Tu mejor inversión de futuro
El IPCC
Es el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático y fue creado en 1988 por el Programa de las Naciones Unidad para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). Actualmente, 195 países son miembros del IPCC.
Su objetivo es ofrecer una visión científica clara, rigurosa y equilibrada sobre el cambio climático y sus posibles repercusiones medioambientales y socioeconómicas.
Sus expertos se reúnen, por lo menos, una vez al año. Representan a sus respectivos gobiernos, los cuales aceptan, adoptan y aprueban los informes del IPCC y, al menos en apariencia, reconocen su autoridad.
El último informe del IPCC es del 9 de agosto de 2021
Aporta datos de enorme transcendencia.
Primero: el cambio climático se ha generalizado, va rápido y se está intensificando. Además, no tiene precedentes y algunas consecuencias no se podrán revertir hasta dentro de varios siglos o, incluso, milenios. No obstante, una reducción importante de CO2 y otros gases de efecto invernadero lo limitarían, aunque se necesitarían entre 20 y 30 años para que las temperaturas mundiales se estabilizasen.
Segundo: el calentamiento se ha acelerado.
Tercero: análisis de las consecuencias de dicho calentamiento en todas las regiones del planeta.
Olas de calor y sequías
La subida generalizada de temperaturas o calentamiento planetario supone un aumento de las olas de calor, un alargamiento de las estaciones cálidas y un acortamiento de las frías.
Si siguen aumentando, el grado de tolerancia para la agricultura y la salud serán difícilmente soportables y se producirán hambrunas terribles.
Asimismo, provocará efectos intensos en la humedad y la sequedad, los vientos, la nieve y el hielo, las zonas costeras y los océanos.
Aumentarán las sequías extremas y las precipitaciones intensas —con inundaciones asociadas— en latitudes altas, aunque disminuirán en las regiones subtropicales y monzónicas, variando según el área del planeta.
Las zonas costeras experimentarán un aumento continuo del nivel del mar, lo que contribuirá a inundaciones más frecuentes y graves.
Además, amplificará el deshielo del permafrost y la pérdida de la capa de nieve estacional, el derretimientos de los glaciares y los mantos de hielo y la pérdida de hielo marino del Ártico en verano.
En las ciudades, el calor se sentirá muchísimo más, pues se harán más cálidas y sufrirán inundaciones como resultado de precipitaciones intensas.
Las acciones humanas
Están determinando el curso del clima, como ha indicado el IPCC.
De hecho, el cambio climático está provocado en más de un 33% por la industria, seguida de la ganadería, la agricultura y la deforestación (25%) y la construcción, el mantenimiento y la calefacción (18%), el transporte (14%) y las restantes energías (9,6%).
El CO2
Procede de la combustión de petróleo, carbón, gas y madera. Es responsable del 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero, que son los que provocan el aumento de las temperaturas.
Los países que más CO2 emiten son China, EEUU, India, Rusia, Japón y Alemania.
El Protóxido de nitrógeno
Otro gas de efecto invernadero que emite un 16%. Dos tercios proceden de las actividades agrícolas y ganaderas industriales (abonos nitrogenados en exceso, estiércol, purines, residuos de cosechas…), de productos químicos como el ácido nítrico y de las emisiones de los coches.
Produce amoníaco procedente en un 94% del sector agrícola-ganadero, que acidifica y emite partículas finas. Calienta 300 veces más que el CO2 y, además de calentar la Tierra, es el enemigo número 1 de la capa de ozono.
Los países más emisores son EEUU, India y Brasil.
Solo los arrozales emiten la misma cantidad de protóxido de nitrógeno que 200 centrales de carbón, porque secarlos e inundarlos de forma intermitente estimula las emisiones. Además, el arroz absorbe el arsénico y, si se abren pozos artesianos poco profundos para la irrigación, puede ser que tomen aguas contaminadas.
El metano
Se debe sobre todo a la ganadería y la extracción y combustión de las energías fósiles. También es muy nocivo para la capa de ozono. Es responsable de un 13% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
La mitad procede del área tropical de América del Sur —a través de la ganadería y la agricultura—, del Sudeste Asiático y de China.
La acción más efectiva sería reducir nuestro desaforado consumo de carne.
Los “gases fluorados”
Otro grupo de gases de efecto invernadero.
Los perfluorocarburos (PFC) pueden permanecer miles de años, aunque su emisión viene descendiendo desde los 1990.
El hexafluoruro de azufre (SF) puede permanecer hasta 3.2oo años en el aire.
A pesar de que “solo” son responsables de un 2% del total de las emisiones, su poder de calentamiento es enorme.
Fueron creados para equipos de refrigeración (neveras, aires acondicionados, camiones frigoríficos…) y espumas aislantes de la construcción. Hay que deshacerse de ellos para evitar la emisión de 100.000 millones de toneladas de equivalentes de CO2.
Otro “flúo” es el clorofluorocarbono (CFC), usado en los aerosoles y actualmente prohibido. Aunque sus efectos habían descendido, China ha aumentado su utilización.
El SF6 es el gas de efecto invernadero más potente de todos. Su efecto es 23.900 veces superior al del CO2. Se utiliza como gas aislante y agente refrigerante en los componentes eléctricos de alta tensión.
El NF3 (trifluoruro de nitrógeno) es 17.000 veces más nocivo que el CO2 y se utiliza en la fabricación de paneles solares de nueva generación, en los televisores de pantalla plana y en las pantallas táctiles, es decir, la microelectrónica.
Lo digital emite tantos gases de efecto invernadero como la aviación. Cuidado, pues, con ordenadores y smartphones. Desgraciadamente, lo digital no deja de crecer, y el NF3, también (un 11% anual).
¿En qué consiste esa inversión de futuro?
En reducir la ganadería y la agricultura intensivas y el uso de aparatos que empleen “fluorados” (neveras, aires acondicionados, camiones frigoríficos, espumas para la construcción, gas aislante para la alta tensión, paneles solares de nueva generación, televisores de pantalla plana, pantallas táctiles…).
Nos haríamos un bien a nosotros mismos, a nuestros hijos y a nuestros nietos… ¿Qué mejor inversión de futuro?
Pepa Úbeda
octubre 29th, 2022 at 6:17 am
Da vértigo de observar la nociva que es la intromisión humana para nuestra planeta. ?Será el decrecimiento posible en este sistema de consumo creciente de microelectr’onica ? Se necesita una difusión mucho más amplia de estos datos tan alarmantes. Gracias Pepa por tu contribución a la lucha contra la explotación salvaje de los recursos de nuestra tierra.