Discutir
Desde hace ya mucho tiempo me choca el confuso uso y el alcance que en este país (ignoro lo que pueda pasar en otros) se le suele dar a la palabra discutir. Ya no me sorprendo cuando, en una reunión de escalera, o una conversación de bar o de amigos, etc, alguien, ante la palabra discutir, o bien ante el hecho de estar discutiendo, la acepción que se hace del termino es la de estar peleando, con lo cual “se justifican” las subidas emocionales, los gritos, peleas, insultos que de ello se derivan.
Los sinónimos de discutir en WordReference.com son analizar, argüir, argumentar, estudiar, examinar, razonar, tratar, deliberar, controvertir, contradecir, refutar, debatir, rebatir, impugnar, bonitas palabras que sugieren una sociedad abierta, progreso, métodos científicos-técnicos, sociales, para lograr alcanzar acuerdos y pactos, para llegar a la verdad, para encontrar soluciones negociadas, y un largo etc. O sea, algo moderno, algo social, algo civilizado…
Discutir, según la RAE es: Examinar o tratar entre varios un asunto o un tema proponiendo argumentos o razonamientos para explicarlo, solucionarlo o llegar a un acuerdo acerca de él. Nada de eso tiene que ver con la agresividad que percibes cuando oyes: Yo no quiero discutir, yo a lo que vengo es a aclarar… Aclarar no es ninguno de los sinónimos de discutir ni tampoco, en este caso, tiene nada que ver con la colada; generalmente lo que está diciendo es: Si me lo discutes, te parto la cara.
Esta es la acepción más conocida y reconocida, por desgracia, que en este país se le da al término discutir. Una acepción violenta, fascista, intolerante. Naturalmente ignoro por qué se ha llegado a esto, solo se me ocurre preguntar: ¿Realmente sabemos de dónde venimos? ¿Hemos reflexionado lo suficiente sobre ello?
Vamos a hacer una pequeña avanzadilla para ir encontrando pistas de cuál podría ser el origen, en mi opinión, de muchas cosas poco comprensibles, partiendo de dos preguntas muy simples:
1- ¿Cuántos siglos de Austrias y Borbones, o sea, de persecuciones, de oscurantismo e intolerancia, llevamos en este este país a nuestras espaldas?
2- La actual “Democracia”, la que algunos se empeñan en asegurar que nos “hemos dado”, ¿Ha mejorado, al menos perceptiblemente, las cosas?
Las respuestas válidas a estas preguntas sobran por evidentes.
Afortunadamente, hay que reconocer que la naturaleza del pueblo español es de muy buena calidad, somos gentes generosas y de buen corazón porque, si no, sería cuestión de emigrar. Somos la misma gente buena y generosa que, de nuevo, y en pleno siglo XXI, por falta de conocimientos y cultura han llegado este 28M a salir a la calle a gritar “Vivan las caenas”, ante la perplejidad de los otros, de los demás españoles, también buenos y generosos, pero con un poquito más de conocimientos y cultura.
Miguel Álvarez