Las mujeres han sido excluidas de la vida pública y privada, y se las ha prohibido estudiar a partir de los 12 años, así como realizar cualquier trabajo fuera del hogar. Esta situación ha provocado que la ONU haya denunciado que la persecución de las mujeres y las niñas en Afganistán podría constituir un “apartheid de género”.
La inseguridad alimentaria generalizada, la inflación disparada y la gran inestabilidad económica se han visto agravadas por la interrupción de las ayudas internacionales, las sanciones y las sequías e inundaciones cada vez más fuertes y frecuentes. En 2023, cerca de 29 millones de personas afganas necesitaban ayuda humanitaria, de las cuales casi la mitad eran niños y niñas. Sin embargo, el suministro de la ayuda humanitaria cada vez está más en riesgo por los obstáculos al trabajo de las mujeres afganas.
La mayor población refugiada del mundo
Las personas refugiadas afganas representan una de cada seis de las que se encuentran bajo el mandato de ACNUR, lo que convierte a este país en el primero del mundo en cifras de desplazamiento forzoso: 6,4 millones refugiadas en 108 países, un incremento del 13% respecto al año anterior.
El 90% se encuentra en Irán y Pakistán, mientras que el resto están refugiadas en otros países vecinos como Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán. Alemania es el único país que no comparte frontera con Afganistán que tiene una alta tasa de personas afganas: más de 250 000 a finales de 2023. Aunque la cifra real de personas afganas con necesidades de protección internacional es mucho mayor, ya que muchas carecen de estatus legal al no estar registradas.
Además, más de tres millones de personas afganas se encuentran actualmente desplazadas internamente por la violencia y el conflicto, a las que habría que sumar las cerca de 1,5 millones que a finales de año habían tenido que abandonar sus hogares por el cambio climático y la degradación medioambiental, según el IDMC, principalmente debido a sequías e inundaciones como las que sufrió la ciudad de Baghlan hace escasos meses. Fenómenos que sitúan al país asiático entre los más vulnerables del mundo al cambio climático y el menos preparado para adaptarse, según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA).
Cierre de fronteras
Los países vecinos mantienen cerradas sus fronteras. Preocupa mucho la situación de las personas refugiadas y solicitantes de asilo en Pakistán, quienes se encuentran frecuentemente indocumentadas y son objeto de violencia, detenciones arbitrarias y deportaciones masivas.
En gran parte, esta situación se debe al incumplimiento de las promesas y compromisos de la comunidad internacional para aliviar la presión sobre los principales países de acogida, a pesar de lo establecido en el Pacto Mundial sobre los Refugiados, junto a la incapacidad de proporcionar soluciones duraderas. Retornos forzosos que se han registrado también en la frontera entre Turquía e Irán a través de vuelos especiales.
Respuesta escasa de la Unión Europea
La situación en los países limítrofes obliga a muchas personas a poner en riesgo su vida en búsqueda de protección en la Unión Europea y, sin embargo, aquí también se encuentran a menudo con violencia y amenazas de devoluciones o expulsiones.
En 2023 Afganistán fue por quinto año consecutivo la segunda nacionalidad de solicitantes de asilo en la UE: 119 555. Sin embargo, la tasa media de reconocimiento de protección para las personas afganas en la UE se sitúa en un 55%, según Eurostat.
Por este motivo, las organizaciones de derechos humanos como CEAR reclaman urgentemente que se habiliten vías legales y seguras hacia Europa, como las evacuaciones, los visados humanitarios, solicitudes de asilo por vía diplomática, procesos ágiles de extensión o reagrupación familiar, la creación de corredores humanitarios o a través de compromisos de reasentamiento desde terceros países. Tan solo 968 personas afganas fueron reasentadas en 2023, apenas el 0,19% del casi medio millón de personas afganas que necesitan ser reasentadas.
