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La necesidad de una medicina ambiental actualizada

Hace ya mucho tiempo que destacados especialistas pertenecientes al ámbito sanitario han constatado un estrecho vínculo entre contaminación medioambiental y salud; también los perniciosos efectos que un medio hostil puede provocar en nuestra salud mediante factores de riesgo graves. Es el motivo por el cual llevan tiempo recomendando un mayor y mejor cuidado personal —gracias a los descubrimientos alcanzados por los expertos— para minimizar o evitar en lo posible dichos efectos. No obstante, dada la gravedad de la situación actual, ese cuidado personal no será suficiente si no se aplican políticas medioambientales y sanitarias de carácter global, se refuerza la medicina ambiental y se aplican los conocimientos adquiridos con perspectiva de género.

A estas alturas, no podemos soslayar que el progreso ha proyectado efectos muy negativos en nuestra salud, como consecuencia de nuestra nociva actitud con el medio ambiente. En la tesitura presente, solo la actualización de recursos a nivel individual y colectivo que se adapten a nuestra vida cotidiana podrán paliar los resultados tan desastrosos que se prevén. En efecto, los riesgos son múltiples —en el presente y en el futuro— y solo medidas verdaderamente eficaces emanadas de los entornos científicos, sanitarios y políticos podrán paliar el desastre.

Desgraciadamente, las cuestiones medioambientales que afectan a la salud humana y que han sido corroboradas por los gobiernos de los países más avanzados presentan efectos muy variados y son consecuencia de los tóxicos que nos enferman. Solo la prevención individual y colectiva conducida desde arriba puede solucionar una problemática compleja y múltiple que afecta a una amplio radio de la salud. Porque no solo se trata de radiaciones o campos electromagnéticos, sino también de la contaminación originada a partir del aire, el agua, la cosmética y el contexto doméstico, sobre todo de las tres últimas y, principalmente, entre mujeres.

La lista de efectos que provoca la contaminación en hombres y mujeres de todo el planeta debería ser estudiada en profundidad, porque afecta a ámbitos tan variados como las alteraciones menstruales, la infertilidad, los cánceres de diversos tipos, la obesidad, la diabetes y un largo etcétera. Es decir, hay una clara relación entre disruptores endocrinos y obesidad, diabetes y función tiroidea. Además de enfermedades «nuevas», que también son consecuencia de la contaminación. Sería el caso de la sensibilidad química múltiple, la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica. Solo la prevención, pues, se convierte en una solución apta.

Consecuentemente, la verificación de que un medio ambiente envenenado actúa perniciosamente sobre la salud nos exige actuar de inmediato y no quedarnos como meros espectadores, no solo en el ámbito individual, sino también en el colectivo a través de políticas públicas ambientales y sanitarias eficientes de carácter global, porque ahora mismo los límites estatales ya se han quedado cortos ante el inminente peligro que vivimos. Indudablemente, dos objetivos ineludibles son la estimulación de una medicina ambiental nueva y eficaz para que el sistema funcione y una formación de profesionales sanitarios capaz de hacer frente a las enfermedades ambientales de nuestro tiempo.

Ante un sistema económico —el capitalismo— que ha terminado por conducirnos al desastre solo las soluciones colectivas y solidarias pueden tener efectividad.

Pepa Úbeda

 

 

 

 

 

 

  1. pilar Says:

    Muy buen artículo. Soy la Dra Pilar Muñoz-Calero, experta en Medicina Ambiental. Pertenezco a laAcademia Americana de Medicina Ambiental y hemos realizado 10 congresos con los mejores expertos internacionales.
    Agradezco la difusión sobre la importancia de esta medicina.

  2. FINA OLIVER Says:

    Estamos en manos de quienes nos representan. Este tipo de artículo puede servir para concienciar y presionar a los políticos para que hagan acciones por un país sostenible y así cuidar la biodiversidad de cada rincón de nuestro planeta. Pero las personas de a pie también hemos de ser conscientes de nuestro propio entorno y cuidarlo. ¡Gracias Pepa por tu trabajo!

  3. M.Cristina Oriola Barres Says:

    Haber si llegamos a tiempo,por mis nietos:pero la presion social és muy fuerte,,Pepa tú sabés muy bien qué pará hacer lo qué hemos hecho en el horno

  4. Stella Manaut Says:

    Como siempre, Pepa tiene más razón de una santa. O nos lo tomamos en serio o nos ahogaremos. Así de claro. No se puede perder un segundo.

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