El comunicador, quien fue pareja de la reina Letizia, se enfrentó al coronavirus en la habitación 303 del centro sanitario. Allí experimentó cómo su capacidad pulmonar llegaba al límite: «Cuando cae la noche eres como polvo de yeso. Ni gota de agua en tu cuerpo. Bebes cada 20 segundos. Te estorba la máscara. Quieres más agua. Pides hablar con un médico de urgencia para decirle que puedes desmayarte en cualquier momento. Te explica que están pendientes. Mucho. Que si bajas de 90, a la UCI», avanza.
«Es hora de dormir y no paras de beber. Tres veces o cuatro por minuto. Te ahoga la máscara. Cuando entran dos enfermeros te ven sin ella. Estás por debajo de 90. ‘No respiro, necesito beber’. ‘Ni se te ocurra quitártela. ¿Cómo te ves? Si no puedes vamos a la UCI. ¿Aguantas, aguantas? Si no puedes, aviso y nos vamos ya», relata sobre lo que vivió la noche de un viernes en el hospital.
En el texto, donde Tejera recuerda sus experiencias desde el primer día de su ingreso hasta que le dieron el alta, apunta otros miedos que le invadieron aquellos días: «Empiezas a pensar de todo. De todo. Si volverás a ver a los tuyos, cuándo viste a tus hijos por última vez, cuándo a tu mujer. Si esto acaba así o no. Si habrá más paseos, más mar, más bosques, más música, más amigos, más risas para ti o no. Así de crudo», se sincera.
El día siguiente tampoco fue fácil: «Sábado. La doctora cuenta que están pensando en llevarte a la UCI. Depende de esas horas. Hay un momento crítico en pacientes como tú y que hay que saber si vas hacia arriba o hacia abajo. Todo está preparado y tienes plaza si hay que intubar. Eso significa que otros no van a tenerla. ¡Qué está pasando! ¿Dónde estamos? ¿En qué país?», escribe.
El periodista recibió el alta el miércoles siguiente, aunque su lucha continuaba: «Aún no sabes ni cuántos han caído. Aún no sabes el miedo de llegar a casa. De contagiar a los tuyos. El agotamiento que te espera días y días. Ni imaginas la furia que te cabe dentro cuando mejoras algo. Furia contra los de ahora y los de antes», se lamenta.
«Furia cuando logras verles en las noticias. Cómo escupen palabras, cómo vuelan las balas desde sus trincheras. La vergüenza ajena. Ni imaginas. Solo quieres llegar a casa y no retroceder ni un palmo. Dormir», afirma el presentador en las últimas líneas de la crónica, por la que ha recibido numerosos mensajes de apoyo de parte de sus seguidores en Twitter.
Publicado en 20 Minutos