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Aún no está suficientemente Maduro

Soy consciente de no ser una persona muy formada ni tampoco bien informada, lo primero por tener pocos estudios y lo segundo porque cuando, hace ya muchos años, me apercibí de que no tenía necesidad de pagar por las mentiras, de que el Sistema tiene muchas maneras de hacérmelas llegar, dejé de comprar prensa y escuchar sistemáticamente informativos. Esto me ha hecho mucho bien porque me siento con la cabeza mucho menos podrida que antes, pero con lagunas en IMN (información mínima necesaria) Es por ello que hoy me siento sorprendido al conocer que mi país reconoce a un tal Edmundo González como nuevo presidente de Venezuela, desconociendo cuándo fue que habían destituido a ese tal Guaidó.

Bromas aparte, de lo que quiero hoy hablar es de que, los poderosos, aun siendo muy conscientes de que los pueblos no somos imbéciles (aunque haberlos haylos) nos tratan como si lo fuésemos y, esto, es porque aunque no les aporte credibilidad, les concede muchas ventajas: las que se derivan de tener a los (sus) pueblos en la ignorancia máxima posible y por tanto absoluta falta de criterio.

Es por ello que Maduro se proclama nada convincente vencedor en unos comicios sin presentar unas actas que lo corroboren y, también, que sus opositores hagan lo mismo presentando unas actas que parecen haberse demostrado falsas. Ellos, todos, de nuevo con su manejo de la desinformación, nos obligan a los pueblos a tener que deducir cada cual su posible verdad. En mi humilde opinión creo que es, casi seguro, que la votación debió de estar muy igualada, pero con un escaso margen a favor de la oposición. Esto en un país democrático debería ser suficiente para que se diese vencedor a González, pero ¿Venezuela es un país democrático? ¿Deberíamos los opinantes de buena fe apoyar, por principios, la victoria del tal González?

Decía mi admirado Pablo Freire “Jamás aceptaré que la práctica educativa deba limitarse solo a la lectura de la palabra, a la lectura del texto, sino que debería incluir la lectura del contexto, la lectura del mundo”.

El contexto me dice (cada cual que piense lo que quiera) que las elecciones en Venezuela (y no solo en este país) ni son, ni de momento pueden llegar ser democráticas. Unas elecciones, para que sean limpias, no pueden estar condicionadas externamente por un cerco económico, político y militar por el país más poderoso del mundo y sus compinches. No se puede decir que un país está mal gestionado económicamente cuando se le han confiscado “por la gracia del dios yanqui” sus cuentas en casi todos los bancos del mundo; a un partido que gobernaba con una amplia mayoría no se le puede criticar que “pierda los modales” cuando en 2002 hubo de soportar un golpe de estado cocido en la Embajada de la democrática España del Sr. Aznar, ocasión en la que el Presidente Chávez estuvo algunas horas con un cañón de pistola en su nuca.  A ningún gobierno se le puede reprochar que la población pase escaseces cuando se la tiene bloqueada por tierra mar y aire y, además, padece de todo tipo de sabotajes y… sobre todo porque a pesar de todo ello, según datos del Banco Mundial y del FMI, Venezuela es el país que más crece y uno de los más saneados económicamente de Hispanoamérica.

No tiene nada de raro que un pueblo que, al menos en 2010, en el momento en que yo lo visité por última vez, tenía casi toda la prensa y la inmensa mayoría de televisiones divididas entre las que eran de derechas y las de ultraderecha, un pueblo que lleva más de dos décadas sufriendo las consecuencias de un acoso sistemático interno y externo a su gobierno piense que “algo tiene que cambiar” (lo mismo me dijo un buen amigo cuando obsevé que votaba a Alvise) Para colmo de todos los colmos, sabido es y publicado está, que el excelente y probado sistema electrónico de validación de la votación sufrió en su momento, en el día D y las horas H, MILLONES de ataques cibernéticos , casualmente dirigidos desde EEUU.

No. Esas elecciones (por su contexto) no han sido democráticas ni jamás pudieron serlo. Para mí, Maduro no debería haber mentido ni proclamarse vencedor, sencillamente debió haber declarado nulas dichas elecciones (motivos tenía de sobra) y constituirse en gobierno provisional permanente hasta que se diesen condiciones y garantías suficientes para realizar elecciones verdaderamente democráticas en ese país.

Lo que está meridianamente claro es que los países “verdaderamente democráticos” como EEUU, Israel, los europeos (por supuesto España entre ellos) están por vendimiarse a Maduro y el chavismo, pero hoy por hoy, parece que ese fruto lo tienen bastante verde.

Y por último un futurible: ¿Cómo reaccionará nuestro democrático gobierno español cuando la Embajada norteamericana les dé la orden de proclamar presidenta de Venezuela a la democrática Corina Machado? ¿Chi lo sa?

Miguel Álvarez

 

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