«Compartí a mi madre con la ciudad que amaba. Sol Romeu es València»
Ayuntamiento, el movimiento vecinal y Levante-EMV rinden homenaje a la histórica dirigente que contribuyó a moldear la actual València
«Es un reconocimiento no ya del ayuntamiento, sino de toda la ciudad, a una labor incansable en la lucha por mejorar las condiciones de vida de los valencianos. Y, por extension, un homenaje al movimiento vecinal». Con estas palabras, pronunciadas por la concejala de Participación, Elisa Valía, comenzaba el homenaje a la histórica dirigente vecinal Sol Romeu Alfaro del pasado miércoles en el Palacio de la Exposición. Un reconocimiento dentro de la jornada «Chequeo a la Participación en València» organizado por el ayuntamiento y Levante-EMV con el patrocinio de Grupo Simetría-Imedes. En ella se reconoció la figura de una persona que ejemplifica la particular galería de ciudadanos que hicieron de la conciencia y la lucha por una forma de vivir mejor para todos, su razón de ser.
El acto reunió a dirigentes vecinales históricos y concejales del ayuntamiento como la mencionada Elisa Valía, Aarón Cano, Isabel Lozano, Marta Torrado, Javier Copoví y Giuseppe Grezzi. Y fue presentado por el director general de Relaciones Institucionales de Levante-EMV, Julio Monreal. Durante el encuentro se recordó la figura de la histórica dirigente vecinal de València, Hija Predilecta desde 2016, fallecida en agosto a los 88 años, y se hizo entrega a su hija Sol de una portada conmemorativa de este diario, que siempre fue su periódico.
Durante el homenaje, otros dirigentes vecinales recordaban emocionados, en un video elaborado por el ayuntamiento, su trayectoria y la del movimiento vecinal. «Le pone cara, y de mujer, a aquellos que hacen ciudad en un momento nada fácil, en una transición que no fue tan modélica» (Julio Moltó). «En los años setenta, València era un desastre. No se podía vivir en las condiciones que teníamos. Y por eso empezamos a movilizarnos (Carmen Berlanga). «Sol era la parte reflexiva de la reacción vecinal, la que leía y releía las normativas y exprimía las posibilidades» (J. A. Caballero). «Aplicaba el sentido común. Fue el motor del cambio urbanístico» (Toni Pla). «Era capaz de reunir sensibilidades, dejando de lado los enfrentamientos. Sol sumaba» (Félix Estrela).
Y su hija. Sol Garcín Romeu, quien le dio un valor añadido. Bastó una frase para ello: «Compartí a mi madre con la ciudad de València, a la que amaba. Mi juventud y mi adolescencia se resumen en una frase: «Mi madre está en una reunión». Esa era su vida. Se quedó viuda muy joven, pero dedicó su vida a lo que ella mas defendía: el bienestar de los demás».
¿Cuáles son los hitos en la trayectoria de Sol Romeu? Desde los más grandes a los más pequeños. «Desde los servicios públicos dignos en educación que no existían en mi instituto al ‘semáforo de Europa’, ese que tantas manifestaciones generó, pero que acabó por contribuir a que se construyera el «by-pass» y que València pasara a ser una ciudad europea». Sol no podía dejar de recordar: «los problemas de ruido en los barrios, que ya los había en la Plaza de Honduras, la reforma integral del suyo, la Amistad…» La recordó «luchadora, insobornable, republicana y, sobre todo, de la calle. Ya defendía a mujeres víctimas de violencia de género cuando ni existía esa denominación, incluso poniendo en peligro su integridad física».
Pero muchos más. Como recordaba María José Broseta, reivindicaciones que ahora sorprenderían a toda una generación que no sabe el peligro que se corrió: El Saler, el Jardín del Turia, con aquel lema de «El llit es nostres i el volem verd». Hasta con un metro midió lo que sobresalían las gradas de Mestalla para demostrar que eran ilegales. Era una persona que te ponía las pilas».
En una carta escrita para el acto, su hermana Fernanda no dudaba en asegurar: «debieron nombrarte doctora en urbanismo» y recordaba «la carta que envió a Joan Ribó por la ausencia de nuestro tío Vicente de la galería de retratos de alcaldes, que lo fue durante la República».
