¿Cómo contaremos en los libros de Historia lo que hoy vive España?
Para darnos cuenta de lo que estamos viviendo, necesitamos detenernos un momento y echar la mirada hacia atrás, hacer un repaso de los acontecimientos más destacados de la última década. Si no es así, parece que aquí no pasa nada, que en este país no cambia nada, y que parece que vivamos en un permanente día de la marmota, repitiendo los mismos argumentos y debates, en busca del “Gobierno perdido”.
¿Nos acordamos de la época de la bonanza y la burbuja inmobiliaria? ¿Nos acordamos cuando el PP gozaba de mayorías absolutas en muchas Comunidades Autónomas, como Baleares, Madrid y Valencia, donde parecían “los reyes del mambo”, haciendo y deshaciendo a su antojo, creando cajas B y comisiones, mientras la ciudadanía los contemplaba embobados?
Aquellos fueron años incomprensibles para los que hacíamos la labor de oposición y denunciábamos sobrecostes, despilfarros, irregularidades contractuales, soberbias, nepotismos, y decisiones arbitrarias. Éramos tratados como locos, antipatriotas, agoreros o demagogos. Mientras el PP aumentaba su cosecha de votos ante el asombro ciudadano y el estupor de muchos de nosotros. Fueron los años de Rita, la alcaldesa de España, un todoterreno imparable.
Una época que Josep Ramoneda calificó como “la cultura de la indiferencia”, donde parecía que a la sociedad le daba igual lo que ocurriera mientras no se viera alterado su bienestar, aunque éste fuera ficticio o con pies de barro.
Luego llegó una segunda etapa, acompañando a la crisis económica. La indignación. Fue un despertar social. Las calles se llenaron de protestas, de acampadas, de reflexiones, y, también, de indignación moral. La crisis económica iba acompañada de una crisis moral y también de una crisis política, puesto que la ciudadanía parecía divorciarse de sus representantes, de la clase política en la que no se reconocía. La indignación llevaba impresa una limpieza radical, y un tanto injusta, donde parecía que “el todos son iguales” era la consigna con la que se calificaba a los políticos. Y los que habíamos vivido con desesperación la indiferencia social, vivíamos ahora con emoción la indignación porque eso suponía un despertar social (aunque el rechazo fuera contra todo y contra todos).
Y ahora llega la tercera etapa, donde a la indignación le sucede la información y la justicia. Diez años después, se destapan muchos casos de corrupción, muchas tramas empresariales-políticas, muchas cajas B, sobrecostes, comisiones, y “yonkis del dinero”, que demuestran que muchos de los dioses del PP no eran tales dioses sino unos estafadores.
Nada de lo que le ha ocurrido a este país en esta década es normal. Nada podría ocurrir en algún otro país europeo. Difícilmente puede ser reproducido ni en las mejores novelas de trama negra y espionaje.
¿Acaso es normal que la todopoderosa alcaldesa de España, Rita Barberá, carnet número tres del PP, acabe sentada en el grupo mixto junto a sus principales enemigos políticos?
¿Dónde empieza y acaba la decencia política y personal?
Permitan que al texto acompañe esta fotografía de la época gloriosa de Francisco Camps como presidente de la Generalidad Valenciana, acompañado de los principales cargos del partido.
Empezando por la izquierda están los que han sido todopoderosos en la Comunidad Valenciana bajo la batuta del PP:Carlos Fabra (presidente de la diputación de Castellón), Joaquín Ripoll (presidente de la diputación de Alicante),Alfonso Rus (presidente de la diputación de Valencia), Alberto Fabra (entonces alcalde de Castellón, y ¡¡¡el único que no está imputado actualmente o no está condenado y en la cárcel!!), Sonia Castedo (alcaldesa de Alicante), Rita Barberá(alcaldesa de Valencia), Rafael Blasco (entonces portavoz del gobierno y mano derecha de Camps).
Si analizamos esta foto que pertenece a cargos del PP, algunos hoy todavía en activo como la senadora Rita Barberá, hay que hacerse dos preguntas: ¿de verdad es posible propiciar un Gobierno del PP con Mariano Rajoy como presidente sin que el PP realice la regeneración que necesita para eliminar la maquinaria corrupta que ha dinamitado España?
Y, díganme, ¿cómo contaremos en los libros de Historia lo que está viviendo hoy España?
Ana Noguera.
octubre 15th, 2016 at 11:07 am
La reflexión sobre la Historia es, ha sido y será polifónica, pero lo que estamos viviendo se presta a un análisis del entramado de corrupción político y empresarial y también a la resistencia de unión de unas izquierdas masoquistas que no dominan las vías para hacerse con el poder. ¡Una lástima!