Cuando las barbas de tu vecino…
El refranero popular es una fuente de saberes de la que se pueden extraer ideas que, tal vez, a nuestros políticos les podrían ayudar bastante, pues tal y como están las cosas, con las arbitrarias decisiones que se están tomando en los últimos días, me queda más que claro que deberían echar mano de la sabiduría popular, para errar menos en sus juicios. Porque quién no sabe aquel de que «Hablando se entiende la gente» o este otro que dice «Hablando se saben las cosas, callando se ignoran» o el de «Más vale un mal arreglo que un buen pleito»… aunque también tenemos ese que dice que «Más vale callar que con borrico hablar» y ese otro «Necio que calla, por sabio pasa» que creo que saben y, algunos, aplican a la perfección.
Tiempos complicados para las gentes de Cataluña, pero por nuestra autonomía tampoco son demasiado halagüeños y tal vez deberíamos pensar en aquello de «Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar», y en ello estamos, preparando una manifestación para el día 18 de noviembre, por una financiación justa (yo entiendo que con argumentos bastante más sólidos que nuestros vecinos del norte), pues nosotros, los y las valencianas, estamos recibiendo 237€ per cápita menos que la media del Estado, o, si nos comparamos con la autonomía mejor financiada, recibimos 839€ menos, cifras que dejan en evidencia nuestra infrafinanciación y la falta de equidad en el reparto, pareciendo que el gobierno central que juega a eso de «Bien te quiero, bien te quiero, pero no te doy mi dinero» o el de «Mucho te quiero perrito, pero pan poquito», sin quererse enterar que «No con palabras, sino con migas, se llenan las barrigas».
Y aún se pone la cosa más turbia, si desde la administración autonómica se diseñan leyes como la llamada Ley por la Función Social de la Vivienda, o la Ley contra la Pobreza Energética, para paliar de alguna manera las dificultades con las que se encuentran las personas más vulnerables y con menos recursos, como pueden ser los desahucios y los cortes en los suministros eléctricos, «En la casa donde no hay harina, todo es mohína», y el gobierno central presenta sendos recursos a dichas leyes porque invaden competencias estatales, cumpliéndose aquello de que «Al perro flaco todo son pulgas».
Y es que «Deseando bienes y aguantando males, pasan la vida los mortales», aunque todos sepamos que en esta España nuestra «El dinero, del que lo afana; la honra, del que lo gana», que de corruptos afanadores estamos bien servidos y también nos ha quedado muy claro eso de que «El adinerado nunca en juicio es condenado» viendo cómo acampan a sus anchas todos estos que nos han dejado el país en quiebra.
Pero soy incapaz de resistirme a la tentación de cerrar esta reflexión con una de las frases célebres de nuestro dirigente máximo, aún sabiendo que sus frases nunca estarán en los compendios de refranes populares, pues tienen poco de sabios, aunque quedarán en los anales del club de la comedia… Ahí va ese que dice «Cuanto peor mejor para todos y cuanto peor para todos mejor, mejor para mí el suyo, beneficio político»… aunque «lo peor» es que lo está aplicando «a pies juntillas».
María José Navarro
Artículo publicado en Elperiodic.com