Encontre, compassió i compromís Julio Ciges, capellà, veí i amic
Cuando la revista Caroig me hizo la propuesta de escribir una semblanza de la trayectoria de Julio Ciges, me hizo sentir tanta ilusión como responsabilidad, pues los únicos méritos a los que tal vez me podía aferrar para escribir estas líneas son los de haber compartido dos décadas de activismo vecinal con Julio y ser su amigo. Como estoy seguro que esta revista llegará a un amplio espectro de lectores y lectoras, voy a dirigirme a los que todavía no han tenido la oportunidad de conocerlo de cerca.
Julio Ciges Marín, nacido en la población de Anna con la que se siente muy enraizado y a la que se escapa siempre que sus muchas ocupaciones se lo permiten, llego a la parroquia María Inmaculada de Vera, en noviembre de 1994. Sus anteriores destinos fueron Xirivella y el barrio de San Marcelino, dónde todavía lo recuerdan; desde el primer momento se involucró en la vida asociativa y vecinal de la Malva-rosa.
Una de las primeras cosas que hizo, según me contó más tarde, fue pasarse por la calle Mendizábal para darse de alta como socio de la Asociación de Vecinos Malva-rosa.
A Julio lo conocí en una de las reuniones de las primeras ediciones de la Fiesta de la Solidaridad de la Malvarosa, espacio de encuentro del tejido asociativo, cuyo creador fue Julio con la colaboración de algunos jóvenes con inquietudes de la Parroquia de Vera. Y recuerdo de esa primera reunión, alrededor de Julio, que sin proponérselo oficiaba de moderador y animador de os debates, estábamos reunidos una
representación de las entidades vecinales de la Malva: las AMPAS de los colegios del barrio, Escoleta Malva-rosa, la AA.V.V. Malva-rosa, Grup de Dones, Casal Jaume I, Caritas, Iglesia Evangélica, Espai Obert Marítim y otras entidades culturales. Me llamó la atención, desde un primer momento, por su capacidad de aglutinar y poner a trabajar en el mismo objetivo a asociaciones y entidades con miradas y objetivos muy distintos. La Fiesta de la Solidaridad de la Malva-rosa, de la que fue inspirador Julio Ciges, fue uno de los legados que son recordados por el barrio, cada año durante tres lustros, a caballo
entre finales de septiembre y la primera semana de octubre, se organizaba una semana de actividades culturales en las que fomentaba los encuentros de confraternidad entre los vecinos y vecinas de la Malva. Por estas jornadas de animación sociocultural pasaban cada año un gran número de ellas y ellos y sentían que les unía una identidad de barrio y unas reivindicaciones por un barrio más solidario. En cada edición se elegía un proyecto solidario, en cada edición distinto, para paliar las necesidades allá dónde surgieran, gracias a la generosidad de vecinos y vecinas de la Malva. Fueron 15 ediciones de la Fiesta de la Solidaridad cuya alma fue Julio y que fue una llamada a los vecinos de la Malva a salir y convivir de una manera lúdica ocupando las plazas y los espacios públicos. Desde este espacio sociocultural también se puso el acento en denuncias y reivindicaciones sociales con perspectiva de género, citando como ejemplo, la participación en la manifestación contra la guerra de Irak por ser una guerra injusta e inmoral, en las concentraciones contra la violencia de género, en favor de las pensiones, contra los desahucios y en favor de las víctimas del metro. Y, desde el movimiento vecinal de la Malva-rosa, se apoyó y acompañó el movimiento 15 M que se recibió con esperanza y como el Malva-rosa, se apoyó y acompañó movimiento 15 M que se recibió con esperanza y como motor de un cambio auspiciado por la juventud, que ponía en cuestión todo lo que se había hecho hasta entonces.
Y el año pasado la Associació de Veins/Veïnes i Amics/Amigues de la Malva-rosa, en la segunda edición de las distinciones Malva-rosa, reconoció como figura más relevante a Julio Ciges marín, por su trayectoria de más de 25 años de presencia en el barrio con un cristianismo de base, abierto, progresista y en sintonía con las clases obreras y más necesitadas, así como comprometido con los migrantes, a los que dio acogida en su casa.
Como miembro fundador del grupo de pensamiento “Els rectors del dissabte” alza su voz para reivindicar una Iglesia abierta, dialogante, con perspectiva de género y cercana a los sectores populares y obreros. Forma parte de esa otra iglesia que respira aires de libertad, que celebra la palabra en valenciano, en el idioma del pueblo. Este grupo lleva reuniéndose 39 años, aunque sean 10 con su actual denominación. Son un grupo muy activo que, en sus documentos y reflexiones, han criticado el boato institucional de las visitas papales por la mercantilización de la religión y también las posiciones reaccionarias e integristas de la iglesia institucional. Apuestan de manera decidida por un nuevo tiempo de apertura, estando a favor del sacerdocio femenino y de un celibato opcional. Julio Ciges durante muchos “años ha sido uno de los organizadores y representantes capitales del Foro de Reflexión “Cristianismo y mundo de hoy”.
A finales del 2020 sacó a la luz la primera de las cuatro obras, que redactó haciéndole frente, con coraje y esperanza a la enfermedad, que lleva por título “La experiencia cristiana”, es un texto sanador y liberador, que posibilita acercarse a la palabra a todas las personas de buena voluntad. El que quiera conocer más y mejor a Julio Ciges, que lea su libro.
Agustín Abarca,
Associació de Veins/Veïnes i Amics/Amigues Malva-rosa
julio 24th, 2021 at 11:31 am
La idea de «La Fiesta de la Solidaridad» nació de uno de los grupos de Confirmación, de los que yo era el catequista, y de algunas miembros del coro, que colaborábamos con Intermón Oxfam vendiendo sus productos solidarios en la Parroquia después de la misa. Pensamos que por qué no ofrecerlos al resto del barrio y montar un puesto en la plaza y ahí empezamos a trabajar contactando con más asociaciones solidarias y del barrio. De todo ese trabajo nació la PRIMERA. Mari Carmen, Beatriz, Raquel, Isabel… gracias
A Julio, en lo personal, le deseo lo mejor y su pronta recuperación.
Lo parroquial es harina de otro costal… Se cargó a la JOC, a los Juniors, a los que llevábamos allí desde que éramos adolescentes…