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Cristina Campos – “Pan de limón con semillas de amapola”.

Libro: “Pan de limón con semillas de amapola”.

Autor: Cristina Campos

Editorial: Planeta

Año: 2016

Es un relato de solidaridad entre mujeres, una narración cinematográfica, no exenta de poesía, con dos protagonistas principales, dos hermanas que no se han visto desde hace tiempo en un escenario bellísimo como es Mallorca.

La versión literaria ha sido recientemente premiada entre otras, en Berlín, como el relato más próximo a un guión de cine. En las manos de Benito Zambrano ha alcanzado el objetivo esperado por la autora de ver su obra en la pantalla.

Dos hermanas, Anna y Marina, se encuentran en Mallorca en su pueblo natal después de unos años. El motivo es una extraña herencia que las dos han recibido. La herencia es un negocio. Una panadería a la que tienen que hacer frente y que por diversos motivos deciden vender.

Como en algunas otras narraciones literarias, en el prólogo de cada capítulo, a modo de entradilla, la autora ha decidido insertar una receta culinaria, con ello apunta a la novelista mexicana Laura Esquivel.

El comienzo es sobrecogedor, discurre un paisaje de arena, sal y sulfuros, bajo un sol abrasador del desierto etíope. Un ambulatorio móvil y una pareja de médicos. Una muchacha agonizante y una cesárea de urgencia. Finalmente muere la madre y se salva el bebé. Marina es cooperante, una activista, en una ONG donde colabora como médico junto con su pareja en la asistencia sanitaria. Marina es un ser trashumante. No tiene un espacio específico a dónde volver, su patria son el mundo y los brazos de su pareja, Mathías, un joven médico alemán, con el que comparte destino y vivencias. Su móvil es la lucha en defensa de las mujeres en los territorios del Tercer Mundo. En África, se comparte la crianza de los hijos y la solidaridad cuenta. Conocen eso. Naomí la niña recién nacida, es asistida por Marina. Conmueve ver cómo sus entrañas rechazan dejarla en el hospicio. Nadie la reclama.

Anna por el contrario es la hermana burguesa de la familia. Opulenta como su marido, Armando. Es aficionada a los estilistas y al botox. Frecuentan en verano el Club Náutico de Palma y gozan de un “status” burgués. El cuidado de la casa lo tienen depositado en manos de una asistenta filipina. Habitan una mansión familiar en el centro de Palma, en Son Vida, donde ha crecido una hija de su mismo nombre, educada como todas las hijas de la clase alta, en círculos muy restringidos. Esta instruida en guardar las apariencias. Son dos imágenes contrapuestas.

Todo empezó a torcerse, cuando al heredar un  obrador con molino de una desconocida y pretender venderlo. Valldemossa donde está enclavado el negocio es un hermoso lugar.

Marina en su retorno, duda y acaba finalmente por negarse a firmar el contrato de compraventa dando al traste con la operación. Armando y Anna esperaban el dinero como agua de Mayo, porque la economía familiar había entrado en barrena por los oscuros negocios de Armando. El matrimonio entre ambos hacia aguas desde tiempo atrás y Anna esperaba salvarlo con ese dinero.

Marina decide abrir el obrador y con ayuda de dos antiguas amigas de la difunta otorgante del negocio acaban haciendo frente al mismo, compartiendo sus días durante un tiempo. Marina a pesar del contratiempo, tiene “in mente” marchar a Santo Domingo, a donde su pareja alemana ha llegado días atrás desde Etiopía, su común y último destino.

Entre tanto Anna, vuelve a reencontrarse con Antonio, es un viejo amor de adolescencia, y eso le perturba. Últimamente las relaciones con su marido están llegando a su fin. Solo ha habido dos hombres en su vida Antonio y Armando. Su vida sexual con Armando había muerto hacía tiempo y el encuentro con Antonio había vuelto a despertar el deseo. Vuelta a empezar la vieja historia de juventud de un humilde marinero pobre con una burguesita de clase alta.

Todo el relato es una descripción de un mundo entre mujeres con el misterio de una herencia al fondo. Sus vidas constituyen el eje de la narración. Se descubrirá al final el misterio que mueve a los personajes principales, sus secretos y sus silencios.

La tragedia no es ajena al desenlace, la autora apura esos momentos con dolor por la muerte de Anna, pero también reconoce un canto a la vida. Se consolida el compromiso de Marina con la adopción de Naomí, la niña etíope, en compañía de Mathias, en medio de una relación difícil y comprometida de ambos, fruto de su trabajo como MSF.

El texto es una mirada aguda y detallada de sus penas y desengaños, de sus cuitas y de sus sueños. Un caleidoscopio de confidencias en un espacio dorado como es Mallorca.

La lectura del texto es fácil, la prosa transparente. El relato es tenue, quizá fotográfico, escueto y descriptivo. Constituye el inicio para un buen guión de cine.

Pedro Liébana Collado

 

 

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