Félix Estrela recordó el origen de todo: «Pertenece a una generación de personas que se comprometen con la regeneración de la ciudad de forma valiente porque muchos eran militantes de partidos de izquierda que accedieron al movimiento ciudadano y no lo dejan. Optó por quedarse siempre ahí». Porque lo de «quedarse» lo explicó otra ex presidenta vecinal, Carmen Vila en un video remitido. «El movimiento quedó huérfano de líderes en la democracia, al pasar a las instituciones. Pero ella no: se quedó en el ámbito vecinal». Y un mensaje final de su hija: «Si existe otra dimensión, seguro que se ha reunido con sus familiares y ha encontrado la paz y el sosiego que la enfermedad no le dejó en los últimos años y está pendiente de que luchemos por una ciudad mejor para todos».
La hija de Sol Romeu recibió de manos de Elisa Valía y en presencia de Julio Monreal una portada personalizada de Levante-EMV como homenaje a la dirigente vecinal. Sobre estas lineas, los aplausos del público, incluyendo a los concejales Aarón Cano, Giuseppe Grezzi e Isabel Lozano. A la izquierda, Félix Estrela, en su intervención.
Querida hermana, por Fernanda Romeu Alfaro
Las mujeres sabemos la gran importancia que tiene la Memoria. Ya que recuperándola, podemos reconstruir nuestra propia identidad. Tejer y destejer para volver a tejer y llegar a nuestro propósito que es el de reparar las heridas que durante años nos han infligido, incluso entre nosotras mismas. Realmente es el deseo que justifica esta carta.
La escritora Monserrat Roig, tan admirada siempre por nosotras, escribió la siguiente frase en uno de sus admirables libros: “Con la recuperación de la Palabra de los demás, nuestra vida es menos muerte”. Y con este pensamiento, abro la vieja carpeta en donde a lo largo de estos últimos años iba guardando todo lo que me ibas enviando de tu participación en la vida ciudadana: entrevistas, opiniones, escritos, etc. Y con gran emoción por mi parte, encuentro un pequeño librito impreso por ti, con todo “primor”, titulado “Recordando a la tía Máxima y familia”. Siete-Aguas (2018). Me llenó de emoción su lectura. Muchos recuerdos vinieron a mi mente de nuestra niñez, cuando escuchábamos a la “tía Máxima”, como así se la conocía en el pueblo y como tú nos recuerdas en ese cálido libro, mientras nos freía patatas riquísimas en una gran sartén al fuego de la chimenea, y nos contaba historias de los “maquis” que pernoctaban algunas noches en la masía, ya que tanto ella, como su marido, eran los responsables de su cuidado y del trabajo de sus campos. Estoy segura que en esos entrañables momentos nace mi interés por el tema de la guerrilla.
También me han sorprendido tus grandes conocimientos sobre el urbanismo en la ciudad de Valencia. Tenían que haberte concedido el título de Doctora en Urbanismo sin pasar por la Universidad Academicista. Me divertí leyendo la carta que envías al Sr Ribó, Alcalde del Ayuntamiento de Valencia, para insistir sobre la ausencia del retrato de nuestro tío Vicente que fue Alcalde en plena Republica, en la famosa Sala de Alcaldes y Alcaldesa de la ciudad.
Un gran político y escritor, como es José Mújica se expresaba con estas palabras en una entrevista publicada por la editorial El Viejo Topo: “… la Democracia no es una forma de Gobierno, es una filosofía de vida. Es una manera de levantar la convivencia entre los seres humanos para que pueda florecer la libertad, que significa Discrepar por lo que hay que aprender a respetar la Discrepancia”. Actitud que algunos y algunas no supieron practicar contigo, en decisiones o declaraciones públicas que tuviste que tomar. Continúa diciendo Mújica en dicha entrevista:” lo más bonito de la Vida no está en triunfar, está en volverse a levantar cada vez que a uno, la vida le derrota”. Ejemplo que tuviste que vivir muchas veces, en difíciles circunstancias.
No voy a extenderme más, por respeto a los compañeros y compañeras que intervienen, solamente quisiera añadir que el acto de hoy, no sólo debe de ser un recuerdo del dolor por tu pérdida, sino también , un acto de Memoria de Solidaridad y reconocimiento público, puesto que los Sentimientos nunca prescriben.
Un abrazo sororo, tu hermana Fernanda.
Publicado en Levante.emv