El Ayuntamiento de València acerca posturas en torno al PAI del Grao: dos acuerdos y una disensión
En la mañana de este lunes, dentro de las citas de coordinación de Gobierno que mantiene regularmente el Ayuntamiento de València, los portavoces de los tres partidos que conforman el Govern de la Nau (Pere Fuset por Compromís, Sandra Gómez por el PSPV y María Oliver por València En Comú) y el alcalde Joan Ribó trataron de manera singular el PAI del Grao.
Ya durante los días precedentes el concejal de Desarrollo Urbano, Vicent Sarrià, se había ido reuniendo con sus socios de gobierno uno a uno. El objetivo de este tratamiento específico es clarificar el futuro de una actuación urbanística que está causando quebraderos de cabeza en el Govern de la Nau. Las aguas parecen bajar menos revueltas que a mediados de agosto. El alcalde mismo ya avanzó la semana pasada que la polémica y las disensiones se iban a quedar en una serpiente de verano. Y, por lo que adelantaban desde el consistorio, parece que se empieza a vislumbrar ese consenso que vaticinó Ribó.
Así, fuentes municipales apuntaban horas después de la reunión que el encuentro del alcalde y los portavoces de los grupos de gobierno había concluido con aparentemente tres acuerdos. En primer lugar, garantizar un ancho del antiguo cauce similar al resto del Jardín del Túria, llegando a unos 135 metros, hasta el puente de las Atarazanas. Gráficamente, explicaron, sería un ancho similar al que tiene el antiguo cauce a la altura del museo de Bellas Artes.
Soterrar las vías, sí o sí
En segundo lugar, mantener el compromiso de soterramiento de las vías férreas. Es más, ir más lejos y pedir que este mismo año se licite la redacción del proyecto de ejecución de la solución media, que consiste en soterrar las vías desde antes del río hasta el puente del tranvía (avenida Primo Yúfera). Para ello el Govern de la Nau quiere aprovechar la presencia del nuevo gobierno en La Moncloa y se solicitará una reunión al Ministerio de Fomento que sirva para alentar la redacción del proyecto de ejecución. Y por último, consultar a la Guardia Civil y a la conselleria d’Agricultura sobre los edificios que tienen en la zona afectada por el PAI.
Con todo, como suele suceder en los últimos meses, hay matizaciones. Así, desde el grupo municipal de València en Comú, tras conocer en detalle el proyecto remitieron un comunicado en el que se desmarcaban de la solución para el soterramiento y explicaban que habían planteado a sus socios de gobierno un plan alternativo para hacer efectivo el soterramiento de las vías en un período de 10 años. En este sentido consideran que es «viable y deseable» planificar el soterramiento definitivo en un horizonte de una década.
Desde la formación morada recordaron que el plan de viabilidad realizado por ADIF presupuesta en 78.217.855,41 euros el proyecto de enterrar las vías del Grao hasta el barrio de Moreras. También que se dispone de las aportaciones realizadas por los PAI’s de la avenida de Francia, de Ciudad de las Ciencias y de Moreres 1 y 2, que rondarían en torno a los siete millones de euros, más la futura aportación del PAI del Grao. Según València en Comú, con su propuesta «el ayuntamiento [de València] solo tendría que invertir un 0,75% del presupuesto anual».
En contra de la pasarela provisional
La portavoz Municipal de VeC, María Oliver, aludió en este comunicado a que la ciudad está en “deuda» con «Nazaret, Moreras y gran parte del frente marítimo». Para ella, «invertir cerca de cinco millones en una pasarela provisional para solucionar el problema de las vías condenaría a Nazaret y a Moreras a seguir aislados 50 años más”. Igualmente criticó que desde el Govern de la Nau no se pueden escudar «en que Adif no quiere o el Estado no quiere». «Tenemos recursos suficientes para iniciar el proyecto y hacerlo poco a poco mientras tocamos a todas las puertas posibles para que colaboren en la financiación», agregó. Desde este grupo municipal recalcaron por su parte que «éste es el tipo de grandes proyectos que necesita València» y no la F1 o la Copa América.
Igualmente, la portavoz de València en Comú expresó también su duda respecto a las zonas verdes señaladas en el PAI: “En el proyecto también se pueden observar potenciales problemáticas en torno a la creación de zonas verdes aisladas», aseguraba. «La historia del urbanismo ha mostrado que suelen convertirse en focos de conflictividad. El territorio tiene que estar integrado y para ello debe estar conectado”, apostilló.
Carlos Aimeur
Artículo publicado en Valencia Plaza