Carta abierta a Inés Arrimadas
Hace falta tener muy poca vergüenza para que hables de libertad y de derechos, Inés. Más bien ninguna.
Inés, Inesita, Inés, tú sabes, mejor que nadie que cuando la Organización del Orgullo solicitó a los partidos quién se iba a adherir, vosotros os distéis mus. Ni sí, ni no. Es el juego al que jugáis siempre, buscar una equidistancia, que, al final es no querer comprometerse a nada, por eso queréis cosas tan dispares como estar en la plaza de Colón junto con el PP corrupto y el Vox que odia lo diferente, que defiende ideas decimonónicas y que la democracia le importa una puñetera higa, y luego os queréis presentar en la fiesta del Orgullo como los defensores de los valores de progreso, de igualdad y de libertad. Queréis estar en las dos trincheras, y eso no se puede, Inés: o se está en un lado o se está en el otro. Y vosotros os habéis posicionado ya en el lado en el que estáis. No engañáis sino al que quiere dejarse engañar.
¿Cuándo hablas de libertad, Inés, se te ha ocurrido pensar en que esos socios que os habéis echado defienden la banderola del aguilucho? ¿Os habéis parado a pensar que los miembros del Partido Liberal Europeo os han dicho que con la ultraderecha, no, que si no os echan? ¿Os habéis parado a pensar que Macron ha llamado mentiroso a vuestro líder, así, en público, ante el mundo mundial?
La gente del Orgullo, los que defienden la democracia, los valores de igualdad, los derechos a que cada uno sea como le dé la gana ser no os han dejado participar, no porque no crean en la libertad, Inés, que no te enteras, sino porque les resulta repelente la hipocresía. Porque no puedes, Inés, dejar pasar a tu casa al que va a apuñalarte. Porque, Inés, sois vosotros los que os habéis coaligado con el fascismo. En definitiva, sois vosotros los fascistas, así que haz el puñetero favor de no invertir la realidad de los hechos y no quieras convertirte en víctima, cuando eres verdugo. Vosotros, junto con vuestros amiguetes de Vox, os queréis cargar, no sólo la fiesta del Orgullo, que incluso eso sería lo de menos, queréis aniquilar el derecho a que cada uno sea lo que le dé la real gana ser, queréis volver a tratar la homosexualidad, la bisexualidad y la transexualidad en algo enfermizo y quien sabe si con el tiempo, otra vez delictivo.
Inés, hazme un favor, cuando hables de fascismo, mejor te miras al espejo.
Víctor Chamizo
Artículo publicado en Rompamoslosgrilletes