Gracias a Corina
Me avergüenza, como español, comprobar que únicamente algunos analistas de prensa extranjeros, buenos conocedores de nuestro país, escriban sobre la vergonzosa huida de Juan Carlos de Borbón y pongan sobre la mesa las verdaderas causas que le obligan a hacerlo, subrayando las razones “reales” de esta decisión.
Aquí, salvando la excepción de algún que otro periódico digital, la prensa, las radios, las televisiones, tanto las públicas como las privadas, cada cual a su manera, pero siempre dentro de los roles asignados por el establiment, marean la perdiz, unos para “justificar” al “emérito” y otros para evitar o al menos amortiguar la responsabilidad de la Casa Real en este y otros affaires.
Nuestro Presidente, fiel al juancarlismo de su partido, pone alfombra de seda a la huida del corrupto y hace lo imposible para ponerse de perfil, como si la cosa no fuera con él, además de emplearse a fondo en la defensa a ultranza de la monarquía, encarnada ahora en Felipe VI. En realidad no existe contradicción alguna en ello: en los ochenta eran felipistas y ahora… también.
Pero en cambio, tú, ciudadano español, si quieres o necesitas estar bien informado lo tienes fácil, no tienes ningún problema: solo tienes que camelarte a un primo, una amiga, a alguien que sepa idiomas, entráis en Internet y buscáis periódicos extranjeros y así, de está cómoda y sencilla forma te podrás enterar de lo que está pasando aquí.
Lo primero que, seguramente, te asombrará será enterarte de que aquí, en las altas esferas, todo el mundo sabía lo que estaba pasando. La segunda novedad para tí, ésta es mucho más evidente, es que aquí nadie ha hecho nada por sacar a la luz una larga serie de escándalos reales, reales escándalos. Y esto ha sido, y es todavía, porque unos pertenecen y llevan el sello de la misma ganadería y otros porque no se atreven, se les encoge el ombligo, porque ya se sabe que el miedo guarda la viña.
Entonces os preguntaréis ¿Quién estaba interesad@ en mover todo este escándalo y por qué? Solo hay que pensar un poco, rebuscar en la memoria… ¿Ya? ¡Claro que sí! Has acertado. ¡Corina! Gracias a ella hay un juez en Suiza investigando (parece que, pronto, en Londres, habrá otro) contra ese mismo al que Rajoy le dio el título de Emérito para blindarlo ante la justicia y al que, ahora, las Cortes, en una desesperada y prácticamente suicida sesión, (al hacerlo ha puesto en cuestión todo el sistema político heredado de la Transición) con los votos mayoritarios de los partidos del orden (establecido) lo han declarado inviolable. Esperemos que la Mano Negra que aquí siempre funciona no llegue hasta Suiza.
De lo de Corina, supongo que nunca conoceremos sus verdaderos motivos, ni tampoco nos deben importar demasiado, pero no tendremos muchas dudas de que, más o menos por interés, o por despecho, o muy probablemente por una mezcla de todos estos innobles sentimientos, nos ha hecho a los españoles el inmenso favor de hacer inevitable que sepamos la verdad acerca de qué clase de individuo es ese Juan Carlos “el campechano” (como si saber que es un Borbón y que lo había puesto Franco no fuese suficiente) pero las gentes del pueblo somos así. Como no sabemos de política… como todos los políticos son iguales… como todos van a lo mismo…
Habrá que prepararse, porque a partir de ahora nos van a marear con todo tipo de detalles, incluso, si les hace falta, abrirán los archivos de sus líos de alcoba, de cuando de joven le pegó un tiro a su hermano, de cuántos animales mató, que si estuvo con la Fulana a la vez que con la Mengana… etc.
Al pueblo español no nos debe interesar para nada la vida privada de nadie y, menos en este caso especialmente, porque todo eso se utilizará y servirá únicamente para crear una cortina de humo para eludir el debate que verdaderamente interesa y que no es otro que si necesitamos una Monarquía o una República.
¿No nos repiten continuamente que este es un país democrático? Empezaré a creérmelo cuando respeten mi derecho a decidir acerca de esta y otras cuestiones fundamentales.
Miguel Álvarez