Dos años de ODS: el reloj sigue corriendo
El 25 de septiembre de 2015 comenzaba la cuenta atrás. Los líderes mundiales de 193 países se reunían en la sede de Naciones Unidas con la vista puesta en el futuro para acoger la nueva agenda de desarrollo sostenible, un llamado universal a la adopción de medidas para poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que todas las personas gocen de paz y prosperidad.
Un alegato que se da de bruces con una realidad que podemos condensar en un puñado de titulares: “El hambre aumenta por primera vez desde 2003”, “El cambio climático, la gasolina de desastres naturales como el huracán Irma o el terremoto en México”, “España solo acoge a una décima parte de los 160.000 refugiados que se comprometió a reasentar”.
Ante este escenario, sobran grandilocuencias y faltan compromisos. Los carriles están establecidos -los 17 objetivos y las 169 metas en que se concreta la agenda global marcan el camino- y la manecilla sigue avanzando –2030, para alcanzar tamaños retos, está a la vuelta de la esquina-.
“Para conseguir las metas, la humanidad tiene que focalizarse en la doble agenda global que se complementa: los ODS y el Acuerdo de París. Pero si nos dispersamos y pensamos en religiones o banderas habrá dificultades para conseguirlo”, ha señalado Víctor Viñuales, vicepresidente de Red Española del Pacto Mundial, durante la presentación de la guía ODS, año 2. Análisis, tendencias y liderazgo empresarial en España.
Tampoco vale la táctica del avestruz. Escondiendo la cabeza y atribuyendo los problemas a “los otros” solo cabe un resultado: que todo siga igual. “Los Objetivos de Desarrollo Sostenible son una agenda inclusiva, donde todos los agentes sociales -gobiernos, sector privado, sociedad civil y cada uno de nosotros, de forma individual- deben poner de su parte”, recuerdan desde la organización.
En este sentido, el tejido empresarial es un actor con una importante capacidad de acción, y el documento presentado ofrece un dato esperanzador: el 74% de las organizaciones del Ibex 35 está comprometido con los ODS y el 57% ha alineado su núcleo de negocio con estas metas. Revela, además, que el 34% de estas empresas persiguen la creación de alianzas para impulsar los 17 objetivos.
A pesar de los avances dados, todavía quedan campos de acción por explorar. Por ejemplo, ninguna empresa de este índice recoge en sus memorias la impartición de formación a empleados o proveedores en materia de ODS. Un dato especialmente relevante si se tiene en cuenta la capacidad de los altos directivos y mandos intermedios para lograr una cultura empresarial ligada al desarrollo sostenible. Asimismo, solo el 8% ha llevado a cabo compromisos públicos cuantificables en relación a los ODS. Un paso fundamental, ya que solo a través de metas medibles se podrá alcanzar una contribución real y plena, explican en nota de prensa.
“Las grandes organizaciones de nuestro país han asumido los ODS como metas propias. Se trata de una estrategia win-win: las empresas contribuyen a profesionalizar y mejorar las acciones orientadas al desarrollo, al tiempo que este marco le permite redefinir el valor tanto financiero como social y ambiental de sus negocios y obtener nuevas oportunidades”, ha explicado Isabel Garro, directora de la Red Española de Pacto Mundial.
La innovación, un eje estratégico para el desarrollo
En el camino hacia el desarrollo sostenible, resulta fundamental armonizar tres elementos básicos: el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente. Estos elementos están interrelacionados y son esenciales para el bienestar de las personas y las sociedades. Un desafío que, según las empresas del Ibex 35, pasa por una importante inversión en innovación como fuente de progreso. Por ello, y como punto diferencial respecto al grueso empresarial español, es el ODS 9 -que trabaja la industria, la innovación y las infraestructuras- el más presente en sus memorias de sostenibilidad. Le siguen el ODS 8 -que promueve el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos- y el 13, centrado en la acción por el clima. Por su parte, el conjunto de las empresas españolas está más dedicado a los ODS 5, sobre la igualdad de género, y al 8.
Así, las grandes compañías de España consolidan su papel como referente para el grueso de sector privado. A ello hay que añadir su capacidad de influencia sobre dos agentes clave: sus proveedores, debido a que el trabajo con la cadena de valor es una de las grandes tendencias en sostenibilidad, y los clientes, dado el carácter universal de los ODS y su orientación hacia modelos de producción y consumo responsable.
Marta H. Vázquez
Artículo publicado en Ethic