Carta a Sánchez
Estimado Sánchez: Tengo tanto que decirte y tan poco espacio para ello que, dejándome de protocolos, entraré enseguida en alguna de las muchas cuestiones que tengo pendientes contigo.
Dicen algunos que tu PSOE ya no puede caer más bajo: ¡Al contrario! –pienso yo- ¡Ahora tendrás más dioses de tu parte que nunca!
No se trata de una afirmación gratuita, la avalan los datos. Mientras los ateos y los partidarios de la laicidad lamentamos que nuestro dinero se lo repartan las distintas iglesias, tú, aprovechando que el Ebro pasa por Zaragoza, cooperas de nuevo con la Iglesia Católica para que, como siempre, se siga llevando la parte del león, ganándote de nuevo otro saco de indulgencias plenarias.
Para ello, el pasado miércoles, día 31, ¡de nuevo con la complicidad del PP y el PdCat! y con el voto en contra de Podemos, aprobaste una enmienda transaccional en la nueva Ley de Mecenazgo que falsamente dices que equipara el tratamiento fiscal de las diferentes confesiones religiosas. En total, si en España constan en el Registro de comunidades religiosas nada menos que 19.817, y ya gozaban del régimen de mecenazgo 19.356 (no olvido que el Mecenas eres tú y el bolsillo es el mío) en vez de suprimir o, al menos, recortar privilegios, les has concedido los mismos privilegios a 243 comunidades más. Solo se te han quedado fuera 218 (un 1,1%) entre ellas el hinduismo, la religión más antigua del mundo. No dudes de que, más pronto que tarde, ¡pobrecitos! tendrás que sumarlas también a los Presupuestos del Estado. ¡Total, para los que faltan…!
Pedro, Pedrito, Pedro… permíteme una pregunta, de ciudadano a Presidente:
– ¿No te da vergüenza seguir manteniendo a tantos mantenidos?
Tu sabes perfectamente que tus exenciones fiscales a las distintas iglesias rayan lo ilegal en un país cuya Constitución lo declara laico. Tampoco haces nada para recuperar alguna parte de esas inmatriculaciones vergonzantes que la Iglesia Católica se viene chupando a costa del propio Estado. ¿O es que todavía no te has enterado de que –por poner un ejemplo de cara dura- que los obispos se han adueñado de la Mezquita de Córdoba, que nos cobran a los ciudadanos por dejarnos entrar y que, además, para más INRI, se niegan a pagar el IVA de las entradas ni dar cuentas a Hacienda?
No se puede confundir el respeto debido a las creencias -respeto que casi todo el mundo compartimos- con el miedo o la complicidad con el clero. ¿Cuál es tu caso? Creo adivinarlo, pero no aventuraré mi sospecha. Pero, sea lo que sea, te diré que eso ni te autoriza ni te redime de ser cómplice declarado, y/o mirar para Cuenca cuando los de la sotana consuman y repiten, y repiten, y repiten, y repiten, sus habituales atracos.
Miguel Álvarez