Árboles de redención
Hasta hace poco, el Parque Central sólo era un asunto de técnicos, algunos muy sabios y capaces de elaborar una alternativa de conjunto al PAI del Parque Central que fue aprobado en el 2003. Fue esa época, que parece el siglo pasado, en la que andábamos ebrios de ladrillo y plusvalía (ninguna droga de dos componentes causó más estragos) lo que hace que contenga tantas alucinaciones como veinte pelis de Simbad el Marino y más pretensiones que el ajuar de una folclórica. Ahora hablan del Parque Central en los periódicos y en las asociaciones de vecinos y la pregunta no es por qué ahora, sino por qué no antes. Pues porque con el Cabanyal, el Botànic y todo eso, andábamos sobrados de tareas, no se puede salvar todo, Gotham es mucho Gotham.
Lo que sí ha ocurrido es que el detonante de la resistencia, aún sorda como la marea viva, ha sido un puñado de plátanos de la calle Bailén destinados en los planes al sacrificio prematuro. Nadie debería cortar un árbol más viejo que él mismo. Este principio no viene en ningún libro, consulten a su conciencia. La redención o a liberación se produjeron en/bajo un árbol y desde entonces, todas las religiones, incluido el ateísmo militante, están sedientas de su lado chamánico, animista: no casualmente el ecologismo político empezó en Alemania que es donde luteranismo y demás familia llegaron más lejos en los signos abstractos y descarnados.
Así pues, lean a Vicente Torres, Fernando Gaja, Joan Olmos y demás expertos y sabrán que se pueden hacer otras cosas más baratas y racionales y menos molestas, que es un vicio muy feo compararse con nadie (te volverás vanidoso o amargo) y que si el alcalde Joan Ribó está atado por compromisos anteriores firmados por la manirrota difunta Rita Barberá, cuya capacidad para los regalos principescos era conocida hasta en los foros judiciales, si le pasa eso, que lo destape, lo cuente y empiece a negociar. Lo hizo Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, donde, por cierto, la estación de Chamartín no está en el centro. ¿Con cuantos árboles nos conformaríamos? Con todos los que quepan.
Emili Piera
Artículo publicado en Levante.emv