Ana López Navajas sobre Women’s Legacy: «Hemos bajado a las mujeres a las aulas»
La coordinadora española del proyecto europeo Women’s Legacy, Ana López Navajas, ha explicado en qué consiste el trabajo que llevan más de dos años elaborando para la recuperación del legado de las mujeres en la historia de la humanidad: ciencias, matemáticas, música, literatura, pensamiento.
Ana López Navajas es clara, didáctica y apasionada cuando habla de los trabajos intelectuales, culturales o artísticos que las mujeres han realizado a lo largo de la historia. Tanto que en su momento, realizó una tesis doctoral sobre la aparición de mujeres en los libros de secundaria para descubrir que solo suponían el 7,6 % del contenido. Esto la ha empujado a lo largo de los años en su trayectoria profesional hasta convertirse, en España, en la cara más visible del proyecto Women’s Legacy, liderado por la Generalitat Valenciana de la mano de la Consellería de Educación.
En un acto multitudinario en la Ciutat de las Arts de Valencia se ha desarrollado una sesión de presentación de los primeros materiales que el proyecto ha desarrollado. Durante los primeros años, los trabajos han consistido, como expicaba López Navajas, en desenterrar de alguna manera a cientos de mujeres que han hecho diferentes aportaciones a todos los campos del conocimiento y de las artes a lo largo de los siglos.
Tras este redescubrimiento de muchas de estas figuras ha venido una de las partes principales. El proyecto lo componen cuatro países: Lituania, Italia, Reino Unido (a través de Escocia) y España. Cada miembro ha hecho su parte del trabajo «arqueológico» para, después, crear un modelo que ha ido «encajando» a todas esas mujeres en los diferentes sistemas educativos. Un modelo que, como explica López Navajas, tiene la intención clara de ser transferible a cualquier sistema educativo, al menos, de Europa, territorio al que se han circunscrito estos primeros trabajos.
Tan transferible es que, inicialmente, los materiales desarrollados en España están imbricados en la organización del sistema saliente de la Lomce, extinta ya. Ahora les toca el trabajo de reorganizarlo todo para que encaje dentro de la Lomloe y de sus recién publicados currículos.
La intención fundamental, en cualquier caso, es que la información de las biografías y, sobre todo, trabajos de todas estas mujeres esté inserta en el currículo oficial. Como explica López Navajas, ya no es el momento de que se pare una clase, cualquiera que sea la materia, para hacer un hueco a las mujeres. Se trata de que si se está hablando de la tectónica de placas se hable de Marie Tharp como la mujer que teorizó por primera vez sobre la deriva continental y la tectónica.
Esta información, por ejemplo, es la que se encuentra en uno de los varios productos a los que ha dado lugar el proyecto de Women’s Legacy: el banco de recursos en el que cualquier docente encontrará una serie de propuestas de actividades que desarrollar en el aula; obra original de las mujeres de las que se habla y, por último, la biografía de estas mujeres.
«Está muy bien celebrar a las mujeres y ponerlas en pósteres, pero vamos tres pasos más allá», aseguraba Navajas en la presentación. «Queremos una cultura más normal». Esto quiere decir que, por ejemplo, las actividades que se proponen no son actividades «de mujeres», no es el «vamos a hablar de las mujeres científicas», sino hablar del tema que corresponda y a nombrar los trabajos que ellas hubiesen realizado en ese campo.
A esto habría que añadir también que cuando se habla de estas mujeres se hace una referencia a su contexto histórico y a otras mujeres, contemporáneas y posteriores. La idea es desterrar la sensación de que las mujeres han tenido un papel extraño en la historia, apareciendo, sin más, en un momento u otro. Parte del proyecto es crear una genealogía de las aportaciones de estas mujeres, himbricadas en un tiempo y un espacio; mujeres que bebieron de unas determinadas fuentes y fueron referente para otras personas después, mujeres u hombres.
Erradicar la desigualdad
La base de todo este trabajo, como explica López Navajas siempre que puede, es «erradicar las desigualdades» entre hombres y mujeres y que en buena medida se instalan en la creencia de que la historia ha sido una cosa de hombres; ellos lo han hecho todo y ellas, nada. Nunca.
Para la investigadora, el hecho de que el legado cultural de las mujeres sea, casi, un perfecto desconocido, que hayan sido sistemáticamente borradas o ninguneadas, es el cimiento que sustenta el edificio de la misoginia y el machismo. Un edificio que se sostiene sobre el pensamiento de que los hombres son mejores en tanto que han hecho todas las aportaciones de relevancia en cualquier campo posible, ya sean las ciencias o las humanidades.
Esta idea, explica López Navajas, está en el origen de las situaciones de desigualdad de cualquier tipo, desde la violencia machista hasta el techo de cristal en el trabajo.
Además de esto, ignorar las aportaciones de las mujeres al avance de la sociedad a lo largo de todos los tiempos tiene implicaciones culturales y sociales. Las primeras en el sentido de que hay una «distorsión del relato cultural, un fraude cultural que compartimos». Las segundas tienen que ver con que, al no reconocerse las aportaciones, se produce una deslegitimación social del hecho mismo de ser mujer. «Si no te reconocen, no vales», resumía la investigadora.
La mayor parte de los materiales y productos surgidos de esta investigación tienen la mirada puesta en su utilización en las aulas. De hecho, en la elaboración han participado y participan docentes de secundaria de hasta ocho comunidades autónomas diferentes del Estado.
Para López Navajas esta incidencia en el sistema educativo es fundamental porque, aunque en los centros y las aulas todo el mundo, entiende ella, trabaja por la igualdad lo hace prácticamente con los mismos currículos, con los mismos libros y materiales, de manera que «la idea de que unos que valen y otras que no sigue presente». Y esto, opina la investigadora, tiene dos consecuencias fundamentales. La pimera es que «hace fallar la educación en igualdad de oportunidades», al no haber referentes femeninos suficientes en los materiales educativos y, la segunda, hay una falta importante de rigor científico al obviar el papel de las mujeres.
Productos
Además del banco de recursos en el que cualquiera podrá encontrar actividades, biografías y obras originales de las mujeres, el proyecto también ha desarrollado otros productos que aspiran a tener mucho calado.
Entre los primeros están la formación del profesorado. Formación que se testará en la Comunidad Valenciana en primer lugar (ya se está haciendo según ha dicho Ana López Navajas) y que el proyecto aspira a que pueda ser «trasplantable» a cualquier parte del territorio. Formación para docentes desde infantil hasta la universidad.
Junto a la formación están los catálogos, en los que el profesorado encontrará obras literarias (se trata de un repositorio de acceso libre y gratuito, de autoría femenina y de cualquier género, incluídos algunos que han «aparecido» al poner la vista puesta en el trabajo de las mujeres); de artes plásticas, y de obras musicales. López Navajas ha insistido en que estas obras tampoco aparecen sin más, sin contexto, como listados, sino que se explican y se ligan con su momento y con otras obras.
Y, por último, una serie de bases de datos en las que encontrar una enorme cantidad de información organizada de diferentes maneras, desde movimientos (artísticos, literarios, de pensamiento, etc.), categorías de géneros o explicaciones sobre los diferentes sistemas educativos que han participado.
Con toda esta información, esperan quienes han participado y participan de Women’s Legacy, esperan poner sobre la mesa una «renovada visión del mundo», como resumía López Navajas, «recuperar el patrimonio europeo que nos pertenece a todas y todos y que, ahora, tenemos a mano».
Pablo Gutiérrez de Álamo
Publicado el El Diario de la Educación