Julià Álvaro contraataca con el embrión de un lobby verde
Julià Alvaro vuelve a la batalla ecológica año y medio después de su destitución como secretario autonómico de Calidad Ambiental y Cambio Climático en febrero de 2018, y tras no conseguir escaño en las Corts Valencianes enrolado en las filas de Unides-Podem Esquerra Unida. Contraataca con el embrión de un lobby verde bautizado como Democràcia en verd, que se presentará en sociedad el 21 de junio.
Bajo el lema: «Crisis climática y crisis social: el desafío verde», intervendrán en la puesta de largo Carmen Sánchez Brufal, presidenta de la asociación y Álvaro, vicepresidente. La politóloga Cristina Monge y el diputado ecologista de Equo, Juantxo López Uralde, participarán en una charla posterior sobre «Ecología política y la izquierda del siglo XXI».El acto tendrá lugar en el salón de actos del Colegio Mayor Rector Peset.
«La experiencia del primer gobierno del Botànic ha mostrado las potencialidades de las políticas verdes pero también las limitaciones, resistencias y problemas a los cuales nos enfrentamos», reza el lema de este proyecto, que lideran como cabezas más visibles Alvaro y Sánchez Brufal, exconcejal alicantina del PSPV-PSOE.
Alvaro explica que el objetivo es «intentar influir tanto en las empresas como en las administraciones», con la cuestión ambiental al mismo nivel que los problemas sociales, económicos o de regeneración democrática. «No tenemos nada en absoluto de lobby tal como se entiende en Estados Unidos», enfatiza Álvaro, quien echa la vista atrás para lanzar una crítica acerada al «miedo al coste electoral» o al «discurso antipático», que acabó acarreándole la salida de la conselleria por su defensa a ultranza del SDDR (Sistema de Depósito, Devolución y Retorno), o su oposición al proyecto Intu Mediterrani, que por cierto continúa en «tiempo muerto» en el departamento de Elena Cebrián.
Y defiende que Democracia en Verd persigue colocar en el mapa de la política el tema de la ecología en general, sin reivindicaciones ni causas concretas, sino todas ellas. «El viento lo tenemos a favor, porque feminismo y ecologismo van a ser los movimientos más potentes del futuro, es algo inevitable», señala, poniendo como ejemplo el movimiento estudiantil de los «Fridays for future».
Financiación por cuotas
La financiación, aclara, vendrá por las cuotas y las aportaciones de la gente sensibilizada con la defensa del planeta. Organizarán debates y ofrecerán asesoramiento en temas medioambientales, «e iremos viendo», apunta, convencido de que la concienciación acabará llegando a todas las esferas, incluso la política pese a su agridulce etapa en el Govern del Botànic al que echa en cara que no fuera capaz de resistir las presiones empresariales en cuestiones medioambientales comprometidas. «Las políticas ambientales no pueden ni deben ser relegadas, ni intercambiadas por otras consideradas más prioritarias, de eso va Democràcia en Verd», concluye.
Minerva Mínguez
Artículo publicado en Levante.emv