El ex
¿Saben o recuerdan ustedes el nombre del exmarido de Mónica Oltra? ¿No? ¡Qué raro! …con lo mucho que se habla de ¿el? Les recomiendo seguir la muy interesante y conveniente costumbre de fijarse en los pequeños detalles: para la prensa canalla el exmarido de Mónica Oltra se llama a todos los efectos Elmaridodemónicaoltra.
Ya me había fijado en ello, pero ha sido en estos días, cuando la TV1, la de todos, la Televisión Pública, en el Informativo Territorial de medio día, ese que se emite antes que el programa cultural llamado Corazón en el que todos los ciudadanos somos debidamente informados con todo lujo de detalles y sin importar para nada lo que cuesta un minuto de televisión, de que Lucita, la sobrina del conde de Baltierra, estando veraneando en las Islas Coloradas (luciendo por cierto un bikini rojo precioso del famoso modisto Clavijo de la Serna que, al parecer, ha vuelto de su viaje de introspección espiritual en el Tibet) se ha enterado de que Monchito, su novio actual después de que rompiese relaciones con el rico y famoso industrial Severino García (el fabricante de las Pastas Gansas) le pone los cuernos con una duquesa innombrable pero que todos conocen. Eso… ¡en la televisión pública!
Volviendo a lo que iba. En dicho Informativo Territorial se nos estaba “informando” de que Elmaridodemonicaoltra (haciendo desaparecer lo de ex) volverá a ser juzgado… patatín patatán… por un delito de estupro. No sé muy bien qué cosa comentaban, ni qué informe era ese, lo único que me quedó claro es que los periodistas sabían quién era, pero desconocían el nombre de tal señor.
No me gusta pecar de malpensado, por ello no creo que toda esta parafernalia que más parece sobra de ganas de fabricar trabalenguas, se haya montado para tirar por tierra la honorabilidad y el buen nombre de Mónica Oltra; ya sabemos que estamos en una democracia de nuevo cuño y ese tipo de cosas propias de repúblicas bananeras, aquí no pasan. En eso hay que darle toda la razón a Ferreras: lo que hay que hacer es Inda(gar) muy profesionalmente. Pienso más bien que todo se reduce a “un problema de prensa”. Me explico:
Antiguamente a los que trabajaban en periódicos se les llamaba familiarmente La Prensa, o las gentes de La Prensa, como alusión al sistema de impresión vigente en aquellos tiempos no tan lejanos. Hoy todo eso ha cambiado, los medios son otros, las prensas desaparecieron, lo único que cambia es que hoy, los que prensan a sus víctimas son los periodistas y… lástima del que pillen por delante. Salvo honradas excepciones las cosas son así.
Antes, no hace tanto, los ricos propietarios para “defender lo suyo” utilizaban perros de presa; hoy se valen de sus perros de prensa.
Miguel Álvarez