Situación en España de personas afganas
En 2023, 1120 personas afganas solicitaron asilo en España. Se trata de una de las nacionalidades con más concesiones favorables de protección internacional, aunque la tasa de reconocimiento está descendiendo paulatinamente: de 98,7% en 2022 pasó al 87,3% en 2023, y en lo que llevamos de año se sitúa en el 66,2%, más de 20 puntos por debajo que el año anterior, a pesar de que la situación en Afganistán y países limítrofes no ha hecho más que empeorar.
Desde la vuelta al poder de los talibanes el 15 de agosto de 2021, CEAR ha atendido a más de 1100 personas afganas. Muchas son familias extensas, pero también hay personas solas con familiares en origen. Persisten importantes retos para los procesos de acogida e inclusión, como el acceso a la vivienda o a un empleo.
Zabiullah Haidary es especialista en medicina interna, tenía su propia clínica privada y una vida próspera en Afganistán hasta que los talibanes ocuparon el poder. Ahora vive en Zarautz y espera ansioso la homologación de sus títulos con el apoyo de CEAR en Euskadi para “en un futuro poder trabajar en un hospital y ayudar a la gente que lo necesita”. Mientras tanto, ejerce su profesión como voluntario en Cruz Roja, entidad a la que ya estaba vinculado en su país de origen.
Las mujeres, al ser las principales cuidadoras de las niñas, niños y adultos dependientes, han encontrado mayores dificultades para seguir un itinerario de preparación para la autonomía. Además, las frecuentes situaciones de violencia de género y de analfabetismo entre las mujeres complican enormemente su acceso al empleo. Sin embargo, todas ellas coinciden en que huyeron de su país en busca de libertad y un futuro para sus hijas. “Los talibanes piensan que las mujeres solo sirven para casarse y quedarse en casa, no tienen capacidad para hacer nada”, explica Marwa. Esta arquitecta de 27 años, compatibilizaba su trabajo en una empresa con talleres dirigidos a mujeres en Afganistán. Ahora reside en Sevilla y, con el apoyo de CEAR Andalucía, busca un máster para continuar su formación profesional.
Otro obstáculo fundamental es la dificultad para lograr la reagrupación familiar, debido a grandes retrasos en el registro y tramitación de las solicitudes, como los que sufre Asghart, un hombre que trabajaba para el gobierno en Afganistán y anteriormente había trabajado como intérprete para las fuerzas de seguridad españolas. Gracias a sus contactos de aquella época, consiguió ingresar en el último momento en uno de los vuelos de evacuación junto a su familia. Ahora trata de reconstruir su vida en Bilbao, pero sus hermanos siguen atrapados en Teherán (Irán). Pese a solicitar la reagrupación familiar, su solicitud se ha desestimado sin explicación.
Cómo garantizar refugio a las personas afganas
Desde CEAR seguimos reclamando a los países de la UE una acción conjunta para activar corredores humanitarios desde Afganistán u otros países que permitan la salida ordenada y segura a las personas cuyas vidas corren grave peligro. Para ello es preciso otorgar visados a estas personas con la mayor celeridad posible. Asimismo, urge adoptar mayores compromisos en materia de reasentamiento a nivel europeo y cumplir con el principio de responsabilidad compartida internacional, ya que los países limítrofes a Afganistán acogen a más personas de las que pueden y recurren a políticas de control y cierre de fronteras, lo que deja sin salidas al pueblo afgano. Además, los países europeos deben dejar de imponer el visado de tránsito a las personas afganas, un requisito que obstaculiza otra de las vías seguras que tendrían para poder acceder al procedimiento de protección internacional a través de aeropuertos dentro del espacio Schengen.
Por último, pide esfuerzos al Gobierno español para que habilite la posibilidad de formalizar solicitudes de asilo desde consulados y embajadas desde terceros países como Pakistán para su posterior traslado a España, tal y como recoge el artículo 38 de la Ley de Asilo; las reagrupaciones y extensiones familiares; y la protección por motivos de género. No olvidemos que millones de personas afganas siguen necesitando refugio para poder vivir en paz y libertad.
Publicado por CEAR