Chanel Miller
Chanel Miller es norteamericana. Tiene 28 años. Acaba de publicar sus memorias bajo el título “Tengo un nombre”.
Con 22 fue violada por un deportista que se aprovechó de su borrachera. Su historia podría ser la de millones de mujeres que pasaron por esta misma situación. No la de la violación. La de verse manipulada hasta el punto de convertirse de agredida a agresora; de víctima a victimaria; de sujeto de delito; a agente causante del mismo.
Esa situación llevó a Chanel a no usar su nombre. Para protegerse. Para no volverse loca. Por eso ahora lo reivindica. Para contar su historia. Que es la de muchas.
Un 8 de Marzo más, hemos de recordar que hay demasiadas mujeres sin derecho a recibir educación en condiciones de igualdad. O de percibir igual salario a igual trabajo. Mujeres que, por serlo, ven sus decisiones, o su actitud, criticadas o denigradas por simples patrones de género.
Se dirá que exagero. Que eso es propio de sociedades medievales. Pero lo cierto es que Chanel vivió en carne propia las maldades de un sistema judicial que antes de juzgar al acusado, juzgó a la víctima, buscando en ella la causa que justifique el ataque. Porque en el fondo, nadie -ni el propio sistema judicial- acepta pacíficamente que ese chico bueno; ese estudiante brillante, ese héroe universitario, pueda transformase en promotor de las acciones más deleznables. Y como no se entiende, hay que apuntar el dedo acusador contra la víctima. Para que calle; para que sienta que ella fue quien provocó. Ay! Si no se hubiera emborrachado. Ay! Si no hubiera salido con desconocidos. Ay! Si no llevara escotes!
Pensar que tenemos que escuchar esta clase de expresiones. Que hieren tanto. Y que ponen al ser humano en niveles de bajeza que ni mujeres, ni hombres nos merecemos.
Sonia Chirinos Rivera
marzo 9th, 2021 at 9:43 am
Gracias , por darle publicidad, a historias tan denunciables, como la de Chanel,