La Velada del Año Cuatro
Ha comenzado la campaña electoral para decidir el futuro parlamentario de los próximos cuatro años. En estos 15 días todos los partidos políticos recorrerán el Estado y harán sus propuestas para poder gobernar en la siguiente legislatura. Aunque vivimos en una campaña constante, se supone que son dos semanas claves donde el programa electoral y la audacia para presentarlo debería ser clave, pero más allá de figuras políticas y sus proyectos, estas elecciones (y todas las anteriores) también se deciden en el espectro mediático y bien lo saben los candidatos. Incluso el actual presidente Pedro Sánchez ha comprendido dónde está la principal batalla electoral y por eso lleva dos semanas paseando por todos los lugares a los que no había ido en los cuatro últimos años. Sabe que su imagen pública ha sido construida en esos espacios, para bien y (sobre todo) para mal.
También lo saben los medios, que se ven claves para el futuro de España y no dudan en mostrar su poca parcialidad, invitan a quien creen conveniente, deciden sobre qué temas se va a hablar en campaña y criminalizan a unos y alaban a otros. Además, se suma la pelea por la audiencia y por contentar a los anunciantes y a los partidos afines. Son días decisivos también para ellos y por eso extralimitan su influencia hasta el límite para sentirse ganadores el próximo 23 de julio.
En medio de esta batalla político/mediática se ha generado un pique entre dos presentadores de los programas radiofónicos matinales. Carlos Alsina, presentador de ‘Más de Uno’ de Onda Cero, se sintió interpelado por su homóloga Angels Barcelò, presentadora de ‘Hoy por Hoy’ de la Cadena Ser, la cual le acusaba de «faltar a la verdad». Por ello, Alsina le retó a un debate para «conversar de periodismo y mentiras». Más allá de esta respuesta bravuconada, donde podemos ver a la estrella de Onda Cero sonreír con retintín al interpelar a Barcelò, tal vez no sea una propuesta mala. Ya que van a ser decisivos en las próximas elecciones y llevan siendo clave en la buena o mala imagen de determinados políticos, es positivo que debatan, que enfrenten sus maneras de hacer periodismo, que se demuestren las mentiras de unos y de otros, que enfrenten sus modelos mediáticos y veamos a qué se debe la postura de cada periodista.
Pero no solo ellos dos, que también acuda Carlos Herrera. Incluso Ana Rosa y Susana Griso, por poner el ejemplo de quienes conducen matinales en radio y televisión. Que cuenten por qué se ha blanqueado a la extrema derecha. Por qué esa obsesión el Falcon cuando lo usa Pedro Sánchez y no cuando lo usa el Rey. Qué provocó que Pablo Iglesias e Irene Montero tuvieran a una caterva de fanáticos en la puerta de su casa durante meses. Por qué se cuestiona tan poco el enriquecimiento de Feijóo en los últimos años. O a nivel electoral, por qué se habla más de ETA que de economía. Por qué se habla más de ocupación que de desahucios o de alquileres abusivos, cuando esos son los problemas reales de la vivienda. Que nos cuenten a qué se debe su postura.
Ya basta de que utilicen el escudo del periodismo y de la comunicación unidireccional para sentir que sientan cátedra y que nadie puede discutir la información que dan. Que miren a los ojos a la gente y le digan si realmente les importa un carajo lo que les pase, que solo quieren su cuota de poder e influencia. Qué mierda le vamos a importar a Carlos Herrera que le parece mal que se suba el SMI mientras defrauda impuestos. Cómo no va a ir Ana Rosa contra cualquier propuesta de ley de vivienda mientras tiene negocios inmobiliarios. Que se defiendan todos los medios que tienen anunciantes a empresas de seguridad y por ello necesitan hablar de ocupación y se les da voz a filonazis como Desokupa. Que salgan, que debatan, que se quiten la careta y que respondan.
Se dice que el periodismo lleva en crisis desde hace años. Pero habría que preguntarse si es por la crisis del papel, por la creación de nuevos medios o si, por el contrario, los medios más tradicionales son los que han decidido dinamitar todo por no perder su cuota de poder y su publicidad institucional. Si no ha sido contraproducente hacer millonarios a periodistas que hoy responden más a sus intereses que al interés del espectador y del oyente. Tal vez siempre haya sido así, ya decía Correa, el expresidente ecuatoriano, que «desde que se inventó la imprenta, la libertad de prensa es la voluntad del dueño de la imprenta». Pero si hemos aceptado que son una parte indispensable para los cambios políticos que rindan también cuentas ante el votante.
Un debate, que enfrente posturas, que hablen de su forma de hacer periodismo, que le vean las caras no solo sus fieles. Tal vez sin un guion y un público objetivo no se sientan tan intocables y tan por encima de todo. Esto sí sería la velada del año.
Toni Mejías
Publicado en Público