La laicidad
En estos días coinciden casualmente en este país dos eventos religiosos importantes: la Semana Santa y el Ramadán, el mes de ayuno, reflexión y devoción que celebran los musulmanes. Es una casualidad que coincidan los dos festejos, ello se debe a que el ramadán se celebra durante el noveno mes del calendario lunar musulmán, lo cual hace que las fechas se vayan desplazando con respecto a nuestro calendario. Este año ha empezado el 22 de marzo y durará hasta el 21 de abril.
Cada vez tenemos más musulmanes entre nosotros, no solo magrebíes, también árabes, pakistaníes, magrebíes, etc, En general se trata de personas venidas de sus países originarios, unos llevan muchos años aquí y otros llegaron recientemente. Aunque el pueblo español suele ser muy buen acogedor y poco racista no se puede decir lo mismo de nuestras instituciones, todavía tocadas del rancio olor a fascista que nos dejaron aquellos cuarenta años de franquismo.
Esto se ve claramente en estas fechas. Transcurridas apenas dos semanas de ramadán sin que nadie que no sea musulmán se entere, los cristianos empiezan ahora a meter ruido, mucho ruido con su semana santa. Yo, como individuo perteneciente a esa misma cultura cristiana lo sé y lo entiendo, pero no lo comprendo, me ocurre lo mismo con esto que cuando veo en una acera una mierda de perro. Perdonen la comparación: en ambos casos se trata de gentes que no se enteran o no quieren enterarse de que las cosas evolucionan, que el mundo ya no es el de antes, que hay que cambiar, en unos casos por higiene, en otros por respeto…
Los musulmanes que viven aquí lo entienden, el pertenecer a una minoría, muchos de ellos recién llegados, les obliga a pensar y reconocer que tienen que respetar. Por eso no se les oye ni cantan el adhan llamando al rezo cinco veces al día mientras tienen que soportar, al igual que el resto de los españoles, las insufribles campanas de los que aún no han aprendido a respetar. Lo cual no es lo mismo en los países en que los musulmanes son mayoría. En ningún lugar del mundo las religiones saben respetar: va en contra de su ADN. Es lo bueno que tiene la multiculturalidad y el mestizaje: entre otras cosas te enseña a respetar.
Pero lo que te enseña a respetar de verdad y sin presiones es el laicismo.
¿Qué es el laicismo? ¿qué pretende? El laicismo es la pretensión de un orden político al servicio de los ciudadanos como tales y no de sus identidades étnicas, nacionales y/o religiosas. Aspira a un régimen social de convivencia donde las instituciones políticas estén legitimadas por la soberanía popular y no por elementos religiosos o convicciones particulares.
En pocas palabras: la separación de las iglesias de los estados.
Miguel Álvarez