrevista que le ha hecho Pepa Bueno en el espacio Hoy por hoy (y que he podido seguir en directo con Sami, antes de que partiera de Valencia, donde ayer participó en una interesante conversación de la que he dado cuenta en este muro), Sami ha recordado algo que advirtiera Kant: el arte tiene la capacidad de despertar en nosotros la dimensión de lo universal, de lo que nos es común, de lo que nos constituye como humanidad.
Esta reacción unánime que ha provocado el desastre , la caída ante nuestros ojos de la aguja de la catedral, la pérdida de sus vidrieras y su sillería, de tantos bienes culturales que son herencia multisecular, pasa por encima de credos, lenguas, nacionalidades e ideologías, y es un buen argumento a recordar precisamente en el momento de la recrecida de la reacción que quiere traernos de regreso a las ciudades cerradas, marcadas por el miedo y el odio al otro.
Notre Dame no es patrimonio francés ni europeo: es universal. Como otros universales que compartimos y que han de ponerse como prioridades: los derechos humanos, el respeto al otro, el Estado de Derecho, la democracia, la igual libertad de todos, la solidaridad con todos los otros, nuestra responsabilidad de proteger a quienes son más vulnerables, nuestra responsabilidad de preservar la vida del planeta…
Javier de Lucas