El falso dilema
Prácticamente todos los columnistas, opinólogos y tertulianos apesebrados del país están eufóricos por haber encontrado la forma de meter el dedo en el ojo a Pedro Sánchez por el ”protagonismo” de Iglesias yendo a visitar a los presos catalanes o realizar una posible entrevista con Puigdemon. Justamente eso es lo que en política se llama buen hacer y que en este caso consiste precisamente en trabajar para arreglar y encauzar debidamente problemas y desaguisados ajenos.
Ocurre que la primera misión de un parlamentario es parlamentar. Les pagamos por ello. Un político que se precie ha de saber que su trabajo consiste en negociar, convencer, consensuar y solucionar problemas de todo tipo, entre ellos los de convivencia.
Los de Unidos Podemos y sus confluencias nunca han negado el derecho de autodeterminación de nadie, son los que no se han opuesto a ningún tipo de referéndums, los que siempre reconocen y respetan el derecho de autodeterminación aunque, en el caso de Cataluña, no se ocultan en decir que votarían que no, son los que entre tantas tensiones y encontronazos siguen trabajando por que la cordura vuelva a la política, los que en su día pagaron el pato electoral por ello en Cataluña cuando la cosa se tensó entre los intolerantes de ambos bandos, unos intentando una imposible declaración de independencia y los otros secuestrando con el artículo 151 la libertad de los catalanes y metiendo estúpidamente a algunos políticos en la cárcel por “delitos” increíbles e inventados, como por ejemplo el de sedición; y todo ello para el oportuno beneficio de cazadores de votos como Ciudadanos y PDeCAT.
Ahora, según los dichosos tertulianos creadores de opinión, Pedro Sánchez, que es a quien corresponde tomar decisiones, se encuentra sobre la mesa según ellos, un problema “irresoluble”: sacar adelante los presupuestos con el imprescindible apoyo de los independentistas, y ello sin sacar de la cárcel a sus dirigentes.
Se trata de un falso dilema, porque parte del tramposo planteamiento de que Sánchez tiene que elegir entre una cosa u otra. Muy falso. Lo que realmente tiene ante sí es una espléndida oportunidad para hacer las cosas bien. Y eso significa que únicamente se tiene que armar del valor necesario para atreverse a enfrentarse a todos los nacionalistas españoles, no solo a la rancia derechona de toda la vida, sino también a la que tiene en su propio partido; tomar la decisión de que los políticos independentistas injustamente encarcelados salgan de las cárceles. De ese modo y de un solo plumazo quedarían solucionados todos los problemas, porque los políticos catalanistas no tendrían ninguna excusa ante sus electores para cargarse los presupuestos más sociales y decentes que se han presentado en este país en muchos años y porque ese tema y los lazos amarillos son las únicas reivindicaciones válidas que les quedan.
Ya sé que hay muchos ingenuos que piensan que el gobierno no puede liberar a los políticos presos, que no está en su mano, que es cosa de la ley, la separación de poderes, la independencia del Poder Judicial, bla, bla, bla… Todo eso no son más que poesías.
Si los parlamentarios catalanes presionan al gobierno con el tema de los presos, es porque ellos saben de qué va, saben que un gobierno (Rajoy) los metió en la cárcel y otro gobierno (Sánchez) puede sacarlos. El verdadero, el único dilema es: ¿Tendrá Pedro el suficiente valor político para hacerlo? ¿Será capaz de enfrentarse a la carcundia que le rodea? Veremos.
Miguel Álvarez