El Ayuntamiento de Valencia envía los primeros recibos a la Iglesia para que pague impuestos
El Ayuntamiento de Valencia ya ha puesto en marcha la maquinaria para empezar cobrar los impuestos municipales a las propiedades de organizaciones religiosasdonde se desarrollen actividades económicas. Aunque la intención del consistorio es recaudar también el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y el Impuesto de Actividades Económicas (IAE), de momento el concejal de Hacienda, el socialistaRamón Vilar, ha comenzado a girar exclusivamente los recibos del Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras (Icio), un tributo que se paga por la realización de obras. Así lo ha confirmado a Europa Press el propio edil, quien ha asegurado que el consistorio «ya ha lanzado recibos del Icio a algunas entidades que están acogidas a la Ley de Mecenazgo».
La maniobra del ayuntamiento se respalda en la reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Baleares que reconoció el cobro de impuestos municipales a una pastelería que era propiedad del Arzobispado. En atención a esta resolución, el consistorio ha decidido iniciar todo el proceso para cobrar los impuestos que gravan propiedades de organizaciones religiosas donde se desarrollan actividades económicas.
«Lo he explicado ya y siempre me contestan lo mismo, que la Iglesia -Católica- hace mucho bien social. No estoy en ese debate. Esos centros no van a pagar. Pagarán los que están funcionando como empresas, con fines lucrativos», subrayó. En este sentido, incidió en que se mantendrán exentos de pago los inmuebles destinados «a la asistencia social o a la celebración de culto» sean de la confesión que sean. Eso sí, tendrán que tributar otros bienes como hospitales, universidades y centros educativos de carácter privado y gestionados por entidades de ese tipo, según apuntó Vilar.
Pese a que ya se han girado los primeros recibos del Icio, el consistorio está tratando de cuantificar el importe total de la recaudación. En principio, según las primeras estimaciones, el Ayuntamiento podría ingresar entre dos y tres millones de euros, una cantidad sustanciosa para las arcas municipales, todavía renqueantes como consecuencia de la crisis. «Para la ciudad, cerca de dos millones son importantes, no son despreciables. Pero más allá de la cantidad, lo significativo es cumplir con la equidad fiscal», ha planteado el concejal, quien ha reiterado que cobrar dichos impuestos a actividades dependientes de entidades religiosas que funcionen como negocios y no como espacios de culto «no se plantea como un enfrentamiento contra nadie» sino que responde al objetivo de que haya «igualdad de condiciones para operar en el mercado».
«No es ir contra nadie. La fiscalidad debe ser equitativa», insistió Vilar, para quien la medida no sólo afectará a la Iglesia católica sino a todas las organizaciones de otro tipo que se acogen a la llamada Ley de Mecenazgo pese a que desarrollan una actividad económica.
«El respeto a la libre competencia es uno de los pilares básicos de la Unión Europea. Me llama la atención que a algunos que se definen como liberales en lo económico les pueda más la parte confesional de su posicionamiento político y no apoyan este tipo de cosas», manifestó.
En principio, el consistorio tiene previsto terminar la cuantificación de los impuestos que podrá cobrar en unos meses. Además, trabaja con la hipótesis de que se podrá recaudar los últimos cuatro años fruto de la retroactividad. Vilar afirmó que están en el proceso de cuantificar cuántos inmuebles estarían en disposición de pagar y qué cantidad se podría cobrar. Para ello, el consistorio se está fijando en los datos del Padrón.
Cristobal Toledo
Artículo publicado en El Mundo