Ejercer la política más allá del PP
Resulta agotador escuchar los debates parlamentarios que el bajísimo nivel del PP mantiene en el Congreso de Diputados. A veces se piensa que nada puede ser peor, pero el equipo de Casado demuestra que sí, que todo puede empeorar.
Cayetana sigue fiel a su estilo bronca, maleducado, corrosivo, e insultante, mientras que Teo intenta ser original con frases demagógicas, obvias e insulsas. Y Casado nunca se sabe si va o viene, mirando con un ojo a Vox y con el otro a sus presidentes autonómicos que, salvo el caso alucinante de Díaz Ayuso, muestran que también les toca ser corresponsables porque están al frente de sus autonomías. Lo ocurrido en el Parlamento europeo con el grupo del PP, poniendo palos en las ruedas al gobierno de España, y por tanto, al conjunto de los españoles en la recepción de ayudas y créditos, no se ha visto nunca. Ya ni siquiera se respeta la unidad externa. Con la gravedad de la deslealtad y la manipulación; el PP veta que se hable de la falta de libertades en Hungría bajo el gobierno de Orban, al tiempo que pone en cuestión el estado de derecho y la democracia en España. Increíble.
Lo cierto es que, hoy más que nunca, hay que establecer pactos que garanticen la reconstrucción económica y social. No tengo ninguna confianza en las posiciones del PP y Vox, salvo que se sientan claramente presionados por las cúpulas empresariales y sindicales.
Afortunadamente, la política se ejerce también fuera del Congreso de Diputados, y en muchas ocasiones resulta más efectiva, como se está demostrando con el diálogo entre el gobierno y los diversos agentes sociales.
Mientras tanto, parece que nos hemos “relajado” demasiado ante el coronavirus. Y, empiezan a surgir rebrotes por descuidos o negligencias. Además, países que pensaban estar a salvo como Portugal o Suecia ya no lo tienen tan claro. La alerta además se cierne sobre poblaciones como EEUU, Brasil o Rusia, en las que sigue creciendo los contagios y números de fallecidos.
Mi duda sobre las posibles víctimas se encuentran en el continente africano, del que, tengo la impresión que no sabremos bien qué está ocurriendo en muchos de sus países.
Ana Noguera