El auge (y el valor) de la segunda mano
El mercado de la segunda mano está viviendo su mejor momento con la compraventa de elementos tan distintos como los libros, la ropa o la vivienda, que trae ventajas tanto económicas como medioambientales.
El mercado de la segunda mano está en auge. Desde hace algunos años, especialmente a partir de la pandemia de covid-19, la compraventa de objetos (y más) que han sido usados con anterioridad se ha desprendido de los prejuicios que la rodeaban, y hoy en día comprar una vivienda, un coche o un libro de segunda mano es tan normal como comprarlo de primera mano. Además de sostenible, pues ayuda a reducir el consumo y por tanto la producción compulsiva, darle una segunda vida a las cosas que nos rodea es mejor para nuestro bolsillo.
Uno de los sectores en los que la segunda mano ya está totalmente asentada es el del libro. Hoy contamos con establecimientos de todo tipo donde poder darle una segunda vida a los libros en vez de dejarlos cogiendo polvo en las estanterías: desde las míticas librerías de viejo llenas de volúmenes descatalogados o los puestos del Rastro hasta iniciativas como El club de los raros o franquicias como Re-Read, en las que los clásicos se mezclan con las novedades bajo el lema Reduce&Reuse&Reread (reduce, reutiliza y relee). Además del ahorro económico para el consumidor y de la reducción del impacto medioambiental (la industria editorial produce unas 79.000 toneladas de CO2), estas librerías son auténticas cuevas del tesoro en las que perderse y encontrar libros con historia, en todos los sentidos de la palabra.
La industria de la moda es una de las más contaminantes del mundo: según los datos de la ONU, el mercado textil produce entre el 8% y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero de todo el planeta. La creciente consciencia de los consumidores con respecto a esta realidad hace que cada vez estén menos interesados en la fast fashion y que busquen alternativas como la moda sostenible o la ropa de segunda mano.
Existen tiendas con diferentes enfoques que responden a las diversas necesidades del consumidor, siempre con la reducción del consumo y la reutilización en el punto de mira: desde establecimientos vintage en los que la firma y el diseño cobran importancia hasta tiendas de ropa vendida al peso y otras iniciativas que, además de al medio ambiente, ayudan a la sociedad. Es el caso de Koopera, una cadena de tiendas dependiente de Cáritas donde se da una segunda vida a las prendas a la vez que se prioriza la inclusión laboral de colectivos desfavorecidos. Las plataformas de reventa online como Vinted también tienen un papel destacado en el mercado de la ropa de segunda mano: gracias a sus decenas de miles de clientes, otras tantas prendas reciben una segunda oportunidad y se evita que acaben en la basura. Se calcula que, por cada prenda comprada o vendida en esta plataforma, se ahorra 1,8 kg de CO2e con respecto a si se comprara nueva. Además, la ropa de segunda mano cuenta con una cualidad extra: cada prenda es única, por lo que vestir de segunda mano es garantía de un estilo propio.
Otro de los sectores en los que la segunda mano tiene más tradición es el de la vivienda, donde, según un informe de la Universidad Pompeu Fabra, la compraventa de inmuebles llegó a superar las 700.00 unidades entre 2021 y 2022, con precios más competitivos que los que ofrece la vivienda de obra nueva o de primera mano. Lo mismo sucede con la movilidad: los coches de segunda mano son una buena opción para quien no quiera o pueda gastarse una gran cantidad de dinero en moverse. Según un informe de Milanuncios, uno de los portales de compraventa de segunda mano más utilizados en España, en 2020 se colgaron hasta 993.000 anuncios de compraventa de vehículos de segunda mano (coches, furgonetas, camiones…). El 50% de estos anuncios correspondía a la venta de turismos: además del ahorro para el comprador, por cada coche comprado de segunda mano se ahorraron 2.805 kilos de CO2, 193 de plástico, 1.319 de acero y 128 de aluminio.
Los ejemplos no se acaban ahí: los smartphones y otros productos tecnológicos pueden tener una vida útil más larga de la que le solemos dar gracias a los procesos de reacondicionamiento que se realizan en tiendas como CeX; el concepto de «segunda mano» se ha colado también en el mercado del lujo y, aunque no es de carácter «mercantil», la segunda vida otorgada a algunos espacios urbanos ha cambiado por completo el paisaje de determinadas zonas o barrios. Es el caso del Matadero de Madrid, la Fábrica de Armas de Oviedo o el aeropuerto de Longhua, en China, convertido en parque público.
Está claro que la segunda mano ha llegado para quedarse. Ya no nos rasgamos las vestiduras por comprar objetos usados por otras personas, y disfrutamos sin prejuicios de las ventajas económicas y ambientales que nos ofrece esta forma de consumir que se está convirtiendo en una auténtica cultura.
Dalia Alonso
Publicado en Ethic